Galán y Lebrón ganan en el partido más rápido de la jornada en el WiZink
La pareja número uno pasa a octavos en menos de una hora de partido (43 minutos) en un día sin sobresaltos en las parejas favoritas a ganar el Premier de Madrid.
En una jornada rápida, que se completó a una hora prudente (22:00), pasan a los octavos de final de este miércoles las parejas señadas por sus puntos en el ranking, con algunas sorpresas en posiciones del diez para abajo. No fue un día de partidos interminables pese a que todos coinciden en la necesidad de amasar los puntos, evitar el remate lejano porque es una manera de regalar el tanto al rival, aunque las contras tampoco son ta definitivas como en otros torneos. En Madrid, y con la pelota Varlion, la ventaja de los pegadores se desvanece. Por eso llama la atención que Galán y Lebrón necesitasen sólo 43 minutos para superar a Bressel y Castillo: 6-1 y 6-0; para los derrotados, que acabaron el lunes con problemas físicos, su triunfo ha sido estar en el cuadro final, con dos partidos jugados.
También llama la atención que Franco Stupaczuk y Pablo Lima firmasen su victoria en 47 minutos ante Rivera y Patinoitis (12-1 entre los dos sets), y que en el debut Sanyo-Tapia, la pareja tan esperada, cumplieses con su primer partido en el Premier con 6-2 y 6-3 a Ayats y Perino, en el otro partido que duró menos de una hora: 59 minutos.
Sólo tres partidos se han ido a los tres sets, y en esa dinámica Pincho Fernández y García Diestro, tras una semana de éxitos, se toparron con un muro pese al 1-6 inicial; luego Gutiérrez y Rico darían la vuelta al partido de manera radical con un 6-3 y un 7-5 en el que remontaron un 2-5, y todo en 2 horas y 34 minutos, el choque más largo del día. Campagnolo y Garrido consumieron dos horas para doblegar a Ramínez y Semmler, por 3-6, 6-1 y 6-2. En el otro partido de tres sets, Belluati y Silingo se impusieron a Muñoz y Vilariño por 6-0, 3-6 y 6-1.
Se despidieron el Madrid P-1 Javi Ruiz y Pablo Lijó; la lesión del primero les obligó a retirarse en el segundo set cuando ya no valía la pena el seguir sufriendo ante García Mora y Marcos, que habían ganado 6-1 e iban 2-1.