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España, como un tiro: ¡doble oro de Mar Molné y plata de Andrés García!

La Selección de tiro olímpico vive una jornada histórica en los Mundiales de Atenas, con tres medallas en pocas horas. Una redención de los Juegos de París.

España, como un tiro: ¡doble oro de Mar Molné y plata de Andrés García!
Andrea Caroppo
Albert Sancho
Nació en Alcanar (Tarragona) en 1998. Licenciado en Periodismo y Ciencia Política. En AS desde 2020, es redactor en Más Deporte. Con vocación polideportiva, ha cubierto presencialmente desde la Titan Desert a los Juegos Olímpicos de París. En 2023, fue premiado por su atención sobre la información paralímpica. En 2024, por la Federación de Remo.
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Fue uno de los momentos más dolorosos de los Juegos de París. Mar Molné y Fátima Gálvez llegaban primera y segunda, respectivamente, a la final femenina de tiro olímpico, en la modalidad de foso. El doblete era muy posible y España miraba a Chateauroux. El sueño, sin embargo, se tornó en pesadilla. Cuarta y quinta. El ‘casi’ como martirio. Este viernes, en los Campeonatos del Mundo, la metamorfosis fue inversa. De aquel sufrimiento a la euforia. De un golpe doble a una triple alegría. En Atenas, España se redimió a lo grande. Primero, de forma grupal, con oro por equipos para Fátima Gálvez, Bea Martínez y Mar Molné. Luego, con la victoria individual de esta última, un talento que cumplió 24 años el jueves y que, en Francia, se hundió cuando lo tenía todo de cara. Finalmente, con Andrés García, otro prodigio (21 años) que se tiñó de plata. Hat-trick. Como un tiro hacia Los Ángeles 2028.

Molné fue la líder de la revolución, de una jornada histórica para el deporte patrio. La catalana empezó en el tiro por su padre, al que acompañaba a cazar. Con 14 años, le pidió la escopeta y, en su primer intento, contra un árbol, dio en el blanco. ¡Pum! Desde entonces, ya no ha parado de abatir platos. No caza porque le dan pena los animales, pero en el foso olímpico no tiene piedad. Una asesina con cara de niña. Una mirada furtiva que no suele fallar. Lo hizo muy poco en los Juegos, en los que los nervios le jugaron una mala pasada, y lo hizo aún menos en Atenas, donde aparecieron los fantasmas, pero los controló. “Los últimos cinco platos los he tirado con la escopeta temblando, fatal, pero, cuando he visto el resultado... increíble, es increíble”, celebró la de El Morell (Tarragona), que dominó la final a su antojo.

Su última rival fue la italiana Silvana Stanco, una referencia (32 años) con dos medallas mundiales y que se colgó la plata en París, pero no hubo color. En los últimos 50 platos de la competición, Molné se mostró intratable. Rompió 46, con el 14, el 22, el 41 y el 44 como únicos errores. Formidable. Stanco se quedó en 42, con cuatro fallos en los últimos diez, y el bronce fue para la polaca Sandra Bernal, con 33 aciertos en sus 40 platos (en la decena definitiva, ya sólo competían Molné y Stanco por el oro). “Es una cosa inimaginable. No me lo esperaba y menos a esta edad tan temprana. Ha sido una sorpresa y un cúmulo de emociones superguay. Ha sido mi mayor regalo de cumpleaños, no ha podido ser mejor. No me lo podía creer, para nada”, terminó de celebrar Mar, que estuvo cerca de compartir podio con Gálvez, cuarta con 28 aciertos.

Dos prodigios entre veteranos

Molné y Gálvez, leyenda y heredera, habían brillado en las pruebas clasificatorias. El jueves, terminaron el día como primera y sexta, respetivamente. 24 horas después, sellaron su pase a la final con la líder inamovible y Fátima subiendo al quinto puesto. Sus resultados, junto al 12º lugar de Bea Martínez, significaban la primera alegría del día, el oro por equipos. Luego, Molné seguía la racha con su primer oro mundial absoluto, la confirmación de que el futuro ya está aquí. Como júnior, fue campeona de Europa y campeona del mundo por equipos mixtos. Entre las mayores, ya había sumado cinco medallas en Copa del Mundo (tres oros y dos platas). Ahora, en el inicio del ciclo olímpico, se sitúa como la nueva referencia internacional de la disciplina.

Es un prodigio en un deporte de veteranos, como Andrés García, que también apuntaba maneras en categorías inferiores, con dos oros mundiales júnior. En su debut absoluto, no se bajó del podio. Se clasificó para la final como cuarto y, rodeado por múltiples medallistas olímpicos, no se amedrentó. “He disfrutado mucho. Estaba un poco nervioso, porque era mi primera vez en la final de un Campeonato del Mundo, pero trabajamos para ello y creo que se ha dado bien. Impresiona un poco estar con gente tan mayor y de tanta experiencia, pero estoy acostumbrado a competir así. Quería ganar para seguir la racha de oros, pero las chicas me han inspirado”, celebró el de Aliaguilla (Cuenca), que cerró su participación con un 39/50. Sólo le superó (44/50) el croata Josip Glasnović (42 años), campeón olímpico en Río. El relevo generacional está en marcha. Este sábado, alumnos (Molné y García) y maestros (Gálvez y Alberto Fernández) sumarán fuerzas en la prueba mixta.

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