España cruza la frontera
Montenegro, que casi jugará como local por encontrarse muy cercano a Dubrovnik, pone a prueba a una Selección que, tras la derrota ante Croacia, debe ganar para evitar los octavos.
Son 40 los kilómetros que separan Dubrovnik, la sede de España en la primera fase del Europeo masculino de waterpolo, de la frontera con Montenegro. Así que, si ensordecedor fue el ambiente del jueves, en el debut frente a la anfitriona Croacia (14-12 para los locales tras la tanda de penaltis), como una suerte de trampa similar se presenta el segundo encuentro para la Selección, este día de Reyes, contra los montenegrinos (17:45 horas, Teledeporte y RTVE Play).
Siente España la obligación de ganar, tras haber acariciado el triunfo ante los croatas durante más de dos cuartos por delante en el marcador, si quiere cumplir su primer objetivo de acabar entre los dos primeros del Grupo A y, por tanto, acceder directamente a los cuartos de final, sin pasar por una eliminatoria previa. Y también para ir sumando buenas sensaciones en el camino hacia esa segunda semana que será mucho más definitiva. “No hemos rotado bien el banquillo”, asumió en declaraciones a la RFEN el seleccionador, David Martín, tras la derrota en el estreno, a lo que añadió: “En los momentos en que pudimos sentenciar tampoco estuvimos frescos en la toma de decisiones”.
Enfrente, una Montenegro que también tuvo que recurrir a los penaltis en su debut, aunque con mayor suerte, ya que acabó derrotando a Francia (20-19, tras el 10-10 en el tiempo reglamentario), y que aún debe recordar el repaso que le infligió Felipe Perrone en los pasados Mundiales de Fukuoka, en julio, con un repóquer de goles del capitán español (11-7) para encarrilar precisamente el pase a cuartos de final. De hecho, se ha impuesto la Selección en los seis últimos enfrentamientos.
“Nosotros estamos para este tipo de partidos y es una gozada jugar en este ambiente en Dubrovnik”, proclamaba justamente Perrone a la RFEN tras el choque ante Croacia, en una piscina que bien conoce de su triunfal etapa en el Jug, donde en la actualidad milita Sergi Cabanas, quien aseguró que “el hecho de que te silben y no tengas esa nitidez para pensar saca lo mejor de ti”. “Era imposible comunicarse con los jugadores”, constataba un afónico David Martín. Hoy, segunda ronda ante un rival que también ejercerá como una suerte de local: Montenegro.
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