GIMNASIA | CAMPEONATOS MUNDIALES
La Selección femenina, decepcionada por quedarse sin billete a París 2024
En Amberes se presenta una nueva figura a seguir: Kaylia Nemour, campeona de África y con el ejercicio de mayor dificultad por ahora en los Mundiales.
Aunque mantuvo la esperanza hasta media tarde de este lunes tras competir en el primer turno de la mañana, el equipo femenino español poco a poco fue cayendo de la séptima posición para quedarse fuera de los doce primeros cuando aún faltaban por salir Japón, China y Francia. Es decir, fuera de los Juegos Olímpicos en la que era una empresa excesivamente complicada: respecto al anterior Mundial había que remontar cinco posiciones, y aunque el Europeo de este año abría una luz de esperanza, entre medias también se colaron, con los clásicos, equipos menos afamados: México, Corea, Canadá.
Lucía Guisado utilizó a cinco gimnastas, Alba Petisco, Laura Casabuena y Laia Font en los cuatro, Ana Pérez en tres, con lo que Sara Pinilla ocupó su puesto en salto. La barra de equilibrios volvió a ser un hándicap para las españolas con sólo Ana (12,966) por encima de los 12 puntos; por contra, en suelo Alba, Laura y Laia puntuaron las tres con más de trece puntos. Con 152,895 puntos, a menos de 39,00 por aparatos (se suman las tres mejores de las cuatro que compiten) se sabía que matemáticamente era improbable acabar entre esos doce primeros, entre los que estaba los tres ya clasificados del pasado Mundial, como se confirmó en la séptima rotación en la que ya estaban en la posición número trece, y con Japón, China y Francia, aspirantes a la final por equipos, aún sin intervenir.
Al margen de la decepción española y de la atención general sobre Simone Biles, que lidera la general, este lunes se ha visto en la competición a una gimnasta que va para estrella en este deporte, si las lesiones no se lo impiden: Kaylia Nemour, que en diciembre cumple 17 años, y que es la campeona africana representado a Argelia.
Kaylia es una de las gimnastas que ha puesto a la Federación de Francia en evidencia. Hija de madre francesa y padre argelino, destacó precozmente en Francia y compitió con su selección, incluso en los nacionales del país llegó a ser la campeona en asimétricas frente a la estrellas absolutas del país. Señalada como futura indiscutible figura, se perdió un año completo por una operación de las rodillas por un problema de degeneración de los cartílagos. Cuando su médico le concedió el alta, el médico de la selección gala dijo que no, y ahí comenzó el batallar de la gimnasta para competir con Argelia con su condición de doble nacionalidad. La Internacional (FIG) le concedió el permiso para el cambio, pero Francia lo bloqueó, y sólo el movimiento popular en la gimnasia francesa y mundial doblegó a los dirigentes galos.
Kayla llegó a tiempo para ganar la medalla de oro en la general de los Campeonatos Africanos, y ayudar a Argelia a colgarse la medalla de bronce por equipos. Hoy, ha dejado la primera muestra de su calidad: estará en la final de las mejores, y en las asimétricas acabó segunda (a falta de dos rotaciones), entre las estadounidenses Shilese Jones (14,833) y Simone Biles (14,40) con su 14,733 (luego entraron más en la quiniela). Lo llamativo es que esa nota la conquistó sin una ejecución espectacular, con lo que tiene margen de mejora en la final del aparato, porque parte con 6,80 de grado de dificultad del ejercicio, el más valorado en cuantos se ha ejecutado en los dos primeros días; es decir, salvo que entre las mejores alguna se haya reservado, sus asimétricas son lo más parecido en valor a Nadia Comaneci en Montreal-76, la rumana del 10 más famoso de la historia, por ser el primero y todo lo que representaba, y también en las asimétricas,.