El Ramadán, el peso y los deportes de contacto
Durante el mes sagrado en el que se reveló el Corán, los musulmanes ayunan entre la salida y la puesta del sol. Los peleadores tienen que hacer un esfuerzo extra en su deporte.
El Ramadán es un tiempo de contención, piedad y autorreflexión. Durante el noveno mes del calendario islámico, anticipándose al avistamiento de la luna creciente nueva, los musulmanes de todo el mundo ayunan para conmemorar la revelación del Corán. En este mes sagrado todos los creyentes están obligados a ayunar entre la salida y la puesta del sol. Este año, es del domingo 10 de marzo al martes 9 de abril. Los peleadores de deportes de contacto realizan esta práctica mientras siguen con sus entrenos y competiciones, en las que el peso y la alimentación son un factor clave.
Según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, hay unos 1.800 millones de musulmanes en todo el mundo. En todos los países del mundo, exceptuando El Vaticano, tienen población que son seguidores de Alá. Son muchos los deportistas relacionados con el mundo de la lucha que siguen la religión. En UFC, Islam Makhachev, Khabib Nurmagomedov o Khamzat Chimaev son algunos ejemplos. También lo son Muhammad Ali, Devin Haney o Gervonta Davis, recientemente convertido, en boxeo. “Es un mes en el que el musulmán aumenta su fe, ya que pasa bastantes horas en ayuno, tanto sin comida como sin agua. Así puede saber también lo que significa una persona que no come, que no bebe. Es un mes muy bonito”, explica Salah Eddine Hamli, peleador de MMA del Climent Club, gimnasio al que pertenece el campeón del peso pluma de la UFC Ilia Topuria.
El noveno mes del calendario islámico es el más sagrado para su cultura. Cada año, el comienzo del Ramadán es diferente, ya que su calendario sigue las fases de la luna e inicia al siguiente día de la luna creciente. Durante el Ramadán, el ángel Gabriel se apareció al profeta Mahoma y reveló el Corán, el libro sagrado islámico. “Los primeros días suelen ser duros, pero de eso se trata la fe. Como es algo religioso, se hace más ameno. No es como un corte de peso, que se hace durillo porque sabes que tienes que dar el peso, se te hace pasajero”, explicó Salah. Esta revelación es conocida como Laylat Al Qadar (la Noche del Poder) y los musulmanes ayunan ese mes para conmemorarla.
Durante este mes sagrado, no comen entre la salida y la puesta del sol. Es obligatorio para todos los musulmanes excepto para enfermos, embarazadas, ancianas o mujeres con la menstruación. Tendrán que recuperar a lo largo del año los días de ayuno perdidos. En deportes como el boxeo o las MMA, los deportes de contacto en general, el peso y la alimentación son factores importantes, por lo que el Ramadán afecta a su día a día como atletas. “Nos cuesta un poco, como es normal, porque si no bebes, no comes, y entrenas, es bastante laborioso y costoso, pero, al final es parte del Ramadán, ese sacrificio y ese sufrimiento. Hay que sentir esa empatía por la gente que no tiene para comer o beber, gente que no tiene familia u hogar, e intentas acogerlos y ayudarlos”, contó Ayoub Ghadfa, el peso pesado de la Selección española de boxeo. En su caso, como no tiene que dar ningún peso, ya que es +92 kilos, es más sencillo. “Mis compañeros sí que lo pasan un poco mal, porque tienen que recortar más peso de la cuenta porque tienen que comer y beber por la noche. Es un poco más complicado”, reveló el púgil.
Durante las horas de la puesta del sol, los musulmanes se reúnen y rompen el ayuno. El desayuno previo al amanecer se llama suhoor, y se suele hacer sobre las cuatro de la mañana, antes de la primera oración del día. “Cenamos y recenamos. Es como si te quitaras una comida. Es como si te quitaran el desayuno, pero comes y cenas bien. Se puede llevar bien. Yo, por lo menos, lo llevo bastante bien y estoy muy agradecido de todo lo que tengo. Sobre todo, estoy agradecido de ser musulmán, de haber crecido en esta cultura”, continuó Ayoub. El itfar es la comida que se hace después de que la oración del atardecer, maghreb, haya finalizado. En ambas comidas están presentes los dátiles, ya que el Profeta Mahoma rompió el ayuno comiendo esta fruta y tomando un vaso de agua. “Es un sacrificio y un esfuerzo que se hace, y que luego valoras más”, aseguró Ghadfa.
Compaginar todo es duro, pero los deportistas musulmanes saben cómo hacerlo. “Cada luchador que practica el Islam tiene su método. Yo, lo que suelo hacer es, por la mañana, en vez de entrenar tan temprano a las 10, pues a las 12 hago un entrenamiento más técnico. Cuando estoy en ayuno, suelo meterle un entrenamiento ya un poquito con una intensidad alta y voy haciendo mis cosas, que sería rezar en la mezquita y todo eso. Por la noche, a las 11 o a las 12, de madrugada, vuelvo a entrenar, porque en Ramadán se sigue más un horario nocturno”, reveló Salah. Asegura que el día es más tranquilo porque “estás con hambre y sin beber”.
Por ello, muchos optan por evitar competir en este mes. “Cuando hay Ramadán, intento no coger ninguna pelea. En el último sí que cogí una, justo cuando terminó, a las 12 semanas. Tuve que hacer la mitad del training camp en Ramadán y fue muy duro. Estás pasando hambre por la noche y por el día. Por la noche no puedes comer lo que quieras, tienes que seguir recortando comida. Ahí me di cuenta de que no tengo que coger ninguna pelea mientras esté haciendo el Ramadán”, declaró Salah. Eso sí, si la pelea es muy grande, se hace el sacrificio para subir al ring. “Es un sacrificio y un esfuerzo que se hace, y que luego valoras más”, sentenció Ayoub.
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