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Makhachev somete a Poirier en un duelo de boxeo

El ruso finalizó con un D’arce a Dustin Poirier en el quinto asalto tras un combate que fue una auténtica guerra en el striking. Sean Strickland venció por decisión dividida a Paulo Costa.

Islam Makhachev y Dustin Poirier en la disputa por el título del peso ligero en el UFC 302.
Instagram: @UFCEurope

El final más amargo para una pelea que permitió a Dustin Poirier soñar. Tras un tremendo duelo de boxeo, en el que abrió una brecha en la frente de Islam Makhachev, el ruso retuvo su cinturón del peso ligero al someterle en el quinto asalto con un D’arce en el combate estelar del UFC 302 en Newark, Nueva Jersey. El Diamante reveló que esa podría haber sido su última pelea, pero que tendrá que pensarlo antes de tomar una decisión. “Tengo que mirar, puede que sea la última pelea esta”, explicó el estadounidense.

Makhachev se hizo rápido con el control del encuentro. Conectó unas manos en los primeros compases y llevó el combate al suelo al atraparle la pierna a Poirier cuando lanzó una patada. El daguestaní le cogió la espalda y le pasó las piernas por el abdomen, buscando la finalización. Intentó someterle y le conectó varias manos al rostro, trabajando desde su posición de ventaja. El dominio del ruso era absoluto. La cosa cambió en el segundo asalto. Volvió a buscar el derribo, pero el norteamericano consiguió escapar de varios intentos. Se mantenía precavido, preocupándose por mantener una buena defensa ante los intentos de Makhachev de llevar el combate al suelo. Intercambiaron en el clinch y el público enloqueció al ver que las manos de Poirier llegaban con contundencia.

Los aficionados estaban levantados de sus asientos y las esquinas de los peleadores estaban como locos, y no era para menos. El daguestaní conectó un rodillazo y el pleito regresó a la lona, mientras este buscaba la espalda de Poirier. Cerró el triángulo en el abdomen, haciendo que el estadounidense, que presentaba una hemorragia nasal, siguiese sufriendo. A pesar de ello, se resistía a la sumisión y consiguió salir. El Diamante quería guerra de pie, y eso le dio Makhachev, que llegó a retroceder ante sus golpes. Para el cuarto asalto, el combate era una lucha descomunal. Prosiguieron los intercambios y el ruso conectó dos izquierdas para poner a Poirier contra la reja, sin poder cogerle la espalda. Respondió con un codazo en el clinch que le abrió una brecha en la frente, y la sangre corría por toda la cara del campeón. “Déjate todo en este asalto”, le dijo la esquina a Poirier. Y así lo hizo. Salió a buscar el KO, salvando derribos y conectando unas peligrosas combinaciones. El daguestaní le cogió el tobillo para llevarlo al suelo, donde le sometió con un d’Arce y terminó con su sueño, dejándole dormido.

14 victorias consecutivas. Ese es el récord de Makhachev, que quiere retos mayores. “Quiero luchar por el segundo Campeonato. Con este título no hay nada nuevo, quiero algo nuevo. Ese es mi sueño”, descubrió el ruso, que quiere asaltar el peso welter. Tras darse un abrazo con Poirier, al igual que hizo Khabib Nurmagomedov, halagó a su oponente. “Dustin, muchas gracias. Eres un guerrero”, declaró.

Strickland domina sin brillo

El combate coestelar volvió a poner a Sean Strickland en una posición para volver a disputar el título. El estadounidense ganó a Paulo Costa por decisión dividida (46-49, 50-45, 49-46)) en una pelea que dominó totalmente, marcando la distancia y el ritmo, desplazando y cansando al brasileño. Hizo su trabajo a la perfección y reclamó volver a pelear por el título con Dricus du Plessis. “Quiero pelear por el título. Soy un hombre de compañía, siempre peleo con quién toca. Dame la pelea por el título”, pidió.

Strickland salió a hacer su pelea. El estadounidense avanzaba constantemente, amenazando con el pateo y haciendo que Costa tuviese que desplazarse por la jaula. No podía llegar con sus golpes el brasileño que, al lanzar una patada, el excampeón le agarró la pierna y le mandó a la lona, conectándole dos duras manos. En el segundo round, Costa salió más activo, pero el norteamericano seguía llevando el ritmo del encuentro. Avanzaba y no dejaba que el brasileño encontrase la distancia para poder atacar. Intercambiaron manos en el striking en el centro del octágono, pero Strickland tenía el control.

El excampeón del peso medio no cedía en la distancia. Conectó una dura combinación que finalizó con un derechazo que sintió Costa. El control del encuentro era suyo, la presión era asfixiante y cada vez llegaba con más golpes. El brasileño respondía con patadas, pero sus ataques se veían frenados por la defensa cerrada de Strickland. Ante esta dinámica, el público dejó de animar como lo hacía al principio. No cambiaba las velocidades el estadounidense y finalizó con un contundente ataque contra la reja. “Lo siento, ha sido una pelea aburrida. Ese brasileño decía que venía a noquearme pero no ha hecho nada. Me gustaría haber podido daros más. Pensaba que iba a ser una guerra, que iba a intercambiar en el centro. Le respeto, pero, la próxima vez, ven y pelea”, declaró el exmonarca.

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