Galán y Lebrón son imparables cuando meten la directa

Alejandro Galán y Juan Lebrón siguen subiendo en sus prestaciones como las burbujas del cava. Cuando se remueve la botella, ellos tambiñen se disparan, como en la final del Open de Suecia de esta malana en Estocolmo, en la que tras perder 6-7 el primer set frente a Paquito Navarro y Martìn Di Nenno, se recuperaron de tal forma que ya no dieron opción 6-2 y 6-1 en algo más de dos horas. Reafirman de esa manera su liderazgo en todos los rankings que en el pádel son.

¿Jugaron mal Paquito y Martín? Radicalmente no. Su partido fue excelente, elevada su moral por volver a una final del WPT y tras haber roto el sábado su mala racha ante Coello y Belasteguín, a los que remontaron un partido imposible. Perdieron poque los rivales actuaron por encima de la excelencia, porque su defensa fue numantina, porque obligaron al riesgo permanente de Navarro y Di Nenno, y porque es una pareja que ataca con golpes defensivos.

Si bien es cierto que en el pádel gana la pareja, no es menos cierto que se puede señalar a algún jugador como el mejor del partido. Y ese es Galán. El madrileño fue sencillamente estratosférico. Sus golpes no son tan maravillosos como los de Lebrón, pero ocupa tanto espacio, es tan activo, cierra tanto los ángulos, llega tan lejos, y golpera de manera efectiva desde tantos sitios, que decantó el choque. Cuando Galán se asentó y Lebrón asumio que lo que proponia su compañero era lo idóneo para ganar, el encuentro tuvo un claro dueño, más allá del esfuerzo de Navarro y la voluntad de Di Nenno. Si, jugaron bien; pero los ganadores lo hicieron mejor y durante más tiempo.