María Delgado, 24 medallas después: “Somos deportistas, sin apellidos”
La nadadora, comparada con Teresa Perales en sus inicios, habla en AS con París 2024 en la mente. En los Mundiales, añadió cuatro metales a su palmarés.
Su agenda agotaría a cualquiera. María Delgado, nadadora con dos bronces en los Juegos de Río 2016, se sienta a hablar con AS después de ser galardonada por los Premios Admiral como mejor deportista paralímpica de 2023. Sus cuatro podios en los Mundiales de Mánchester, celebrados en agosto, brillan. También sus 24 medallas en total, que dan forma a un currículum extensísimo. “El objetivo es el mismo, las medallas, ganar, la ambición de cualquier deportista”, dice para arrancar el 2024, año en el que disputará sus terceros Juegos. “Lo haré con una experiencia en la mochila que no tenía en los otros dos”, refuerza. Desprende ambición y, pese a que su día ha arrancado muy pronto, mucha energía.
Antes de la gala, que se celebra a mediodía, María ya ha entrenado. Después de la misma, toca otra sesión, no sin antes darle un repaso a los apuntes. Es graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y cursa el Máster en Formación del Profesorado. “Hay que prepararse para lo de después”, dice con la madurez que ha acumulado a sus 26 años, puede que en el pico de su carrera deportiva, que empezó muy pronto. Con 15, acarició su primera medalla mundialista, con un cuarto puesto en los Mundiales de Montreal (Canadá); con 18, se colgó esos dos bronces en Río. Sus resultados, así como su ciudad natal, Zaragoza, llevaron a que fuera nombrada sucesora de Teresa Perales. Las 27 medallas paralímpicas quedan lejos, pero el palmarés de María ha crecido brillantemente desde que fuera definida como niña prodigio.
Los 24 metales de Delgado, más allá de los dos en los Juegos, se componen de 12 en Mundiales y 10 en Europeos. A día de hoy, ya es una de las mejores trayectorias de la natación española. En los Juegos de Tokio, se marchó con cuatro diplomas. En París, quiere dar ese pasito que entonces le separó de los podios. “Estoy con muchísima ilusión, con muchas ganas. Sin ninguna duda, lo voy a dar todo para estar arriba y luchar por las medallas. Por esfuerzo y dedicación, no va a ser. Si sale, fantástico, porque el sueño se repetirá; si no, realmente, lo importante es no frustrarse y no quedarse con lo malo, hay que valorar el esfuerzo y lo que es estar en unos Juegos”, reflexiona la aragonesa, en un momento de “mucha confianza” y con los aprendizajes de la experiencia nipona muy presentes.
Un discurso claro
Ahora, Delgado acumula medallas y medallas como nadadora, pero también pudo hacerlo como atleta. De pequeña, compaginó el agua con el tartán, en el que despuntó en 100 y 200 metros, así como en salto de longitud. “La natación, en realidad, se me daba mejor”, recuerda entre risas. Su discurso, sin embargo, va más allá de las disciplinas. “Somos deportistas, sin más apellidos. Hacemos deporte de alto nivel, nos dejamos la piel y es muy duro llegar a la élite y ser competitivos”, defiende María, con discapacidad visual de nacimiento (compite en la categoría S12, para afectaciones graves). “La sociedad está en un momento de aprender. Queda mucho camino por recorrer, aunque yo siento que se está en el correcto”, añade. Mientras se avanza, María seguirá acumulando alegrías. Ya va a por la 25.