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WATERPOLO | DOHA 2024

La familia de los Mundiales

Isabel Piralkova, que debutó con España en el Europeo, no se conforma con otra plata. Svilen Piralkov trata de repetir aquel oro con los chicos. Padre e hija explican su historia en AS.

Actualizado a
Isabel Piralkova y Svilen Piralkov posan para AS durante un momento de la entrevista.
GORKA LEIZADiarioAS

Igual que el agua une de algún modo continentes, los Mundiales de waterpolo han juntado a una familia, padre e hija, que el pasado enero se colgaron sendas medallas en el Europeo, pero a miles de kilómetros de distancia entre ellos. Isabel Piralkova, plata en el campeonato de su debut con la Selección española femenina, en Eindhoven. Svilen Piralkov, oro en Zagreb con el combinado masculino del que es asistente técnico de David Martín, el seleccionador. Y ahora, unidos en Doha, ambos persiguen estar en lo más alto no de uno sino de dos podios.

“El Europeo fue mi primera experiencia. Iba tranquila, con la confianza de cómo lo he estado haciendo esta temporada en la Liga y en los entrenamientos con la Absoluta”, esgrime Isabel, máxima anotadora de la División de Honor, con 40 dianas, y jugadora más valorada, a sus 18 años. “Vamos a intentar sacar un resultado todavía mejor que en el Europeo, tenemos las cosas muy claras”, sentencia la atacante del CN Terrassa.

“No vivimos del título europeo, porque lo que queremos es ganar todas las competiciones”, proclama por su parte Svilen. “Estos meses hemos tenido mucho tiempo para estar juntos, para pulir cosas del sistema, del juego, y creo que eso nos va bien”, añade el que, como jugador, fuera bronce mundial con España en 2007.

Isabel Piralkova y Svilen Piralkov posan para AS.
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Isabel Piralkova y Svilen Piralkov posan para AS. GORKA LEIZADiarioAS

“Isa empezó de muy pequeña a hacer cursillos en Terrassa, y más tarde la captó mi buen amigo Florin Bonca (exjugador del CN Mediterrani o del CN Martiánez), que era entonces el entrenador del Femenino del CN Mataró, para las categorías inferiores. Siempre estábamos juntos y me insistía en que Isa fuera a probar. Hasta que lo hizo y entró… Hasta ahora”, narra Svilen, quien recuerda esos inicios de su hija, que coincidieron con los últimos coletazos de él dentro del agua: “Ella venía a todos los partidos en Terrassa, Sabadell y finalmente Mataró”, donde se retiró en 2014. “Como jugador no tenía tiempo para llevarla aquí y allá. Lo más fácil era dejarla en la piscina, la suerte es que le gustó y se enganchó”, celebra.

“Recuerdo ir a sus partidos, especialmente el último. Yo no era consciente de que era su despedida, lo valoré más con el tiempo”, destaca Isabel, quien proclama: “Cuando mi padre dejó el waterpolo, yo empecé. Tampoco tuve la opción de probar otros deportes. Fue la sucesión”. En el Mataró militó hasta el segundo año de juveniles, en 2022 se cambió al Atlètic-Barceloneta y esta temporada ha dado el salto al Terrasa.

“Ella demuestra desparpajo, no tiene miedo. Hizo un buen Europeo y está preparada para cualquier reto porque, además, está disfrutando”, analiza Svilen. E Isabel, que a la que puede no pierde ocasión de visitar a su familia paterna en Bulgaria, abunda: “El consejo que me da mi padre es que disfrute de todo lo que hago porque cada momento vale oro, tanto dentro del agua como fuera, porque son experiencias que se van a quedar para siempre”.

Como las peripecias de estos Mundiales, en que la Selección femenina afronta este lunes el partido de cuartos de final contra Canadá (15:30, hora peninsular española) y el martes harán lo propio los chicos ante Montenegro. Porque España entra en la semana decisiva, donde la familia Piralkova puede colgarse dos oros.