España aplasta a Serbia y luego se relaja
La Selección masculina empieza derrotando a la campeona olímpica en estos Mundiales de Fukuoka con cinco goles de Álvaro Granados, escogido además el mejor jugador del partido.
La Selección masculina de waterpolo acabó los Mundiales de Budapest, de 2022, con el oro al cuello tras ganar a Italia en los penaltis y ha empezado los Mundiales de Fukuoka sometiendo a Serbia, la campeona olímpica venida a menos (14-16). Un camino de rosas que siguen marcando los de David Martín, un equipo tan coral donde también brillan jugadores descomunales como Álvaro Granados, autor de cinco goles y, a día de hoy, el waterpolista del momento. La victoria ante Serbia es la confirmación de que España llega entonada y de que acabar primera de grupo es el escenario más lógico, Montenegro mediante.
Como en los aciagos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Serbia golpeó primero en dos ocasiones. Rasovic, el ex jugador ya del Novi Beograd, apuntó a la diana de la meta defendida por Unai Aguirre. Un 2-0 que no inmutó a los españoles, que empezaron a carburar en ataque sujetos por Granados, autor de los tres primeros goles. Los dos iniciales fueron en superioridad y el tercero, al contraataque, demostrando otra de las virtudes de este caníbal del balón amarillo. Con 2-3 se llegó al final del primer cuarto. España apretó en defensa y la ventaja aumentó como nunca antes frente a los balcánicos.
“Somos un equipo maduro”, dijo Granados al finalizar el encuentro. Y España lo demostró en ese segundo cuarto en el que aumentó la ventaja a 2-7 con un parcial de 0-5. Perrone, Granados, Munarriz y el Bustos se sumaron a la fiesta goleadora ante una Serbia que no era capaz de superar la presión hombre a hombre tan característica que popularizó Japón y, ahora, la España de Martín. España le enseñó las uñas a su rival, que siguió batallando, encontrando, en esta ocasión sí, la portería de un Unai Aguirre y de una defensa española menos sólida a partir del tercer cuarto.
El encuentro entró en una fase propia donde apenas existieron las defensas. Ambos equipos acabaron bordeando el 50% de la efectividad en sus lanzamientos. Se sumó Blai Mallarach, quien a sus 35 años lanzó dos latigazos con la zurda para mantener la ventaja al final del tercer cuarto, que acabó 10-13. España aceleró al comienzo del último cuarto. El partido iba para goleada histórica (10-16), con otro tanto de Mallarach, Sanahuja y Famera, pero España se relajó en los últimos minutos lo que provocó un cierto enfado de David Martín en el tiempo muerto final, a falta de diez segundos, cuando Serbia desaprovechó la oportunidad de ponerse a tanto. Ya no hubiera quedado tiempo material para la remontada, pero los detalles no se pueden descuidar si España quiere volver a jugarse el oro el día 30 en la piscina de Fukuoka, donde ya campeonó en 2001.