Juan ‘El Chapo’ Izquierdo: “Soy un tipo duro. Tienes que darme con un extintor para apagarme las luces”
El peleador hispanoecuatoriano atendió a AS justo antes de finalizar un año de enorme balance positivo tras su última victoria en WOW 15. El campeón del mundo habló de su futuro, su largo camino y de su salud mental.
Juan Carlos ‘El Chapo’ Izquierdo (6-2) viene de retomar la senda de la victoria en una de las peleas más emocionantes del último evento de WOW. El peleador afincado en Madrid atiende a AS en un momento de incertudumbre tras los cambios en una compañía que siempre ha estado ligada a su carrera.
Presente, pasado y futuro; victorias y derrotas o momentos buenos y malos son los temas principales de una charla distendida con una de las caras más reconocibles de las MMA españolas desde que se proclamase campeón del mundo amateur y haya llevado una carrera absolutamente ligada a la guerra en el octógono.
Fue el primer español en proclamarse campeón del mundo de IMMAF ¿Cómo recuerda aquella experiencia?
“Eran otros tiempos, la gente estaba muy dura y el nivel aquí lo teníamos muy pocos. A aquella ‘World Cup’ fuimos 4 y sin entrenador: fuimos Manguelo, Toni Segarra, Rafa (Calderón) y nos acompañó el padre de Manguelo. Fuimos a la aventura, y decidimos hacerlo y poco a poco fuimos avanzando, quitándonos de en medio a gente muy potente, campeones continentales y aún así fuimos haciendo frente”.
“Era otro tiempo, en aquel momento había rusos, kazajos potentes, tayikos… realmente era otra historia, y conseguimos quedar campeones. En cuestión de 4 meses tuvimos que volver al World Championship en Abu Dhabi y ahí igual. Es una guerra, IMMAF es una prueba constante en la que tienes que salir lo mejor posible día a día y combate a combate. Tienes que dar el peso, hacer dos reconocimientos médicos, uno antes y otro después de cada combate, y si tienes suerte tienes un día de parón en todo el torneo. Yo me acuerdo que no libré ni uno, 5 peleas en 5 días”.
“Gracias a ese oro y esa plata me coloqué número 1 del ranking mundial y en el libra por libra me coloqué el 8 del mundo”.
¿Qué hace falta para alcanzar un mundial?
“Hace falta ser campeón de tu comunidad y ser medallista español para poder ir a un evento internacional. Es todo un proceso muy bonito que también me ha ayudado a ser profesional hoy en día”.
¿Iba con la idea de que era posible ganar?
“No…iba con la idea de pasar combate a combate e íbamos a llegar hasta donde quisiéramos. Pensar en ser campeón del mundo era quizás muy ambicioso, lo enfocábamos en el día a día”.
¿Cómo fue su recibimiento como campeón del mundo? ¿Fue caluroso?
“Emm…no. Si quieres te muestro una foto y ves como fue el recibimiento. Tengo fotos. Fue en el aeropuerto, con la gente de mi gimnasio, de Kiofu, y algún compañero más y ya está. La gente no entendía quiénes éramos esos locos”.
“Me acuerdo que el que quedó tercero, que hice buenas migas con él, tuvo un recibimiento increíble en Tayikistán. Todo abarrotado, ramos de flores…y pensabamos: “algún día pasará eso aquí”. Pero bueno, el deporte sigue creciendo y cada vez está más cerca eso”.
¿Recuerda como fue tomar la decisión de dar el salto a profesional?
“El tema de las medallas fue un objetivo a corto plazo para pensar en algo más. Pensábamos en intentar conseguir una medalla internacional, y conseguí dos. El siguiente salto era dar el salto a profesional. Mis logros me daban un mínimo de confianza para creer que estaba listo para labrar una buena carrera profesional”.
¿Ha evolucionado mucho desde aquel momento?
“Claro que sí, en todos los ámbitos. Tengo claro lo que quiero, tengo la ambición de además, ayudar a las próximas generaciones. Tengo claro que hubiera hecho algunas cosas de forma distinta, velando por mí y no por intereses de otras personas u organizaciones”.
¿Cómo fue ese plan de ‘volver a tus orígenes’ después de aquella derrota justo antes de verano?
“Básicamente, volví a retomar una rutina constante de boxeo a primera hora de la mañana, preparación física a media tarde y un entreno fuerte por la noche. Realmente sigo haciendo esto, puliendo detalles, mejorando y haciendo lo que funciona de verdad”.
¿Ayudó el volver a la esencia a tolerar la frustración de la última derrota?
