Kobayashi conquista su tercer Águila Dorada en el Cuatro Trampolines

A lo largo de su historia, sólo ocho saltadores habían conquistado el Cuatro Trampolines sin victorias parciales. A saber: Silvennoinen (1955), Kamenski (1956), Queck (1970), Raska (1971), Mork (1972), Vettori (1987), Laakkonen (1989) y Ahonen (1999). En ese selecto club, en el Día de Reyes, ingresó un nuevo miembro que ya es leyenda de este deporte por derecho propio: Ryoyu Kobayashi. El japonés (27 años), que llegaba a la última cita de la competición tras sumar segundos puestos en Oberstdorf, Garmisch e Innsbruck, hizo lo propio en Bichofshofen, donde únicamente un excelso Stefan Kraft pudo con él. Es su tercer Águila Dorada, lo que en el palmarés histórico sólo le deja por detrás del alemán Jens Weißflog (4) y del mítico finlandés Janne Ahonen (5).

Ni la copiosa nieve que cayó en Bichofshofen a lo largo de la tarde quiso perderse este emocionante desenlace. Pura épica. Como líder, Kobayashi defendía 4,8 puntos sobre Andreas Wellinger, y pese a liderar la clasificación con autoridad, no tuvo una primera ronda sencilla. Su rival fue Gregor Deschwanden, que esta temporada se encuentra en su mejor momento, con su primer podio en una prueba de Copa del Mundo incluido. No obstante, no hubo color. La reciente versión del japonés es la mejor de sí mismo, por lo que el suizo ni siquiera pudo inquietarle. Liderato en la primera manga para Ryoyu merced a sus 137 metros, 14,2 puntos más que un Wellinger que se quedó en 132. Game over.

Al menos tendríamos emoción de cara al podio y la victoria del día. Ahí estaban metidos de lleno tanto Kraft (136,5 m) como Lanisek (134,5 m), merced a dos muy buenos saltos. Así lo reafirmaron en su segunda tentativa. Antes, Wellinger se despidió dignamente de la Tournée (2º en la general), apretando a Kobayashi hasta el final con un gran vuelo de 137 metros. Lanisek se llevó el premio honorífico al salto más largo de la jornada (141 metros), mientras que Kraft lo clavó: 140 metros y puntuación sensacional en lo técnico para acabar tercero de la general. Kobayashi, con cierto margen, apostó por la victoria y se quedó a las puertas, a pesar de aterrizar en los 139 metros.

“Contento, sin palabras. ¿Más fácil que los otros años? No lo recuerdo. Demasiadas cosas han pasado hasta este día. He necesitado volver a concentrarme en la zona de volar”, explicó el de Sapporo, con un inglés mejorable, al término de la competición. Pese a todo, nada empaña la actuación de un Kobayashi fantástico a lo largo de toda la competición, cuya intachable regularidad le ha dado el título, curiosamente, sin victorias. Todo lo contrario que en sus dos primeras Águilas Doradas: grand slam en 2019 (uno de los tres saltadores que lo ha conseguido en toda la historia) y tres triunfos en 2022. Ambos éxitos también se tradujeron en sendos Globos de Cristal. ¿Repetirá hazaña el ‘japonés volador?’

General final del Cuatro Trampolines

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