Mallarach se queda a las puertas de su último baile en París
El zurdo de oro de la Selección anhelaba “cerrar el círculo” con su cuarta cita olímpica. “Debo dar un paso al lado y ver el waterpolo desde la barrera”, confesaba en AS, tras ganarlo casi todo.
A menos de tres semanas para el debut olímpico, que se producirá el domingo 28 (10:30) ante Australia, y justo después de derrotar a tres rivales directos por las medallas –Croacia, Italia y Grecia– para conquistar la Sardinia Cup en Alguer (Italia), uno de los históricos de la Selección española se apea. Su camino ha concluido. Y no solo el que conduce a París, cuya criba es continua hasta quedar en los 13 que podrán ser inscritos, sino salvo sorpresón también su carrera como waterpolista. Se trata de Blai Mallarach, el zurdo de oro de esta segunda generación descomunal del waterpolo masculino español.
“He tenido la suerte de haber vivido tres Juegos Olímpicos. Sé el valor que tienen, que van los mejores”, concedía recientemente a AS, en una entrevista en la que precisamente profundizaba en lo que estaba dispuesto a sacrificar por estar en París: “Pienso estar física y mentalmente preparado para dar lo mejor de mí, luchar por ir a estos Juegos y ayudar al equipo a intentar conseguir este oro olímpico que le falta a este bloque. Es lo que cerraría el círculo”. En esa misma charla, Mallarach se mostraba inflexible sobre su futuro: “Tengo decidido que colgaré el gorro. Físicamente, con 37 años (los cumple el 21 de agosto), ya no me toca. Podría seguir jugando otro año, pero no me apetece no poder ofrecer mi máximo nivel”, zanjaba.
Lo deja así uno de los grandes del waterpolo español, con tres diplomas olímpicos entre Londres 2012, Rio 2016 y Tokio 2020 (este último, cuarto, al borde del podio), pero sobre todo la gloria de haber sido campeón del mundo en Budapest 2022, de la Copa Mundial el año pasado y de Europa en enero en Croacia, con lo que se rubricó precisamente el pase a los Juegos de París. Del seleccionador, David Martín, y previamente compañero suyo, opinó el catalán: “Conoce mis peores cosas, pero también las mejores. Ha visto mi evolución, aprendizaje y mejora. Tenemos una buena relación, nos decimos siempre lo que pensamos uno del otro”.
También a nivel de clubes puede vanagloriarse Mallarach de un impresionante palmarés, repleto de Ligas, Copas y títulos internacionales entre CN Barcelona (a donde dio el salto desde el CN Olot), HAVK Mladost (Croacia), Olympiacos (Grecia), CN Atlètic Barceloneta y, en los últimos años, un CN Sabadell con el que hace apenas un par de meses alcanzó la final a cuatro de la EuroCup. Uno de sus compañeros tanto en la Selección como en la Barceloneta, y uno de los mejores waterpolistas de la historia, Felipe Perrone, le dedicaba en las redes sociales estas sentidas palabras: “Gracias, Blai, por todo lo que has dado al equipo, y por esos 20 años juntos en que hemos vivido de todo”.
El propio Mallarach analizaba en este periódico, sobre las opciones de medalla de España en estos Juegos, la polivalencia y la capacidad mental del equipo, además de que “físicamente hay jugadores que están en el punto óptimo de sus carreras. Pero lo que más admiro del equipo es que somos capaces de leer lo que requiere cada momento de un partido, reaccionar al rival. La grandeza de esta Selección es que cuando juegas contra nosotros no sabes qué vamos a hacer”, sentenciaba.
En ese sentido, el del físico, denunciaba el atacante que “el waterpolo se ha convertido en un deporte muy físico en los últimos años. Imagino que hay muchos intereses detrás para que haya el máximo de competiciones. Cuanto más juegues, más espectáculo das y más repercusión tendrás, aunque perjudicas físicamente al jugador. Hace unos años, había muchos menos jugadores con problemas físicos. Y también tiene su incidencia mental. Quizá se ha apretado en exceso el calendario, habría que reflexionar un poco hacia dónde vamos”, apuntaba.
En cualquier caso, tiene muy claro Blai Mallarach a qué se dedicará a partir de ahora, pues para ello se ha estado preparando con mucho sacrificio todos estos años. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, está cursando un Máster y se volcará de entrada en una empresa familiar. No se alejará demasiado del agua, ya que uno de los focos de producción de la factoría son los techos de piscina. Su hábitat.
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