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WATERPOLO | FINAL CHAMPIONS

“En Mataró llevo un albornoz del Sabadell, es nuestro espejo”

Dani Ballart llegó al CN Mataró en 2020 y en tres años ha construido un equipo que ha llegado a varias finales, ha levantado copas y ahora afronta su reto más grande, la Champions.

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Dani Ballart y el CN Mataró.

Dani Ballart lo fue todo como jugador (Barcelona, 1973). Perteneció a la Generación de Oro del waterpolo y levantó una plata y un oro olímpicos, dos oros mundiales y otras tantas medallas de un grupo de jugadores que ahora tienen continuidad con la Selección de David Martín y sus éxitos. Después de curtirse en clubes como el CN Sabadell o el CN Sant Andreu, Ballart afronta el mayor reto de su carrera en los banquillos. Hoy, semifinal ante el Dunaujvaros húngaro (20:00, Teledeporte), justo después de la que celebrarán el CN Sabadell y el Orizzonte Catania (16:45, Teledeporte) en la Champions. Ballart habla de liderazgo, gestión de grupo y del momento idílico que vive el waterpolo femenino español.

-Dunaujvaros de Budapest es la piedra que les separa de la primera final de la historia del Mataró en la Champions. ¿Cree que es el rival más débil de los que participan?

-Es un equipo que va tercero en la liga húngara, que ha perdido cuatro partidos y como rival parece el más flojo, sin obviar que somos los cuatro mejores de Europa. Jugó la final de la Champions hace dos temporadas. A final del año pasado perdieron a Gorissati y Szilágy, por lo que perrdieron poder ofensivo, pero sigue el técnico y el núcleo duro. Tienen la misma táctica y un grupo firme y compacto. Es nuestra responsabilidad ganar. Llegamos con este juego de que somos el único equipo invicto. La etiqueta es que ganaremos, pero tenemos poca experiencia en finales, es la segunda que jugamos. Tenemos una gran oportunidad. Son húngaras, todas tiene técnica y calidad. Hay que ir con cuidado.

-¿Más difícil lo tiene el Sabadell?

-Es una semifinal muy igualada, abierta. Orizzonte fue un equipo que se le atragantó al CN Sabadell históricamente. Tiene un potencial enorme. Son italianas, campeonas de la liga, han ganado la Copa, no te puedes fiar. Tienen mucha calidad.

-Hay que jugar esos partidos, pero ¿qué supondría una final Sabadell-Mataró?

-Supondría muchas cosas. Desde que llegué al Mataró dije que el espejo era el CN Sabadell. Le contaré un secreto. Cuando llegó cuelgo en el vestuario tengo un albornoz del Sabadell. Y me lo pongo a diario. Cuándo las chicas me preguntan el por qué, les digo que ‘para que penséis cada día que este es nuestro espejo y nuestro objetivo’. Hemos conseguido mirarles cara a cara. Es un reconocimiento total al Sabadell, pero tampoco no solo al Mataró, sino al CN Terrassa, al Mediterrani o al CN Sant Andreu, a todo lo que sucede en la Selección... El waterpolo es increíble, es un modelo a imitar, es extraordinario. La capacidad de las chicas, los centros de tecnificación, los clubes, los entrenadores... Nunca hubo una final entre dos clubes del mismo país.

Laura Ester, Maica Garcia, Mati Ortiz.
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Laura Ester, Maica Garcia, Mati Ortiz.Joan M. Bascu

-¿Cómo empezó a construir un equipo ganador?

-Por el sacrificio en el día a día, la faena dura, la metodología de trabajo, que las chicas traspasen fronteras con el esfuerzo. Si tienes un equipo fuerte físicamente, creces. Eso es lo que les dije, que se prepararasen porque iba a ser duro. Me gusta exigir, me gusta que las jugadoras me sigan, no veo otro camino. Luego es una cuestión de encontrar las piezas adecuadas en función de lo que tiene el rival. Empezamos creando una defensa muy fuerte porque el CN Sabadell era potente ofensivamente, y ahora hemos intentado girar la tortilla. Intentamos encontrar piezas ofensivas para hacer más goles.

-¿Insiste en el sacrificio porque es lo que vivió como jugador?

-Es el deporte de alto nivel. Si el día a día del entrenamiento no te ayuda a crecer, no podrás ser un número uno. Nadie puede ser campeón a base de reir, de comer unas patatas bravas y de tener buen rollo. Hay mucho trabajo detrás. Sin constancia, metodología... Sin eso es imposible.

