Historia de una conspiración: “Mañana tienes que dejarte ganar”
Ye Zhaoying, exestrella china del bádminton, asegura en TV 2 SPORT que recibió órdenes para perder en Sídney 2000 ante su compatriota Gong Zhichao.
Sídney, año 2000, Juegos Olímpicos. Ye Zhaoying, en su habitación, se prepara para disputar el partido más importante de su carrera. Toda una vida esperando este momento: luchar por una final olímpica. Nervios, tensión. Toc, toc. De repente, alguien alguien llama a la puerta. Li Yongbo, entonces entrenador del equipo nacional chino de bádminton, y Tang Xuehua, encargado de la selección femenina, son claros: “Mañana tienes que dejarte ganar”. O, al menos, eso asegura la excampeona del mundo (1995 y 1997) en una entrevista exclusiva para el medio danés TV 2 SPORT, donde colabora Camilla Martin, plata en dichas olimpiadas tras perder en la final ante Gong Zhichao, la elegida por la delegación asiática para lograr el oro. “Si no tuviéramos en cuenta la ética, China estaba actuando de forma inteligente. Nunca pude vencer a Gong Zhichao y prefería jugar contra Ye Zhaoying. No hay duda de que los chinos sabían esto y que tenían muchas más posibilidades de ganar el oro al llevar a Gong Zhichao a la final”, reflexiona ahora Camila.
Los hechos, según Zhaoying, fueron los siguientes. China, con tres representantes en semifinales, quería asegurarse el primer cajón. Dai Yun, en el segundo turno, perdía de forma contundente contra Camila (11-5 y 11-0) y, por el otro lado, avanzaban ella, que terminaría siendo bronce, y Zhichao, posterior campeona. El objetivo era claro: evitar un desgaste innecesario y elegir la jugadora cuyas características se adaptaran mejor al juego danés, por si Martin terminaba venciendo a Yun, como hizo. “Nadie sabía si Camilla pasaría a la final, y tenían que decidir quién de nosotras tenía más probabilidades de vencerla. Decidieron que tenía que perder ante Gong Zhichao”, explica Ye, a la que le ofrecieron ganar lo mismo que se embolsaría siendo campeona (21.500 €). “Me dijeron que era importante que nadie pudiera ver que estaba perdiendo deliberadamente. También era importante que no cansara a Gong, así que tuve que perder en dos sets”, desmenuza. El resultado terminó siendo un doble 11-8.
“Si hubiera ganado mi semifinal y luego hubiera perdido ante Camilla, toda China me habría considerado una traidora. Mis victorias anteriores no habrían tenido sentido si no hubiera ganado el oro”, asegura Zhichao, que no acató las órdenes al completo. Se dejó ganar, según sus palabras, pero dando muestras de que no estaba compitiendo al máximo. No a la vista de todo el mundo, pero sí a la de los expertos, que así lo ratifican. Cuando, 22 años después, Jim Laugesen, analista de bádminton, ve las imágenes, no tiene dudas: “Ye Zhaoying era una jugadora con mucha clase, y se puede ver por su actitud y la forma en que falla los tiros o golpea el volante fuera de la pista que no estaba allí para ganar”. En el duelo por el bronce, no amañado, asegura, superó a Dai Yun en tres sets, pero de forma contundente (8-11, 11-2 y 11-6). “Al sistema no le importaba quién ganaba, porque ambas éramos chinas”, justifica.
Vida en Málaga con otra estrella china
Ahora, Ye Zhaoying reside en España. Concretamente, en Málaga, junto a su marido, Hao Haidong, una exestrella china del fútbol en la década de los 90. En 2020, ambos criticaron de forma feroz el sistema político de su país, al que no quieren volver pese a tener un patrimonio de más de 135 millones de euros. “Cualquier cosa podría pasar. Podríamos ser detenidos, arrestados o incluso ejecutados”, asegura Haidong. “Establecen un objetivo para la cantidad de medallas que esperan. Por lo tanto, es vital que tanto los entrenadores como los gerentes regresen con los bolsillos llenos de oro. De lo contrario, corren el riesgo de ser despedidos. Es por eso que comienzan a amañar partidos antes y durante los Juegos”, analiza Zhaoying, contraria al sistema deportivo implantado en China. “Nos utilizan como herramientas políticas”, asegura. La otra cara del deporte olímpico.