“El waterpolo va a ser mucho más atractivo para el espectador”

Mucha más lucha, fatiga, contraataques e imprecisiones, pero también muchos más goles se avecinan en el nuevo waterpolo. El que se pone en práctica desde este lunes en la primera fase de la World Cup, que una Selección española masculina bastante renovada disputa en Bucarest (Rumanía) con unas reglas implementadas por World Aquatics para aumentar el espectáculo: una longitud del terreno de juego que mengua cinco metros, igual que cinco segundos se reducen posesiones y exclusiones, además de la solicitud del VAR por parte de los entrenadores.

Para charlar de ello se citó AS con el seleccionador nacional, David Martín, quien también aborda el reencuentro con el equipo tras haber sufrido el pasado verano “el golpe más duro” de esta generación, con la eliminación en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos. “Lo que sucedió en París era normal, lo anormal era estar en todas las semifinales durante siete años”, razona un Martín que sí ha renovado hasta Los Ángeles 2028, a diferencia de un Miki Oca que para él “es leyenda”, igual que Felipe Perrone: ¿Se ha acabado su ciclo con España? Lo responde el seleccionador.

Con las nuevas reglas, ¿se va a ver directamente un nuevo waterpolo?

La primera impresión, con algún partidito que jugamos entre nosotros en la concentración de Mallorca y un amistoso que se disputó en Zagreb entre Croacia y Hungría, es que el waterpolo va hacia una línea diferente. Habrá mucho más juego estático con balón, mucha más lucha uno contra uno. A nivel de preparación física y técnica vamos a tener que cambiar cosas. El balón cobra mucho más protagonismo y, como se llega mucho más rápido a portería y hay un mayor número de lanzamientos, las acciones defensivas también aumentan.

¿Esa reducción del rectángulo de juego, cuya longitud pasa de 30 a 25 metros, afectará al cansancio?

Creemos que, en contra de lo que se piensa, ese campo pequeño hará que la fatiga sea mayor, porque la lucha y el movimiento serán constantes. La rebaja de la posesión igualmente provocará un ir y venir continuo. Tenemos que adaptarnos y cambiar la manera de entrenar.

¿En qué sentido? ¿En reforzar el aspecto físico?

Debemos reorientar el aspecto físico. Antes tenías que potenciar la resistencia en el nado, ahora será más la resistencia a esa lucha, puesto que estés atacando o defendiendo, el uno contra uno cobra mucha importancia.

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De todas esas nuevas reglas, ¿cuál cree que cambiará más el waterpolo?

Creo que lo que más vamos a notar va a ser la posesión del hombre de más, de las exclusiones. Es verdad que nos quitan cinco metros de campo y cinco segundos de posesión, así que en las posesiones normales yo creo que será una cosa por la otra. Sin embargo, en esos 15 segundos del hombre de más, de recoger un rebote o del córner va a subir mucho el nivel de dificultad para meter un gol y va a provocar muchos errores, precipitaciones, lo que dará lugar a más contraataques de los que había hasta ahora.

¿Cree que se va a conseguir el objetivo de esta nueva regulación, que pasa por aumentar el espectáculo del waterpolo?

Sí, seguro. Una cosa es lo que nos parezca a nosotros y otra, lo que va a vivir el espectador. Yo creo que para el espectador el waterpolo va a ser mucho más atractivo, porque van a subir mucho los lanzamientos, las acciones de gol. Los porteros van a tener mucho más trabajo y habrá más goles, eso sin duda.

Otra novedad es que los entrenadores podrán solicitar el VAR una vez, y seguir haciéndolo siempre que hayan acertado en su solicitud. ¿Eso no irá en contra de ese espectáculo tan dinámico que se pretende imponer?

