CN Sabadell
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CN Sant Andreu
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Finalizado
Waterpolo | Final Liga (F)

El Sabadell remata una era

Las vallesanas remontan la final ante el campeón europeo, el Sant Andreu, para conquistar su vigesimoprimera Liga, en la retirada de Mati Ortiz y el adiós al club de una emocionadísima Bea Ortiz.

El Sabadell remata una era
RFEN
Iván Molero
Llegó al Diario AS como estudiante en prácticas en 2002, y desde que se licenció en Periodismo por Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull, se ha especializado en la información del Espanyol, sobre el que también ha co-escrito libros, todo ello atendiendo al seguimiento de otros equipos, deportes y eventos desde la delegación de Barcelona.
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Le tenía el Club Natació Sant Andreu la moral comida al Club Natació Sabadell, al que habían derrotado en las finales de la Copa de la Reina y de la Champions esta temporada, y también el primer encuentro de la final de Liga, en Can Llong. Pero las vallesanas, que diez días atrás veían cómo podían acabar de vacío esta temporada tan compleja para ellas -sin Maica García ni Judith Forca, quienes sí bajaron a festejarlo, y sin Maggie Steffens ni Tara Prentice, solo inscritas en Europa-, sacaron su mejor repertorio para acaso culminar una era.

Tras igualar la serie el domingo en la Pere Serrat, de vuelta a Can Llong este miércoles conquistó su vigesimoprimer título de Liga el Sabadell, en detrimento del que hubiera sido el primero del Sant Andreu, en una temporada casi perfecta. Es el adiós soñado para Mati Ortiz, que se retira levantando el trofeo de su decimoséptima Liga, para una Bea Ortiz que rompió a llorar y Rita Keszthelyi, que abandonarán el equipo, acaso para Laura Aarts, Roser Tarragó

Acusaron de entrada ambos equipos la trascendencia del encuentro, a cara o cruz, ya definitivo, a diferencia de los dos anteriores. Un respeto que tan solo pareció perder desde la primera jugada Martina Terré, quien mantenía su portería a buen recaudo con paradas a Bea Ortiz, Irene González e incluso en el penalti lanzado por Rita Keszthelyi, y la contribución del larguero contra el que se estrelló una vaselina de Simone van de Kraats.

Lo aprovechó el Sant Andreu para avanzarse en su primera superioridad, mediante Ariadna Ruiz, y en un penalti que Paula Crespí sí transformó. No fueron más tanto porque las vallesanas se inflaban a bloquear tiros. Sin embargo, el primer cuarto terminó con el 1-2 de Paula Leitón, sacando petróleo de la primera situación en jugadora de más de que disponía el Sabadell.

Aumentó el desparpajo en este choque de colosas al inicio del segundo cuarto, cuando Sofia Giustini mediante un trallazo al fin anotó un gol en igualdad, a los diez minutos. Llegaría en la siguiente acción la réplica de Ari Ruiz, para un Sant Andreu que ya no volvería a marcar en la primera mitad. Sí lo hizo el Sabadell, para dar la vuelta al marcador, de entrada con la astucia de Irene González sin apenas ángulo, y en superioridad, y después el 4-3 con un revés espectacular de Leitón.

Tuvo la boya todo a su favor en la reanudación para meter el quinto y abrir brecha, pero estrelló el esférico en la cruceta de la portería. Una de las ocasiones más claras en un choque claramente marcado por las defensas de los equipos de David Palma y Javi Aznar. Una de las pocas grietas que se abrían la exprimió Roline Schuijt para ir avanzando metros sigilosamente, sin que nadie la molestara, hasta fusilar a Aarts, volviendo a situar un empate.

Poco duró esta vez la igualdad, lo que tardaron en conectar Van de Kraats y Keszthelyi para la diana de la húngara, primero, y después la holandesa con un revés potentísimo. Y, cuando trataba Paula Crespí de reducir distancias, detuvo Aarts su remate e inició un contraataque culminado por una Irene González que de vaselina despegó al Sabadell, 7-4, a falta del último periodo.

Pero, como había ocurrido en todas las finales de los últimos tiempos entre estos dos equipazos, se creció el Sant Andreu a la que se inició la cuenta atrás de esos ocho últimos minutos. Despertó Elena Ruiz, que no marcaba desde el primer partido de la final, para anotar el 7-5 en el instante que más lo requería, en una superioridad como la que aprovechó María Palacio para reducir la desventaja a su mínima expresión.

Cada jugada era una taquicardia. Como los disparos al palo consecutivos de Keszthelyi y de Ari Ruiz. O el paradón de Terré en el penalti ejecutado por Bea Ortiz, emulando la guardameta catalana a lo que en el segundo choque de la final había firmado su rival Aarts: detener dos penas máximas. Casi de inmediato se señaló una tercera, de nuevo favorable al Sabadell, a tres minutos para el final: tan decisiva que pidió Aznar el VAR, aun sin éxito. Esta vez lo lanzó Van de Kraats, y en esta ocasión no pudo la portera del Sant Andreu obrar un milagro.

Quien sí buscó esa hazaña rápidamente fue Elena Ruiz, autora del 8-7 cuando quedaban dos minutos y medio. Tuvo el empate en la antepenúltima jugada la propia Elena, y paró Aarts, pero el rechace fue a las manos de las barcelonesas, que forzaron una expulsión: superioridad y tiempo muerto solicitado por Aznar a falta de 27 segundos.

Se hacía el silencio en Can Llong, sabedores del historial de bestia negra de las barcelonesas desde aquel 5 de mayo de 2024, en la final de la Copa de la Reina, el primer título de siempre de un Sant Andreu que esta temporada ha sumado también otra Copa de la Reina, la Copa Catalunya, la Supercopa de España y la Champions.

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Lo celebrarán, más allá de la Liga, de que el tiro postrero de Queralt Antón, la heroína en Europa, esta vez no entró. Y tampoco faltó el cálido aplauso a Marina Cordobés, que a sus 28 años deja el waterpolo. No tengan duda de que ambos equipos merecen una fiesta. Inmejorable espectáculo.

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