Faustino Oro, el ‘Messi del ajedrez’, sigue batiendo récords y apunta a su primera norma de Gran Maestro
El argentino necesita medio punto en tres partidas para conseguir su primera norma de GM, un hito que a su edad solo consiguió Gukesh, campeón mundial.


El tiempo corre para Faustino Oro. Parece mentira -e incluso injusto-, usar estos términos para hablar de un niño de 11 años, pero su talento precoz ha suscitado unas expectativas enormes desde que empezó a mover las piezas por las 64 casillas. A tan solo unas semanas de cumplir 12 años, el argentino, popularmente conocido como el ‘Messi del ajedrez’, está a medio punto de conseguir su primera norma de Gran Maestro.
El torneo Leyendas y Prodigios, celebrado en la Nave Bellver (Madrid), está dejando al público aficionado al ajedrez una de las actuaciones más impresionantes de la historia del deporte ciencia a nivel juvenil. Oro, que se está enfrentando en un evento cerrado a jugadores experimentados de la talla de Julio Granda (leyenda del ajedrez latinoamericano), Alan Pichot (componente de la Selección española) o Pepe Cuenca, entre otros, lleva cinco puntos y medio en seis partidas.
La brillante actuación, con victorias muy merecidas demostrando un amplio conocimiento teórico y aprovechando la más mínima oportunidad ante los errores de sus oponentes, le ha permitido batir un nuevo récord de precocidad. Aunque todavía tendrá que mantenerlos en lista, Faustino Oro es el ajedrecista más joven de la historia en romper la barrera de los 2500 puntos de ELO de forma virtual. A día de hoy, en España solo hay 17 jugadores con más puntuación, mientras que en Argentina nada más que 7.

Si finalmente consigue el medio punto restante y culmina su objetivo, Oro será el segundo jugador de la historia más joven en lograr una norma de Gran Maestro, tan solo por detrás del actual campeón mundial, Dommaraju Gukesh. Tendría por delante algo más de cuatro meses para conseguir las otras dos y ser, así, el Gran Maestro más joven de la historia. El listón, actualmente, lo marca el talento estadounidense Abhimanyu Mishra, que lo consiguió con 12 años, 4 meses y 25 días. Magnus Carlsen, por ejemplo, tardó un año y un día más (13 años, 4 meses y 26 días).
Todo el planeta ajedrez mira estos días hacia Madrid, donde Faustino tendrá tres oportunidades (la primera, este miércoles contra el cubano Omar Almeida) para conseguir unas tablas históricas. No obstante, pase lo que pase, el evento ‘Leyendas y Prodigios’, patrocinado por Insud Pharma e impulsado por el neurocientífico y divulgador Mariano Sigman, con la colaboración del Maestro Internacional, comunicador y seleccionador español, David Martínez, ha demostrado ser todo un éxito. Las partidas pueden seguirse en la web de Chess.com, además de en directo en YouTube.
¿Qué son las normas de Gran Maestro?
Aunque el término ‘norma de Gran Maestro’ pueda sonar tan remoto como las famosas bolas de dragón de ‘Dragon Ball’, lo cierto es que no es tan complejo como parece. En ajedrez existen cuatro títulos para dirimir el nivel de un jugador.
Títulos de ajedrez
Candidato a Maestro (CM). Son aquellos aficionados que se acercan al conocimiento de un maestro, superando los 2.200 puntos de ELO.
Maestro Fide (FM). Son aquellos jugadores que han demostrado un alto nivel, superando la barrera de los 2.300 puntos de ELO.
Maestro Internacional (IM). Además de acreditar un nivel superior a los 2.400 puntos de ELO, han de conseguir tres normas en las que se tiene en cuenta tanto su puntuación como el valor de los rivales, así como su lugar de procedencia.
Gran Maestro (GM). El mayor nivel, el de la élite. Hay que conseguir tres normas con resultados muy difíciles de conseguir y acreditar una puntuación superior a 2.500 puntos de ELO.
Todos ellos, además, tienen su versión femenina (WCM, WFM, WIM, WGM).
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La clave para conseguir una norma es que el torneo debe ser oficial y aprobado por la Federación Internacional de Ajedrez, con un número de rondas concreto (como mínimo, 9) y de control de tiempo estándar. A partir de ahí, el jugador debe jugar con rivales de, al menos, tres países distintos, obtener una actuación superior a los 2.600 de ELO y que la media de los rivales sea alta (superior a 2.380), además de medirse con un mínimo de 3 GMs. Una tarea arduo complicada que no hace sino poner en valor todo el trabajo y talento que reúne la gran promesa del ajedrez mundial.
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