No creo que vaya a ser algo principal en los partidos. Si hay una jugada muy clara, tendrás la oportunidad de utilizarlo, pero lo considero una herramienta extra que no va a cambiar el juego. El VAR igualmente lo seguirán teniendo en su manos los árbitros para saber si una acción ha sido gol o no, lo que tú podrás pedir es un posible córner, un penalti… Aunque estará tan limitado pedirlo que los entrenadores tendremos que estar muy seguros de nuestra decisión para no perder nuestro turno, y esas cosas en directo no es tan fácil verlas.

Una primera fase de la World Cup es un buen escenario para ponerlo todo a prueba, ¿no?

Sí, porque a excepción de algunos equipos que aún no tienen la clasificación para los Mundiales de Singapur, es una competición con poco estrés, en que la mayoría de selecciones haremos pruebas con jugadores jóvenes, para que tengan la oportunidad de acumular minutos en un torneo oficial. Y será la adaptación a estas nuevas normas: ver el nivel de fatiga que se acumula, la velocidad en el juego, ver dónde mejorar… Nuestros dos objetivos son esos: comprobar hacia dónde nos llevan las nuevas normas y ver a jugadores que hasta ahora no habían tenido oportunidad de debutar con la Selección.

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En vistas a los Mundiales del verano en Singapur, ¿no será un galimatías para los jugadores probar las nuevas reglas con la Selección estos meses mientras en competiciones de clubes siguen jugando esta temporada con las antiguas?

Lamentablemente, los jugadores están acostumbrados a ello, porque no es la primera vez que se hacen este tipo de test a mitad de temporada. Sucedió con la novedad del área de dos metros, que también se puso en práctica en una World Cup, en diciembre, y luego volvieron a jugar con la línea clásica. Así que no creo que les afecte mucho.

Hablando de afectar: ¿Cómo ha sido el reencuentro por primera vez tras el varapalo de los Juegos Olímpicos? ¿Qué tal gestionaron el duelo?

Ha sido el golpe más duro que se ha llevado este equipo y eso lógicamente no ha sido fácil de gestionar. Es cierto que el regreso a la Selección te trae los malos recuerdos de París, una situación que ninguno de nosotros esperábamos. Pero lo hemos hablado entre todos, creo que hemos pasado ese duelo y, como en el deporte no hay tiempo para seguir lamentándose, lo hemos aceptado y debemos rearmarnos, recuperar la ilusión y trabajar para solucionar los errores que cometimos en el pasado y ser mejor equipo. No queda otra.

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¿Han recuperado ya la ilusión?

Los inicios en Mallorca no fueron fáciles, pero vuelvo a ver esa ilusión en la mirada, las ganas de demostrar a todo el mundo que somos un gran equipo, que lo de París no es que fuera un accidente, porque perder es parte del deporte, pero que tenemos ganas de enseñar nuestro máximo nivel.

¿La derrota olímpica en cuartos de final contra Croacia han dado a su vez todavía más valor a su hito de haber alcanzado todas las semifinales de Mundiales, Europeos y Juegos desde 2018?

Lo que sucedió en París es lo normal, lo que no era normal es que un equipo estuviera durante siete años consecutivos entrando en semifinales. El problema es que nos pasó en la peor competición. Si nos hubiera sucedido en un Europeo, hasta en un Mundial, no habría sido tan duro para nosotros. Pero es normal que alguna vez quedes eliminado en unos cuartos de final. Lo que se había conseguido no era normal, teníamos a jugadores que nunca habían perdido en unos cuartos de final.

¿Y podrán superarlo, o les entrará cierta psicosis?

Ahora lo saben y cuando lleguen los cuartos de final tendrán esa ilusión para no ver las semifinales desde la grada, como les pasó en París. La vida y el deporte te ponen en situaciones a las que te tienes que enfrentar, levantarte y continuar. Lo de París ha sido un golpe que a todos nos ha servido.

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¿Puede servir de revulsivo, en el inicio de un ciclo olímpico para una Selección que ya ha ganado todos los títulos salvo esos Juegos que aún quedan tan lejos?

