“El rugby está en una encrucijada”
Sean Fitzpatrick, Bryan Habana y Hugo Porta reflexionan sobre el futuro del rugby y el impacto del olímpico Seven durante los Laureus, en una mesa moderada por Jaime Dávila (AS).
Un All Black, un Springbok y un Puma. El neozelandés Sean Fitzpatrick, el sudafricano Bryan Habana y el argentino Hugo Porta llevaron el aroma del rugby a la previa de los Premios Laureus, que se entregarán este lunes en Madrid (20:00, TDP). En una mesa moderada por Jaime Dávila, periodista de AS, los tres históricos jugadores ofrecieron su visión de su deporte, ahora desde la barrera.
Y para los tres hay un reto: hacerlo más universal. “Necesitamos más fans, hay que hacerlo más atractivo porque los jóvenes consumen el deporte de otra forma. Estamos en una encrucijada”, reflexionó Fitzpatrick, presidente de la Academia Laureus y capitán de Nueva Zelanda entre 1992 y 1997.
También hay debate sobre las conmociones, la dureza intrínseca al juego. “El rugby es un deporte de contacto, eso no lo podemos perder. El tema de las conmociones es difícil de afrontar, hay que investigar”, expuso Bryan Habana, uno de los alas más rápidos de siempre (acreditaba 10.4 en los 100) y que fue vital en la victoria de Sudáfrica en el Mundial 2007.
El rugby busca nuevos mercados. Y España es uno de ellos. “Tienen el reto de desarrollar el rugby plasmando lo que piensa su gente. Hay que respetar la cultura de cada país”, advierte Porta, apertura fino, que con 72 años ha visto mucho e incluso fue ministro de Deportes con Carlos Menem.
Y un escaparate para el rugby es la modalidad del Seven, olímpico y que vivirá una fiesta en el Metropolitano, entre el 31 de mayo y el 2 de junio, con la Final de las Series Mundiales. “La belleza del Seven es la multiculturalidad. Se pueden juntar entre 20 y 30 nacionalidades en un mismo estadio, similar a unos Juegos. Es importante que llegue a nuevos mercados como Madrid y hay estrellas como Antoine Dupont (el líder de Francia que ha renunciado al Seis Naciones para buscar una medalla en París) que están implicadas”, destacó Habana.
“Que sea olímpico es enorme para nuestro deporte. Es más fácil de entender y de jugar. Hay países, como España, que están haciendo cosas importantes en el Seven”, le apoyó Fitzpatrick, que recordó la famosa final de 1995 en Johannesburgo. La que enterró definitivamente el Apartheid con la idea de Nelson Mandela de ‘Un país, un equipo’, que unió a blancos y negros. “Allí perdimos, pero poder haber podido formar parte de aquello fue increíble”, rememoró.
“1995 fue vital en la transformación de Sudáfrica, tuvo un impacto enorme. Los Springboks pasaron de ser un símbolo de opresión a una herramienta de cambio. Ya no hay dudas sobre el color de la piel y hemos demostrado lo lejos que hemos llegado como país”, siguió Habana. Precisamente, la Sudáfrica campeona mundial el año pasado en Francia y su capitán (de color) Siya Kolisi compiten por los galardones de mejor equipo y reaparición.