“Realmente, esa derrota no la veo como derrota. Fue muy cerrado. Lo veo más como una derrota mental, porque no fui capaz de cambiar el gameplan a tiempo. Pero no lo veo como una derrota, lo veo como una buena pelea, en la que habría podido caer la balanza para cualquier lado”.
“Creo que el resultado deja ver que los jueces son externos a la compañía y valoraron su visión del combate. Siendo una parte tan importante de WOW, hubiéramos ganado muchos combates (risas)”.
¿Qué hubiera cambiado en aquella pelea?
“Haber capitalizado sus fallos y haber sido más pillo. Comí demasiados calf kicks (patada al gemelo). Si hubiera sido capaz de esquivar o contragolpear, hubiera sido otra historia. Haber sido más agresivo y más potente, con más hambre, hubieran decantado la balanza”.
¿Eres noqueable?
“Creo que tengo capacidad de encaje, eso ha quedado demostrado. Soy una persona dura y que va hasta el final, eso también. En la primera pelea que perdí, llegué de estar con estafilococos. Estuve en el hospital. La semana del recorte fue horrible y aún así mantuve mi palabra de pelear. Casi finalizo en aquella ocasión, aunque ese “casi” no sirve de nada. Pero seguí hasta el final a pesar de no tener fuerzas”.
“Creo que en momentos así ha quedado claro que soy un hueso duro de roer y que tienes que darme con un extintor para apagarme las luces de verdad”.
¿Qué significó para ti la vuelta a la senda de la victoria?
“Realmente nada. Estaba pasando un bache emocional, llámalo depresión… y realmente solo me importaba ponerme a prueba. Tienes que creer mucho en ti, pero a veces la mente te juega malas pasadas y te hace dudar. Te hace dudar del procesio, de quién eres y aunque lo tengas claro, esas dudas ahí están”.
“Es cierto que en esta ocasión, mi victoria fue ajustada, realmente me la llevo porque provoqué mucho más daño. En esta ocasión tenía muchas más ganas de boxear porque realmente no estaba al 100% físicamente. Mucho corte de peso, una bajada muy muy dura. Ahora veo los vídeos y parece que estoy bien, pero no, no estaba bien”.
¿Cómo se encuentra ahora con respecto a ese bache emocional?
“Poco a poco sigo evolucionando. Tengo claro lo que quiero y como lo voy a conseguir. Quiero seguir dedicándome al negocio del dolor y ser uno de los verdugos más duros que pueda existir”.
“A día de hoy hay algunas cosas que no me están acompañando. Dicho esto, estaba en un punto jodido, estoy en un punto estable, y eso es importante también”.
¿Ha llegado a pensar que esto no era para usted?
“Todos los días. Todos los días. Todos los días, pero luego recuerdo por qué peleo, por qué lucho y que esta es mi forma de vida y también mi trabajo. No quiero que se convierta en inercia. Quiero que sea algo que me llene y que deje legado”.
¿Qué va a ocurrir con usted y su contrato con WOW tras los últimos cambios?
“No tengo ni idea. No sé en qué punto se encuentra la compañía ni mucho menos. A mí nadie me ha dicho nada después de la última pelea. Solo me llegan las supuestas noticias que se van filtrando. No lo sé. No se que va a ser de mí al respecto ni se lo que plantean. En los últimos eventos se han visto cosas que dejan mucho que desear. Yo tengo que ver por mí, buscar peleas que me interesen y que me aporten realmente”.
¿Hay algún plan con respecto a su próxima pelea?
“Hasta que la compañía no se comunique conmigo no sé cuál es mi situación. Obviamente tengo un Plan B y hay que ver si la nueva WOW está alineada con los peleadores que le llevaron a estar donde está ahora”.
“No te puedo hablar de cosas que desconozco. La promotora, que es la primera interesada y que supuestamente son mis managers, no me dicen nada, me tienen olvidado. Están cuidando otras cosas que a los que somos buques insignia de la compañía. Se están perdiendo un poco los principios”.
¿Estará ligado para siempre al mundo de las MMA?
“Bua, me encantaría. Me encantaría formar a nuevas generaciones y demostrar a la gente donde está el nivel. No quiero ser un ‘vendemotos’. Quiero formar a luchadores potentes, que hagan carrera y sobre todo, hacerlo en familia junto al núcleo fuerte que somos Kiofu. Si el día de mañana yo me separo, seremos igual una extensión de la familia, pero yo quiero tener mi propio equipo, mi propio gimnasio y no fichar peleadores, fabricar peleadores”.
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