Fútbol sala | Copa de España
El Peñíscola estrena palmarés a lo grande en la Copa de España ante el Palma
El conjunto castellonense, que siempre mandó en el marcador, derrota al Palma (3-4) para hacerse con el primer título de su historia.

Juanqui bromeaba con sus compañeros en la presentación de equipos. Sonrisas, complicidad, momentos para descargar tensión bajo la atenta mirada de los 7.500 espectadores que copaban las gradas del Palacio de los Deportes de Murcia. No se juega una primera final por un título todos los días, pero el Peñíscola lo hizo como si lo fuera, como si llevara toda la vida en esto. Como los grandes campeones. Precisamente a todos los que le salieron al paso los dejó por el camino, y no unos cualquiera: el Jimbee, campeón de liga; el Barça, campeón de Copa de España; y el Palma Futsal, bicampeón de Europa e Intercontinental.
Con esa inmaculada secuencia, el Peñíscola hizo historia este 23 de marzo, día en el que consiguió el primer título para sus vitrinas, día en el que se proclamó campeón de la Copa de España tras derrotar al citado Palma: 3-4. Con goles de Sancho, Pablo Muñoz y un doblete de Gauna que le valió el ‘MVP’ de la final, los castellonenses alzaron a lo más alto del cielo de Murcia un trofeo que ya les hace formar parte de un palmarés de equipos históricos, como Movistar Inter, Barça, ElPozo o Caja Segovia, entre otros. Un equipo hecho a sí mismo, humilde, con el trabajo constante como receta de éxito y con un Santi Valladares al timón de las operaciones que mantiene en la pelea al equipo en el resto de competiciones: líder de la Liga y en la ‘Final Four’ de Copa del Rey. La era del Peñíscola ya está aquí.
Las malas noticias se acumularon para el Peñíscola nada más comenzar. En la primera acción de la final, Neguinho mandó el balón al poste, lo que impulsó a un dominio territorial del Palma en campo contrario. En esos primeros compases fue cuando los castellonenses, que ya traían las bajas por lesión de Pani, Quintela y Elías, se temieron lo peor. En un choque con Bruno Gomes, Gus se marchaba del terreno de juego muy dolorido de la rodilla. Por suerte, el titán de 45 años, que estrenó convocatoria con la Selección hace unas semanas, regresó al campo tras unos minutos de descanso. De ese susto, el Peñíscola se olvidó con la mejor receta, la del gol. En el 4′, una acción individual de Gauna acababa dentro después de que Neguinho desviase su disparo. El aspirante golpeaba primero en la final.
El Palma decidió atacar de cinco con las continuas incorporaciones de Luan, pero una de ellas estuvo a punto de costarles muy caro a los baleares. Por suerte, el guardameta regresó a tiempo a sus dominios para desviar una vaselina de Juanqui. Lo que no pudo evitar fue un 2-0, obra de Sancho, que obligó al técnico Vadillo a dar un toque de atención a los suyos: “Los dos goles de dos pérdidas, ¡teniendo portero!”. Unos improperios después, el Palma recortó distancias justamente en una de esas subidas de Luan: Bruno Gomes tocó el cuero, casi sin querer, en el segundo palo y para adentro. Después de un intercambio de goles, el Peñíscola fue capaz de mantener un tanto de ventaja al descanso, transformando un libre indirecto por mano de Neguinho en una obra de arte: Juanqui dejó pasar el saque de la falta entre las piernas y Gauna fusiló a la escuadra.
La tónica no varió en el segundo tiempo, con Luan atacando como un jugador de campo más y el Peñíscola agazapado atrás ante el empuje ofensivo rival. Pero entonces apareció Gus para dar una auténtica lección, no solo de veteranía, sino también de saber cuándo aparecer para ser decisivo. El portero del Peñíscola se plantó con el balón en el círculo central, atrajo la atención de varios rivales y con un pase preciso conectó con Pablo Muñoz. El joven ala, a pesar de sus 21 años, resolvió la acción como si llevara toda su vida compitiendo en partidos de esta índole: superó la salida de Luan y envió el balón al fondo de la red (2-4). El picante llegó al tramo final, después de que el Palma hiciera el 3-4 con un rebote involuntario del propio Muñoz. Los de Vadillo fueron con todo en los últimos 3 minutos, con portero-jugador en pista, pero a falta de 1:18 llegó la jugada que sentenció la final. En una peligrosa contra, Fabinho se vio obligado a cometer la falta sin portero, por lo que vio la roja directa y dejó a los suyos con uno menos para lo que restaba de tiempo reglamentario. Ahí murió el encuentro.
La afición del Peñíscola botaba, con una alegría incontenible. Y segundos más tarde, estallaba de júbilo. Al otro lado, el contraste, con la decepción que supone para un Palma otro título nacional esfumado (por ahora ha ganado dos Champions y dos Intercontinentales). “Jugábamos con el bicampeón de Europa, sabíamos que sería duro. Jugamos con el corazón, piernas no tuvimos y jugamos con el corazón. La afición es la mejor de España, siempre nos acompaña a todos lados. Este título es de ellos”, declaró Gauna, nombrado MVP de la final, lleno de emoción. Peñíscola es una fiesta, la fiesta del fútbol sala.
RESUMEN
Peñíscola FS: Gus; Yeray, Pérez, Salas y Sancho —e. inicial—, Gio (ps.), Cristian, Plaza, Flores, Juanqui, Gauna, Juanico, Muñoz y Lucas.
Goles: 0-1, Gauna (4'); 0-2, Sancho (10'); 1-2, Gomes (17'); 1-3, Gauna (18'); 2-3, Fabinho (19'); 2-4, Muñoz (23'), 3-4, Muñoz (pp, 30').
Árbitros: Martínez Flores y Cordero Gallardo.
Cancha: Palacio de los Deportes de Murcia. Final de la Copa de España, 7.500 espectadores.
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