“He exprimido al máximo mi carrera y se acaba este año”

Todo tiene un final, y aunque parecía que Carolina Navarro (Málaga, 48) era eterna, la andaluza residente en Madrid con pasaporte deportivo sueco, dice basta, que no retará a la historia, y tras haber ganado todo lo posible, este 2025 será el de su despedida como jugadora.

-Pero si usted aún disfruta en la pista. Un año más, y llegaría a los cincuenta: un reto histórico para una profesional.

-No quiero tumbar a las estadísticas. Lo decidí el año pasado, y un día le dije a mi preparador físico que este 2025 iba a ser el de la última temporada. He exprimido al máximo mi carrera deportiva y llega a su fin. Eso sí, la he disfrutado intensamente.

-Lo mismo no lo adelantó en unos meses por Betasteguín.

-Algo así, por no hacerle sombra, claro. Fernando lo ha hecho muy bien. Anunció con tiempo que el 2024 era el de su adiós, y lo ha podido gozar. Yo espero lo mismo, poder disfrutarlo también, y aunque siempre encaro cada partido como si fuese el último, eso de saber que allá donde actúe será la última visita, pues tiene un plus de emoción.

-Lleva más de 30 años de profesional de un deporte que no existía y ya es reconocido internacionalmente. ¿Qué le parece?

-Una experiencia maravillosa todo este camino. Empecé jugando en unas canchas de cemento y con palas de madera. Recuerdo que teníamos siete u ocho torneos al año, en los que se repartían seis mil euros en cada uno para todas. Y ahora, ya ves; jugamos en el Sant Jordi, en Roma, en París, con aforos de 15.000 espectadores, con televisión en directo. Es un deporte popular que ha pasado de jugarse en España y Argentina y un poco en Brasil, a tener interés en todo el planeta. El cambio ha sido espectacular.

-¿Ha ahorrado lo suficiente para dejar de trabajar en diciembre de 2025?

-Unos meses sí, pero más no. Ahora se gana ocho veces más, por lo menos, que en mis comiezos y ahora es posible que una número uno actual se retire y pueda vivir de los ahorros. No me quejo de lo que he ganado, ni del reconocimiento que he tenido, ni del apoyo de los aficionados, ni del prestigio que me he ganado. Adfemñas, Aaunque tuviese millones en mi cuenta, que no es el caso, yo seguiría trabajando, del otro lado de la red, pero trabajando.

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-Eso suena a planificación de actividad futura ya encauzada.

-Quiero enseñar lo que he aprendido en todos estos años, en una vida como deportista profesional, con unas academias en Madrid y en Málaga, y tal vez en Suecia. Hay muchos proyectos, porque aunque deje de jugar no se terminan los viajes para mis maletas.

-¿Y el futuro al frente de Suecia?

-Me lo han propuesto y me han insistido, que sea su seleccionadora. Por ahora no, mientras siga jugando no quiero esa responsabilidad. Tampoco me interesa ser jugadora y seleccionadora al mismo tiempo. He aceptado colaborar como ayudante del seleccionador. Tal vez pueda ser una opción para el futuro.

-¿No ha pensado entrar en Premier Padel con una compañera sueca?

-Hay algunas chicas de calidad, pero es muy complicado que dejen todo lo que están haciendo para viajar 30 semanas al año por todo el mundo. Y luego están los puntos, que no se tiene presente por el aficionado, pero es algo importante de cara a las previas y los cuadros, a tener mejores posiciones para avanzar

-¿Por qué son tan promiscuos en el pádel?

-Personalmente me gustan los proyectos largos, aunque el año pasado, por ejemplo, tuve ocho compañeras, ocho nada menos. Siete me dejaron a mí. Se te fijas, yo estuve 12 temporadas con Cecilia Reiter, aunque tampoco es muy normal todo ese tiempo, y casi dos con Iciar Montes o con Alejandra Salazar. Para esta última temporada, para despedirme, he apalabrado jugar con la valenciana, de Utiel, Arantxa Soriano, una chica zurda, ya reposada, que me parece que es una gran opción para mi despedida. Ojalá duremos.

-¿Cree usted que en su carrera se ha adelantado a cosas que ahora parecen revolucionarias?

-Quizá haya quien lo sepa, pero no creo que sea muy conocido: he sido campeona de España y de Europa en pádel mixto, algo que ahora parece novedoso. Y lo fui formando pareja con Juan Martín Díaz, vamos, que elegí mal ¿no? Es una gran experiencia, en la que tienes que reflexionar y ser precisa, porque intentas jugar contra la chica, llevar los globos a su esquina y evitando que pueda entrar el chico, porque si consigue coger la bola alta estás perdida. Jugar el mixto bien es complicado.

-De una manera rápida y gráfica: ¿qué le gusta y qué no del pádel actual?

-Lo mejor, la internacionalización y lo que eso se representa para nuestro deporte; lo peor, las prisas, el querer que lleguen los resultados sin darse un tiempo, sin creer en el compañero ni en el grupo de trabajo.