Ojalá nos hubiera pasado antes, pero no fue así, y ahora nos tenemos que preparar. El siguiente gran objetivo es Los Ángeles 2028, pero dentro de este ciclo hay competiciones muy importantes, y la primera son los Mundiales del próximo verano. No le quepa duda de que este equipo tiene muchas ganas de volver a disputar un Mundial, de volver a jugar un gran waterpolo, de volver a colocarnos donde creemos que podemos estar.

Antes de cualquier competición, usted siempre ha dicho que el objetivo es el oro. ¿Lo mantiene, en vistas a los Mundiales de Singapur?

Este equipo está acostumbrado a luchar por esos objetivos, y nosotros entrenaremos para conseguir lo máximo. Ahora debemos ver un poco si volvemos a ser uno de los grandes favoritos con estas nuevas normas, aunque nosotros mantenemos la mayor ambición, trabajamos para dar nuestro mejor nivel.

En la World Cup no está Felipe Perrone. ¿Significa que su ciclo en la Selección ha finalizado?

No, con Felipe no hay nada definitivo, ni por su parte ni por la nuestra. Tenemos que construir algo que sea muy sólido para Los Ángeles, y tenemos que ver qué posición coge Felipe en ese camino. En estos momentos no sé si continuará, lo decidiremos a medida que vaya acercándose el verano. Felipe se ha merecido que él decida sobre su camino. Así que nos tenemos que sentar, lo hablaremos y como dos adultos tomaremos la mejor decisión para el equipo. Felipe no está ni cien por cien descartado, ni es cien por cien seguro que va a volver a la Selección.

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Donde sí continúa ahora mismo Perrone es en el CN Atlètic Barceloneta, de momento imparable. ¿Cree que con el retorno de Álvaro Granados es favorito a ganar la Champions?

El Barceloneta, con su desempeño de los últimos años, se ha ganado el derecho a soñar con ser uno de los favoritos. Es un poco como lo nuestro en la Selección. Es cierto que hay un equipo que por presupuesto, por inversión, es superior al resto: Ferencvaros. Pero a nivel de calidad de plantilla, el Barceloneta este año está entre los grandes favoritos para ganar esta Champions. En la primera fase ya lo demostraron, y estoy convencido de que darán un nivel similar en lo que vendrá. Confío mucho en ellos y estoy encantado de que un equipo español pueda estar luchando por un título así.

Como seleccionador español, ¿le sorprendió la renuncia de Miki Oca al frente del combinado femenino?

No. Sinceramente, creo que a veces mucha gente no es consciente del nivel de estrés, de fatiga, que un entrenador acumula durante tantos años a este nivel de exigencia. Miki es leyenda, lo que ha conseguido difícilmente podrá lograrlo otro entrenador. Ha hecho un trabajo impresionante. Lo que debemos hacer es agradecerle todo lo que ha hecho por el waterpolo español y respetar su decisión porque creo que se merece un descanso, que realmente es lo que está buscando. Es una decisión muy personal, le agradezco todo lo que he aprendido de él y le digo que estoy aquí para todo lo que necesite.

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¿Usted también se llegó a plantear su renovación?

Cuando acabas unos Juegos, donde has vivido ese gran estrés, te pasan muchas cosas por la cabeza. Y yo, igual que Miki, necesité mi tiempo para separarme, para reflexionar qué quería y, sobre todo, para sentir qué es lo que necesitaba el equipo a partir de ahora. Muchas veces eso no se ve, pero los entrenadores lo que miramos es el bien del equipo. Una vez hecho ese ejercicio y tras el acercamiento de la Federación, cuyo gran apoyo he de decir que agradezco mucho, creo que todavía tenía energía para continuar, que hay buena conexión con los jugadores y que todavía podemos conseguir grandes cosas. Por eso decidí renovar. Una decisión tan lícita como la de Miki.

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