-¿Cómo intenta innovar en los entrenamientos?

-A medida que pasa el tiempo, o cambias o te estancas. Puedes hacerlo muy aburrido para las jugadoras. Intento poner elementos diferentes. Llega un momento en el que lo diferente es desconocido, no sabes el efecto. Encuentras un modelo cuando ves que el equipo crece y llega con garantías. Cada vez haces menos innovaciones porque el modelo funciona.

-Ustedes han perdido muchas finales antes de que llegaran los primeros títulos. ¿Era un proceso necesario?

-Perder finales es un proceso doloroso. Perdimos cuatro de cuatro el primer año, y nos hizo mucho daño. Es cierto que es un proceso de crecimiento y de madurez. Gestionar los nervios es difícil si no tienes la experiencia. En una final sin experiencia te puede más el corazón que la cabeza. Es importante jugar muchas finales de manera repetida para tener una balance de sentimientos adecuados, sabiendo que hay subidas y bajadas. Debes estar fuerte cuando llegan los momentos bajos. En la segunda temporada jugamos cuatro y ganamos tres, solo se nos fue la Liga. Fue un éxito. Este año llevamos tres y hemos ganado una. Veremos esta cuarta final si llegamos a las dos de cuatro.

-En Mataró cuentan con grandes jugadoras, una de ellas Anni Espar. ¿Qué aspecto diferencial tiene y cómo gestiona su temporadas entre Australia y Mataró?

-Anni es la clase personificada, la jugadora que tiene el waterpolo en la cabeza. Controla el tiempo, la posesión, el marcador, el rival, sabe quien tiene delante, dónde están las jugadoras peligrosas... Es una waterpolista total. Ha cambiado su papel a lo largo de los años. Antes jugaba mucho por el equipo en el CN Sabadell, por la Selección le llamabámos la mujer de hielo, tomaba la mejor decisión al final. Cogió madurez y temple. Aquí en Mataró es más goleadora, de tirar del carro a la hora de marcar goles. Solo un talento puede pasar por esas fases. Lo de Australia lo lleva genial porque es feliz, quería irse porque así iba a ser feliz, y es una maravilla. La sonrisa, la energía que desprende. A veces nos olvidamos directivos y entrenadores de ayudar a ser felices a las jugadoras. Creímos que era posible encontrar el equilibrio.

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@RFEN_Oficial

-¿Y qué plus les ha dado la húngara Rita Kesztelyi?

-Rita es imprevisible. No puedes despistarte porque tiene una energía infinita. Puede empezar y acabar en alta intensidad, no hay momentos de debilidad en su juego. En cualquier momento, cuando huele sangre, irá a por ti. El instinto defensivo es único. Es una leyenda del waterpolo en activo. Se ha adaptado de manera increíble. Tenía dudas a nivel defensivo, pero en un tiempo récord es camaleónica, bloquea, defiende, se sacrifica, al equipo le hace mucho bien. Somos un equipo ultradefensivo, y ella se pone el mono de trabajo. Ayuda a cohesionar el grupo.

-¿Dónde se inspira para ganar más conocimiento?

-Soy muy fan de leer a Imanol Ibarrondo. Escribe mucho por Twitter y da claves muy claras. Sigo gente que considero brillante. Soy fan de los documentales, de estas cámaras que entran en los vestuarios, son emocionantes, como el de Arteta, Guardiola, Mourinho... Desgraciadamente solo los hacen de fútbol, a ver si lo abren a otros deportes. Las ideas siempre son las mismas, no puede haber muchas diferencias en la gestión. Hablamos de relaciones humanas, y eso me gusta mucho. Estoy en un proceso de leer muchas cosas que me podan una perspectiva.

-¿Qué aspectos no han cambiado entre los entrenadores de antes y los de ahora?

-El buen discurso, el convencimiento, el cuidar los equipos, el preocuparte por todos, no solo por los líderes. La armonía... Eso no ha cambiado. Las generaciones sí que han cambiado. Antes lo veíamos, ahora les tienes que convencer. Antes no contrastábamos, no sabíamos, hacíamos lo que nos decían. No sabíamos ni lo que se hacía en Madrid. Todo es cuestionable hoy en día. Una de las cosas que me gusta es que ellas preguntan mucho, si no estás preparado te enganchan por un lado u otro. Tienes que tener muy clara la creencia. A veces les digo que si no la comparten, que la respeten. En el presente todo es cuestionable, pero con el tiempo ven que todo tenía sentido.