España acaricia el oro, pero se cuelga una plata inmensa

La Selección femenina de waterpolo no logró reinar diez años después. Acarició el oro después de una remontada épica en los seis últimos minutos de partido. A España hay que matarla varias veces, y Países Bajos tuvo la mente de hielo y la persistencia necesaria para conseguirlo. Sin Estados Unidos en la final, las de Miki Oca tenían una gran oportunidad que no pudieron aprovechar, ante una selección ‘oranje’ que suma su segundo título, el primero de una generación extraordinaria, muy competitiva en todos los campeonatos anteriores, a falta de un broche como este. España consigue su tercera plata mundial y sigue alargando su palmarés, inigualable, aunque torciera el gesto nada más perder esta final de los Mundiales de Fukuoka por 17-16 después de los penaltis.

Los Países Bajos fueron infalibles desde el punto de penalti. Marcaron las cinco jugadoras mientras que por España falló Bea Ortiz; su remate se estrelló contra el poste, que lo escupió. “No pasa nada”, dijo Maica García nada más desatarse la euforia ‘oranje’, seguramente orgullosa por cómo las ‘guerreras’ habían hecho honor a su nombre en un último parcial para enmarcar, donde remontaron tres goles en contra y empataron el encuentro a falta de 16 segundos. Solo al alcance de los grandes equipos y de una jugadora descomunela y de época como Judith Forca, máxima goleador de los Mundiales, quien mantuvo a flote a España con su talento y determinación (anotó cinco tantos).

Igualdad máxima hasta el descanso

Antes de ese trágico desenlace, el encuentro navegó en la igualdad. En el primer ataque, Maica García ya se había impuesto a la defensora de boya holandesa y había adelantado a la Selección femenina (0-1). Una declaración de intenciones de una España que intentó cargar el juego a su boya ante la presión constante a Elena Ruiz y a Judit Forca, las lanzadoras españolas que había reventado a Hungría y a Australia en rondas anteriores. No le salió tan bien el plan en el pimer periodo. Judit Forca marcó dos goles aprovechando las superioridades, pero ella, y una España con problemas para defender a Países Bajos, vio como Van der Kraats, Sleeking, Rooge y Van der Sloot, desde zona de boya, ponían el 4-3 en el primer acto. Países Bajos parecía tener las ideas más claras.

La igualdad fue tran grande que el partido de desarrolló como rachas de viento, como en el segundo parcial. Maica García, una boya versátil, salió a zona cinco para anotar el 4-4 en una superioridad, mientras que dos goles seguidos de Elena Ruiz de penalti (uno cometido sobre Leitón, otro sobre Espar), le dieron a España una ventaja de dos por primera vez en el partido. Dejar en el retrovisor a Países Bajos era misión imposible, aunque Martina Terré sacó dos manos milagrosas, las superioridades ‘oranje’ marcaron la diferencia. Infalibles, ya sea con la zurda de Van der Kraats o desde la boya con Joustra. Con 6-6 se llegó al descanso. El partido en un pañuelo, todo por decidir, pero España se cargó de exclusiones.

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Del impuslo de Países Bajos al recital de Forca

Del juego ofensivo, con dos parciales de 3-3, se pasó al control, a las defensas, donde Países Bajos fue mejor que España porque supo sacar superioridades, anotarlas (70%) mientras que las ‘guerreras’ fueron todo lo contrario, se atascaron en ataque, donde solo Forca encontró premio con el 6-7 en un contraataque y en una definición de talla mundial. Después, se bajó la persiona del ataque. Ni Anni Espar (0 de 5) ni Forca, que se estrelló contra los palos y contra la defensa. Van der Sloot anotó el 8-7 y Keuning, desde la boya, hizo el 9-7. España descuidó los palos intentando frenar a las lanzadoras, y Países Bajos jugó las superioridades con inteligencia, calma y acierto. España debía cambiar muchas cosas para ponerse a la altura de su rival.

La remontada se complicó todavía más cuando Van der Kraats, con su zurda de oro, hizo el 10-7 en el primer ataque, pero España está hecho de cuarzo. Si a falta de 6:20 perdía de tres goles, a falta de 4:15 había igualado el partido. Surgió del agua Paula Crespí, la del CN Terrassa, para anotar desde posición 5 el 10-8 en un lanzamiento abierto y de vaselina hizo el 10-9. Y, en la siguiente superioridad, Bea Ortiz desde la zona derecha marcó el 10-10. Lo que parecía decidido, estaba de nuevo el aire. Y así siguió. Países Bajos, por medio de Sleeking, hizo el 11-10 que equilibró Forca en una superioridad. Quedaban dos minutos y Rogge puso por delante con un tiro lejano (12-11). Los nervios se masticaban. Y España dispuso de una última superioridad a falta de 45 segundos. El primer lanzamiento fue a córner, y en el segundo Judit Forca marcó con el alma y con ese brazo que tiene por cañón. Países Bajos, con 15 segundos, se la jugó con portera jugadora pero España sacó los brazos. 12-12. Penaltis. Final inmensa. Desenlace trágico para una España que también agranda su leyenda a base de derrotas épicas.