Martina Terré: una remontada épica de espaldas al marcador

No pudo disputar una final entre hermanas, un deseo que se le había negado dos semanas antes en la Champions –sí se enfrentó a Mariona Terré en el CN Mataró por el bronce europeo, que conquistó– y también en esta Copa de la Reina que ya apuntaba a histórica. “Las oportunidades conviene no dejarlas escapar”, advertía en AS su entrenador, Javi Aznar, justo antes de que se iniciara la competición, el pasado viernes. El sueño que sí pudo cumplir Martina Terré este domingo fue el de conquistar un título con el CN Sant Andreu. El primero en la historia del equipo femenino del club.

Porque la guardameta de España, que se medía con su compañera en la Selección, Laura Ester, tuvo un papel fundamental, determinante, crucial, para que las barcelonesas se llevaran el trofeo a casa desde la piscina de Can Llong, el feudo de un CN Sabadell hegemónico, campeón de Europa, espoleado por su afición, y que a falta de un solo cuarto para el final del encuentro vencía por un holgado 11-8. Ahí, Martina tomó una decisión inesperada, pero que le valió el temple para seguir haciendo paradas, hasta las 16 en total, y contribuir claramente al histórico triunfo de su equipo. Y, por supuesto, a ser designada mejor portera del torneo.

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“Cuando íbamos 8-11, me dije que no miraría más el marcador”, explicaba la meta del Sant Andreu a la RFEN. “Si marcamos, marcamos. Y si no, da igual”. Le ayudó sin duda el hecho de que, en la segunda mitad del encuentro, jugaba de espaldas al pantallón instalado en Can Llong para seguir el tanteo, las goleadoras, las expulsiones y las repeticiones. “Llevaba un reto sin mirar el marcador”, reconoció, y “cuando la grada empezó a gritar, entonces supe que era el empate o nuestra victoria”.

Efectivamente, Elena Ruiz había anotado con un trallazo el definitivo 13-12 para la escuadra del barrio barcelonés y ella, Martina Terré, sofocaba con su última intervención el intento de Judith Forca de empatar ‘in extremis’. El Sant Andreu había sido capaz de anotar cinco goles en el cuarto periodo, y la ella se había descontado. Pero suyo era el balón hasta que, segundo a segundo, centésima a centésima, se agotara el tiempo. Y el título se convirtiera en una realidad. “Ha sido un momento de felicidad, algo espectacular”, culminó.

La euforia de la guardameta era obviamente compartida con la autora del gol definitivo, y MVP del torneo, una Elena Ruiz que valoraba la dificultad “de conseguir un título como la Copa de la Reina, contra el Sabadell, en su piscina”.

Y también con el técnico, un Javi Aznar con “mucha emoción y mucha ilusión”, como concedía a la Federació Catalana. “Primero, porque es una Copa que pone en valor el trabajo de las chicas. Después por el club, que sigue apostando por nosotros. Y finalmente por mí, porque son muchos años sin ganar nada como entrenador (diez lleva en el club), aunque jugando alguna final”. “Hemos abierto una brecha con un título histórico, el primero del Sant Andreu, y ojalá sean muchos más”, resolvía, de nuevo, Martina Terré.

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