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PÁDEL | PARIS MAJOR PREMIER PÁDEL

Galán y Lebrón se hacen un lugar en el territorio de Rafa Nadal

Después de dos paseos en los últimos partidos, la pareja española tuvo que esforzarse para ganar el Roland Garros a unos magnificos Tello y Chingotto.

Lebrón y Galán, detrás, en la posición al saque,
Franco ArlandGetty

Por la dinámica con la que llegaron a la final del Roland Garros, el tercer año del Premier Pádel de la FIP, Juan Lebrón y Alejandro Galán era los favoritos para llevarse el título. Pero Juan Tello y Chingotto le salieron respondones, y aunque casi siempre la sensación era que los españoles dominaban, los números no eran así. Los argentinos, sin complejos, salieron a morir en el territorio en el que manda Rafa Nadal en el tenis, recompuesto el suelo, porque encima de la tierra batida estaba colocada la pista de pádel. Al final, y con sólo una rotura en el tercer, ganaron los españoles que han disputado las tres finales y tienen dos en su poder para demostrar que son los números unos.

En la final se demostró que Galán y Lebrón no necesitan la pegada para ganar. Las voleas de los dos van a tanta velocidad y con tanta fuerza que apenas tiene contestación. Ganaron el primer set, por la vía rápida porque los puntos eran en muy poco intercambio, pero con un 6-3 que implica que sólo Fede Chingotto se dejó el saque.

Un paso al frente de los argentinos, mayor decisión en ataque por parte de Tello, y Chingotto sin complejos en el cruzado con Lebrón. Fueron los mejores juegos de la pareja, que se gustaba, que había perdido el miedo y les metía en problemas a los dos españoles, que para ganar no era sólo con uno, o con dos, o con tres tiros ganadores. Llegó la rotura de saque, y zas: 4-6 en la segunda manga.

En el tercer set las dos parejas rozaban la gloria de ganar en un escenario mítico debutante en el pádel profesional. Con algo más de prevención, salieron decididas; era la última oportunidad, y fue cuando el madrileño Galán se plantó, piso el acelerador y fue el estilete que abrió la defensa de los rivales, el que llegó a bolas imposibles, el que encontró ángulos inverosímiles, el que atcaó con bolas cargadas casi irrecuperables: 6-4, la gloria para ellos, exigidos por una pareja que sabe al nivel en el que está y no puede conformarse con cumplir llegando a semifinales.