El penúltimo regalo de Jessica Vall
La nadadora del CN Sant Andreu, que lleva dos años pensando en la retirada, logró meterse en sus sextos Mundiales. En 2015, fue bronce en 200 braza: “Hostia… fui capaz”, comenta ahora.
Hace diez años, en los Mundiales de Barcelona, Jessica Vall vivió muchas cosas por primera vez a sus 23 años. Parecía que era demasiado mayor para un deporte tan adolescente y juvenil, que cada temporada da a luz a nuevos talentos, y seguramente no intuía que una década después seguiría siendo la española más rápida en las pruebas de braza y viviría sus sextos Mundiales. Y, encima, puede presumir de ser la única medallista (bronce en los 200 en Kazán 2015). “Parece que me dé vergüenza ver esa carrera. Con el tiempo lo valoro más… Me digo: ‘hostia… fui capaz”, explica desde el hotel de Yamaguchi, donde la Selección ha preparado la cita de Fukuoka.
No ha sido una temporada fácil para la nadadora del CN Sant Andreu, que vivió a comienzos de año una lesión en un pie que le mantuvo un mes fuera de la piscina. “Es un regalo estar aquí. Después de Tokio, todo ha sido diferente. Hace dos o tres años que la palabra retirada está presente, pero poco a poco. La tengo guardada en un cajón. Ahora llego aquí con la ilusión de mi primer Mundial. De hecho, mi marca es parecida”, cuenta la plusmarquista española de las tres pruebas de braza.
Pese a la lesión, a Vall le dio para conseguir ser la más rápida en los 100 y poder aspirar a competir en los relevos, pruebas que “hacen equipo y motivan” y que ha recuperado la dirección técnica para estos Mundiales. “Lo importante en la natación es hacer equipo”, relata la barcelonesa. Bien lo sabe, con el CN Sant Andreu como uno de los clubes más potentes, que en Fukuoka contará con hasta cinco participantes: “Es una motivación. El club nos lo pone fácil, se vuelca, y con un grupo amplio de entrenamientos los veteranos somos espejos. Jordi Jou se encarga del fondo y medifondo y Juanmi Rando de la velocidad. Un ejemplo es ahora Adrián Santos, que se ha metido en los Mundiales”. Junto a Vall y Santos, se mantiene África Zamorano y emergen Ainhoa Campabadal y Emma Carrasco.
Vall, que compagina la natación con su trabajo de comercial, participará en los 100 y 200 braza con el reto de dar lo mejor de sí y alcanzar alguna semifinal. Y rodarse para el 4x100 estilos. Se le abren las puertas de los Mundiales de Doha y de los Juegos de París: “Quiero disfrutar el momento. Cuando acabe esta temporada, empezaré otra”. Más entusiasmada que el curso anterior está Vall, especialmente por los relevos: “Ese es el camino para motivar a la gente. Si uno ve que necesita mejorar cuatro segundos para conseguir una mínima e ir a un Mundial puede desmotivarse. Pero si ve que si es capaz de ser campeón de España puede ir a un relevo, tendrá un aliciente”.
Entre tanto debutante y nadadores nacidos en los años 2000, y con la ausencia de una Mireia Belmonte que después de Tokio 2020 no ha encontrado ya su nivel, Vall es la referencia y la experiencia para los más jóvenes. La baza de medalla dependerá del estado de forma de Hugo González, el único nadador capaz de pelear en las finales. Para Vall, mantenerse con 33 años entre las mejores de una braza que “mantiene un nivel altísimo” es también digno de soltar, con perspectiva, un “hostia… fui capaz”.
NADADORES | PRUEBAS |
---|---|
Jessica Vall | 100 y 200 braza |
África Zamorano | 200 espalda |
Emma Carrasco | 200 y 400 estilos |
Ainhoa Campabadal | 200 libre |
Adrián Santos | 50 espalda |
Hugo González | 50, 100 y 200 espalda y 200 estilos |
Carles Coll | 200 estilos y 200 braza |
Luis Domínguez | 100 y 200 libre |
Carmen Weiler | 100 libre, 50 y 100 espalda |
Sergio de Celis | 50 libre |
César Castro | Relevos |
Paula Juste | 100 mariposa |
Alba Herrero | Relevos |
Carla Carrón | Relevos |
Ángela Martínez | 800 y 1.500 libre |
Paula Otero | 400 y 1.500 libre |
Jimena Pérez | 800 libre |
Alba Vázquez | 400 estilos |
Arbidel González | 200 mariposa |
Carlos Garach | 800 y 1.500 libre |
Mario Mollà | 50 y 100 mariposa |
Carlos Quijada | 400 libre |