El waterpolo se “desboca”
Tras estrenar normas para las selecciones en enero, y mientras los clubes han seguido con las antiguas, en los Mundiales se ha lanzado un reglamento masculino y femenino unificado.

Tal como explicó AS el pasado 16 de abril, justo después de que concluyeran las Superfinales de la World Cup, el eternamente cambiante waterpolo ha vuelto a modificar sus normas, por segunda vez en poco más de un semestre. Si en enero, con ocasión de la primera fase de aquella competición, estrenó World Aquatics una serie de reglas que exprimían al máximo las capacidades físicas de jugadores y jugadoras, ha sido ahora en plenos Mundiales de Singapur cuando se ha decidido retocar el reglamento. Y, mientras tanto, en las competiciones de clubes, tanto domésticas como europeas, se ha seguido jugando todo este tiempo a la antigua usanza.
Así, si en enero el tiempo de las posesiones pasaba de 30 a 25 segundos en categoría masculina, y de 20 a 15 segundos tanto las exclusiones como las segundas posesiones, mientras que en femenina se mantenía, en Singapur se ha unificado: 28 segundos de posesión, 18 expulsiones y segundas posesiones. Y el tamaño del terreno de juego también ha quedado definitivamente igualado, 25x30 metros, es decir, 60 centímetros más corto de lo que ya se hacía en waterpolo femenino y 5,60 metros en el masculino.

Más desgaste mental, descontrol, defensa...
“Provoca más desgaste físico, claro, pero sobre todo es mental, mayor descontrol en los ataques, porque psicológicamente crees que está a punto de acabarse el tiempo y te aceleras, se desboca todo para lanzar cuanto antes, no vaya a ser que se termine la posesión”, tercia otro jugador, sobre estos cambios. “Las defensas adquieren un papel aún más determinante”, añade un tercero.
En la primera fase, resulta curioso cómo cada combinado español ha asimilado estos cambios de maneras totalmente opuestas. La Selección femenina, a pesar de su proceso de renovación y pruebas, ha anotado 62 goles, que son 14 más de los que logró en Doha 2024 la que meses después sería campeona olímpica. En cambio, los chicos han marcado 42, cuatro menos que en febrero del año pasado, fruto ante Australia y Hungría de un exceso de precipitación.

“Es cuestión de acostumbrarse, claro, pero si nos van cambiando el reglamento cada dos por tres, la cosa se complica”, comenta. “¿Nos adaptamos? Sí, tampoco queda más remedio…”, apostilla otro peso pesado del organigrama español.
Un ‘descanso’ de los de antes
Asimismo, esto con menor impacto sobre el juego pero sí sobre el aspecto físico, el tiempo de descanso entre el segundo y el tercer cuarto ha pasado de tres a cinco minutos, como sucedía antaño. “Nos habíamos acostumbrado ya tanto a los tres, que ahora cuando llevamos un rato de consignas a veces nos miramos y nos preguntamos, ¿y ahora qué hacemos?“, confía a este periódico un jugador de la Selección.
Otra novedad es que al fin los expulsados definitivamente en un partido ya no se tienen que sentar “en un área específica designada cerca del banquillo”.

La revolución del VAR
La otra revolución que ya se comenzó a instaurar en enero y que ahora ha vuelto a modificarse es la que afecta a los entrenadores y su posibilidad de reclamar la intervención del VAR, ahora dos veces en cada encuentro, que se va manteniendo en la medida en que lleva razón en sus peticiones. Los árbitros, asimismo, no pueden tardar más de dos minutos en resolver la acción.
No menos trascendental es que los nervios no traicionen a los entrenadores, en este caso Jordi Valls y David Martín, ya que si reclaman una acción que no entra dentro de las punibles por el VAR, verán una tarjeta amarilla, o roja en caso de que hayan sido advertidos previamente.

Un penalti con el partido ya finalizado
Las situaciones susceptibles de videoarbitraje son tiros, córners, goles, goles sobre la bocina de una posesión, interferencias de un jugador en un tiro de penalti, jugador que entra antes al terreno de juego, errores de la mesa arbitral o electrónico… Todo ello, eso sí, siempre que el árbitro no haya consultado previamente esa acción.
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El reglamento de World Aquatics también hace especial mención a una situación que podría resultar decisiva en un partido, hasta el punto de incluso decantar un campeonato: en determinadas circunstancias, se puede proceder a la revisión de un penalti no sancionado incluso cuando el tiempo reglamentario ya haya concluido. Atención.
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