NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

UFC

La lucha de Alex Pereira con el alcoholismo

El peleador brasileño aseguró que las artes marciales mixtas le ayudaron con sus problemas con la bebida. Luchó durante cuatro años para salir de ese pozo y se proclamó campeón de la UFC.

Alex Pereira.
UFC

Los deportes de contacto traen muchas historias de superación y una de ellas es la de Alex Pereira, el excampeón del peso medio de la UFC. El brasileño reveló en el podcast Werdum Nao Para que luchó durante cuatro años contra el alcoholismo. Las artes marciales mixtas le sacaron de ese pozo y pudo llegar a lo más alto del deporte, aunque no fue nada fácil. La madrugada del sábado al domingo dará el salto al peso semipesado ante Jan Blachowicz en la pelea coestelar del UFC 291.

La adicción de Alex Pereira con el alcohol fue algo grave, ya que bebía todos los días durante varios años, algo que sorprendió a los aficionados. “No fue que yo llegase y decidiese dejar de beber. Fueron cuatro años en esa pelea. Si no paraba yo, no sería nadie en el mundo. Nunca consumí nada más. Nunca me metí drogas, mi problema era la bebida. Bebía todos los días, un litro de media”, reveló el brasileño.

Poatan tuvo una infancia difícil que le llevó a esos malos hábitos. Con 12 años, dejó el colegio y se puso a trabajar en un taller de neumáticos donde ofrecían servicios mecánicos. Trabajaba durante diez horas al día arrastrando neumáticos en malas condiciones. En el taller, también vendían una bebida de ron brasileño hecho con caña de azúcar, que sus trabajadores consumían durante la jornada. Con 16 años, ya bebía un litro diario de este ron y lo alternaba con cervezas.

Además de aprender a trabajar, aprendí a beber. No tenía control y caza vez bebía más y más. Yo pensaba: ‘Cuando quiera parar, pararé’. La primera vez fueron dos meses, pero volvía con todo. Bebía como un loco. Fue entonces cuando pensé que el deporte me salvaría. No sabía jugar al fútbol, pero sabía que tenía un don para pelear y busqué las artes marciales”, explicó Pereira. Fue entonces cuando se apuntó a un gimnasio de kickboxing, y fue el principio de su salvación. “Tenía horarios para beber. Tenía miedo, pero hoy veo la necesidad. ¿Cuántas personas tienen problemas con el alcohol y las drogas? Hoy, tienen la oportunidad de saber que pueden salvarse, gracias a la ayuda y al deporte”, aseguró Poatan.

En kickboxing fue la primera vez que se vio las caras con Israel Adesanya hace años. Se llegaron a enfrentar dos veces, y en ambas peleas se impuso el brasileño. En la primera, por decisión unánime y, en la segunda, por KO en el tercer asalto. Pereira llegó a la UFC reclamando de nuevo al neozelandés, que aceptó el reto y puso en juego su cinturón de campeón del peso medio. Para sorpresa de muchos, Poatan ganó por TKO en el quinto round en un pleito igualado y se proclamó campeón de la división.

La revancha no tardó en llegar. Tan solo cinco meses después, en abril de 2023, volvieron a subir a la jaula. Esta vez el resultado fue diferente. Adesanya fue con los deberes hechos y le noqueó en el segundo asalto, recuperando así su cinturón y venciendo a su bestia negra. Después de esta dura derrota, Pereira dio el salto al peso semipesado.

Y tendrá su primer choque en su nueva división la madrugada del sábado al domingo en el UFC 291. Protagonizará la pelea coestelar de la noche, que culminará con la revancha entre Dustin Poirier y Justin Gaethje, con el excampeón de la división Jan Blachowicz en Salt Lake City, en Estados Unidos. El veterano retuvo su cinturón ante Adesanya en marzo de 2021 por decisión unánime, arrebatándole el invicto, para unos meses más tarde perderlo contra Glover Teixeira por sumisión en el segundo asalto. Volvió a pelear por el título en diciembre, en el UFC 289, con Magomed Ankalaev, pero el cinturón quedó sin dueño, ya que firmaron un combate nulo por decisión dividida. Ambos peleadores vienen de perder sus últimos pleitos con título de por medio, y están ante la oportunidad de reencontrarse con la victoria y poder optar a coronarse una vez más.