Kraft lidera el triplete austriaco en Innsbruck y pone al rojo vivo el Cuatro Trampolines

La mística rodea al trampolín de Innsbruck en todos los sentidos. Quizás sea el emplazamiento más único de los saltos de esquí, donde sus protagonistas vislumbran desde la cima unas panorámicas inigualables de un cementerio. Un contraste que a cualquiera le helaría la sangre, segundos antes de poner tu vida en juego. Ante eso ni se inmutan, especialmente, el trío de austriacos que está dominando una edición del Cuatro Trampolines que ya es una de las más igualadas de su historia.

Este domingo le tocó el turno a Stefan Kraft, que con el primer triunfo de su carrera en Innsbruck recuperó el liderato de la Tournée y dejó un desenlace de infarto para la última parada en Bichofshofen: aventaja en la general a sus compatriotas, Jan Hoerl (2º) y Daniel Tschofenig (3º) en seis décimas y 1,3 puntos, respectivamente. El más mínimo detalle decidirá el nuevo ganador del Águila Dorada entre tres titanes. Único, irrepetible.

Al contrario que otros años, en el siempre caprichoso trampolín de Innsbruck, las condiciones de vuelo eran excelentes, con una ligera brisa que dejó un panorama neutro. Las distancias no serían descomunales en la mayoría de casos, pero sí se podrían conseguir notas altas por la facilidad para clavar la técnica. Bien temprano quedó patente, con un Timi Zajc que se fue a los 131 metros en los compases iniciales de la primera manga.

No solo ganó su duelo en la ronda del ‘KO’ de calle (se clasifican los 25 ganadores de los duelos y los cinco mejores eliminados), sino que se situó en los puestos de privilegio. Y para relegarle de la ‘silla caliente’ hubo que esperar a los grandes dominadores, o lo que es lo mismo: el tridente austriaco. El primer turno fue del líder Tschofenig, que se fue hasta los 132,5 metros. El liderato le duró un suspiro, con su compatriota Kraft aterrizando en los 131,5 m. Gracias a la compensación, le bastaron cuatro décimas para situarse por delante. Con Deschwanden lejos (10º) y Forfang (130,5 m) confirmándose como única alternativa, llegaba el turno de un Hoerl que estuvo casi tan imperial como en la clasificación: 134 m, aprovechando un viento ligeramente mejor, y primera posición.

La emoción para la segunda manga iba a ser de alto voltaje. De Hoerl a Tschofenig, con Kraft intercalado entre ambos, sólo había nueve décimas de diferencia, prueba tangible de la tremenda igualdad entre los tres durante esta Tournée. Entre las alternativas, Forfang empeoró y Deschwanden dio un paso adelante en la segunda manga, pero el suizo tampoco tuvo nada que hacer para discutir el triplete austriaco. Las condiciones de viento empeoraron levemente en los últimos minutos y Tschofenig lo acusó con unos 127,5 metros que parecían insuficientes. Así fue.

Kraft olió sangre y no perdonó, mejorando su distancia de la primera manga a pesar de las dificultades: 132,5 metros, con un vuelo estable, inmóvil, y un telemark impecable. Diez puntos de ventaja sobre Tschofenig y liderato de la Tournée nuevamente en su poder. Hoerl lo estaba bordando y traía del primer salto un pequeño colchón de tranquilidad respecto a Kraft. Pero en el último momento, un inestable telemark le condenó a pesar de aterrizar en 132 metros. El ‘jefecito’ alzaba los brazos por 1,4 puntos gracias a ese pequeño detalle. Eso mismo decidirá el nuevo dueño Águila Dorada más cara de los últimos tiempos.

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