Las Guerreras son infinitas: “Este equipo no va a tener techo nunca”
“Hemos demostrado una vez más de lo que somos capaces”, reivindica Bea Ortiz. “A veces damos por hechas las medallas, pero no es fácil”, añade Anni Espar. La transición es de bronce.


Dolió el 9-15 ante Hungría del pasado lunes como uno de los golpes más duros de esta Selección desde que hace tres lustros irrumpió con fuerza en lo más granado del panorama internacional. Por ser en una semifinal, bloqueando el camino hacia el oro tras una competición repleta hasta entonces de victorias, y sobre todo por la nula capacidad de reacción del equipo ante las magiares.
Pero, en un ejercicio de resiliencia, de talento, fuerza y compromiso, en menos de 48 horas este grupo histórico de Guerreras del Agua, con ocho campeonas olímpicas y seis caras nuevas, con un nuevo seleccionador, demostraba este miércoles que, como dice uno de sus estandartes, no tiene límites. Un bronce muy luminoso.
“Hemos demostrado una vez más de lo que somos capaces”, manifestaba en declaraciones a la RFEN una “orgullosa” Bea Ortiz. “Recomponerse después del partido del otro día era difícil, pero lo hemos hecho, hemos sacado lo mejor de nosotras, así que estoy muy orgullosa del equipo, muy feliz”, indicaba. Y abundaba: “Todavía nos queda mucho por crecer. Creo que es un equipo que tiene muchísima ambición, mucho trabajo por delante, y todas las niñas suben con mucha hambre, con ilusión de competir, de jugar, de ganar, y eso a las mayores nos hace más grandes todavía”.

Un “buen inicio” para el proyecto de Valls
“Este equipo no va a tener techo nunca. Vamos a seguir compitiendo lo mejor que podemos, ojalá sigamos ganando muchas más medallas, que no dudo que lo haremos”, sentenciaba, Ortiz, secundada por la capitana y extraordinaria en el partido por el bronce ante Estados Unidos, Anni Espar: “A veces damos por hechas las medallas, pero no es tan fácil, y conseguir colgarnos ese bronce es un éxito. Y esto es un camino largo, el proyecto es de cuatro años y este es un buen inicio”, remarcaba.
Al frente de ese proyecto, un Jordi Valls que destacaba el “gran esfuerzo” y el “gran compromiso que las chicas tienen con el equipo y con la competición; han trabajado muy bien estos dos días para remontar lo que ocurrió en el anterior partido. Hemos podido saborear esta medalla de bronce contra un rival muy duro como Estados Unidos, que ha jugado también un gran partido”, apuntó.

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“Estar igualadas todo el rato y conseguir ganar a Estados Unidos de esta manera siempre está muy bien”, añadía Espar, quien remachaba: “Perder unas semifinales así siempre es difícil, y ser capaces de recomponernos en menos de 48 horas me hace sentirme muy orgullosa del equipo”. El orgullo de una campeona del mundo, de Europa, olímpica que sigue escribiendo un papel histórico con las Guerreras del Agua.
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