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NATACIÓN

La treta de Zhanle que le valió un oro olímpico y el récord mundial

El nadador más rápido de la historia en 100 metros libres había escondido deliberadamente que era capaz de nadar en 46.40 como “cortina de humo” para sus rivales en París 2024.

La treta de Zhanle que le valió un oro olímpico y el récord mundial
FRANCK ROBICHONEFE

Aunque quedó lejos del ganador global, el imparable Léon Marchand, y de sus perseguidores, Noe Ponti y Duncan Scott, viene Pan Zhanle de estrenarse en la temporada de piscina corta con una completa Copa del Mundo, en la que ha cosechado tres oros, una plata y dos bronces, además del récord de China y del campeonato en 800 metros libres (7:35.30), de otro récord nacional en 200 libres (1:41.59) y de su mejor marca personal en 100 estilos (51.78). Carbura, a un mes para el Mundial de piscina de 25 metros de Budapest (del 10 al 15 de diciembre) el poseedor desde el pasado verano del título olímpico y el récord del mundo en los 100 libres.

Porque, en piscina de 50 metros, la de Zhanle fue la victoria con mayor margen en una final del hectómetro en unos Juegos desde Ámsterdam 1928, dejando al subcampeón, Kyle Chalmers, a 1.08 de distancia, e incluso a una centésima más a David Popovici, anterior propietario de la plusmarca mundial. Estaba claro que el velocista asiático tenía una estrategia para nadar en un tiempo estratosférico de 46.40, rebajando en cuatro décimas exactas su propio récord de febrero en Doha (46.80) y en una pileta además tan lenta como la instalada en La Défense Arena de Nanterre. Pero también guardaba un secreto, que ya ha sido revelado.

La pregunta ‘embargada’

Semanas antes de los Juegos, la Televisión Central de China (CCTV) se acercó al cuartel general donde se preparaba para hacerle una entrevista, que se emitió cuando iba a participar en la gran cita olímpica. Pero no toda. Una pregunta se quedó en un cajón por expreso deseo de Zhanle. Cuando el periodista le inquiría sobre si sería capaz de rebajar en París su propio récord del mundo, el nadador le replicó: “¿Quieres que diga la verdad? Entonces, no lo emitas”. Y así lo pactaron.

Contestó Zhanle que le había parecido “bueno” haber batido en febrero, en los Mundiales de Doha, el récord del mundo del 100 libres en tan solo seis centésimas (marcó 46.80, por el 46.86 que ostentaba Popovici). Y no porque fuera su límite, sino precisamente por todo lo contrario. “No fui todo lo rápido que podía haber sido, porque algunos detalles fallaron”, desvela ahora.

Pero lo que añade a su contestación es puro tacticismo, su secreto del éxito: “Si llego a rebajarlo a 46.6 o a 46.5, mis rivales se habrían entrenado a conciencia para batir esa marca de 46.5, lo cual me hubiera complicado romper otra vez el récord. Pero ahora ellos piensan que como mucho puedo nadar en 46.8, que incluso si vuelvo a rebajar el récord del mundo lo situaré en 46.7″, explica. Y rubrica, todo picardía: “Vamos a decir que es una cortina de humo”.

Menos velocidad, más técnica

Efectivamente, Zhanle ya había rebajado sobradamente su propio récord mundial en multitud de entrenamientos, y sabía que tenía margen, como demostró en París, pero jugó de farol. Se guardó el as en la manga y sorprendió a todos en La Défense Arena. De hecho, su convicción en que estaba en perfectas condiciones de rebajar sensiblemente su propia plusmarca le añadió a centrarse en otros aspectos durante los meses previos de preparación.

Pan Zhanle, en el podio de París junto a Kyle Chalmers y David Popovici.
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Pan Zhanle, en el podio de París junto a Kyle Chalmers y David Popovici.JONATHAN NACKSTRANDAFP

El nadador chino dejó un poco de lado su entrenamiento en velocidad para trabajar ejercicios más aeróbicos y de resistencia, enfocados sobre todo al tramo final de la prueba, como acabó demostrando en los Juegos. Y también se sometió a la ciencia para mejorar su técnica subacuática.

Una vez se superó Zhanle a sí mismo, en este inicio de temporada que desembocará en los Mundiales de Singapur, el próximo julio, se está probando en piscina corta en otras distancias más largas y en especialidades, de ahí que en la Copa del Mundo compitiera en estilos. E incluso vence sus ratos libres practicando a un alto nivel el bádminton. Tiene 20 años, es campeón mundial, olímpico y plusmarquista. Y aún se cree capaz de ofrecer una mejor versión. Sin trampa ni cartón.

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