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TAEKWONDO

Iván García, de Mundial a Mundial, rotura de meniscos mediante

El subcampeón del mundo habla con AS después de su primera sesión con el alta médica. Estará en Bakú, desde el 29 de mayo, para “comerse” el tapiz.

Iván García, de Mundial a Mundial, rotura de meniscos mediante

Lleva algo más de un mes entrenando taekwondo, pero la sesión del lunes no fue una más para Iván García, subcampeón del mundo (+87 kg) en los Mundiales del año pasado. En noviembre, culminaba un año “de locos”, en el que también fue plata en los Europeos; en enero, era operado de una rotura en los meniscos interno y externo de la rodilla derecha. “No tengo dudas de que, aunque sea una dificultad, volveré más fuerte. Sigo confiando en todo el camino que queda por delante y quiero dejar claro que vamos a luchar por estar en París 2024″, compartía el deportista gallego (Marín, Pontevedra, 1997) en sus redes sociales tras la intervención. Cinco meses después, “vuelta al ruedo”. Y por la puerta grande: sin ninguna competición previa, estará en los Mundiales de Bakú (Azerbaiyán), que tendrán lugar del 29 de mayo al 4 de junio.

Tras su primer entrenamiento con el alta médica, Iván coge el teléfono con energía. Desde hace una semana, siente que la rodilla responde por completo. “Ahora ya entreno al 100%. Antes, lo hacía con cierta precaución”, asegura. Ha ido cumpliendo todos los plazos. A los dos días de la operación, empezó a trabajar con fisio y preparador físico. “Eran sesiones poco estimulantes, de imaginación, de realizar movimientos con la otra pierna para recrearlos, etc.”, especifica. Todo ello, con la rodilla estirada e inmovilizada por completo, durante dos semanas. En la tercera, empezó a pisar gimnasio, con sesiones diarias para trabajar el tronco superior. A partir de la cuarta semana, con 90 grados de movilidad, el trabajo se trasladó a la piscina. Durante un mes, los ejercicios bajo el agua se intercalaron con el cardio. En la novena semana, ya sin muletas, fue aumentando la intensidad de su preparación. “A partir de ahí, fue todo rodado. No tuve molestias e iba cumpliendo los objetivos del día a día. En cosa de un mes, empecé a pegar patadas”, recuerda.

Cuando se lesionó, tenía la esperanza de que no fuera nada. “Con un Ibuprofeno, podía tirar”, asegura. “Cuando llegué al médico, sin embargo, me dijo que tenía que operarme sí o sí”, añade. En estas primeras sesiones completas de entrenamiento, tiene buenas sensaciones, pero no puede vaticinar nada de cara a Azerbaiyán, más allá de su hambre. “Si este mes se da bien, puedo llegar en una forma física bastante buena. Al menos, decente, pero no tengo feedback real. Como no voy a competir previamente, no sé en qué momento estoy. Eso sí, la idea es salir a comerme los Mundiales otra vez. Eso es lo que me pide el cuerpo”, asegura. Lo hará con otro taekwondo. Más eficiente y con menos riesgos, pero sin miedo. Quiere toparse con la realidad. “Si sale bien, encantado; si no, me servirá para saber en qué debemos trabajar”, analiza. Medalla de plata, mentalidad de oro.

Tiempo para resetear y buscar patrocinios

“No voy a tener tanto tiempo como ahora en toda mi vida”, pensó Iván tras la operación. Y lo aprovechó al máximo. Como es habitual en los deportistas de élite, reseteó y se alejó mentalmente del taekwondo. Leyó mucho y jugó a los videojuegos con sus amigos. “Todas aquellas pequeñas cosas que no me permite la competición”, resume el subcampeón del mundo, que también está terminando las prácticas de un ciclo de nutrición (es graduado en Ciencias del Deporte). Desconectó del tapiz, pero no de su carrera como deportista. Buena parte del tiempo, lo dedicó a buscar patrocinadores, una asignatura que tenía pendiente. “Ahora mismo, tengo firmados dos (EGS Formación y Casares Asesores) y estoy a la espera de poder conseguir alguno más. Es un proceso en el que he aprendido muchas cosas”, revela. Además de los Mundiales, también tiene pensado estar en el GP de Roma y los Juegos Europeos. Y en París.