HOCKEY HIERBA | FINAL DEL PREOLÍMPICO (M)
El gol que une 60 años de Juegos
El autor del tanto que abrió la clasificación de los RedSticks para París, Rafa Vilallonga, es descendiente de Julio Solaun, olímpico en Tokio 1964 y México 1968: “Un orgullo familiar”.
Ningún deporte por equipos de España lleva ni por asomo los 17 Juegos consecutivos que, gracias a la clasificación de este pasado viernes en el Preolímpico de Valencia, enlazará el hockey hierba masculino. Desde Roma 1960 no faltan, ahí es nada. Y la conexión no es casual. En una disciplina repleta de nexos familiares, se da la circunstancia de que el autor del gol que sellaba el pasaporte a París 2024, el 1-0 de Rafa Vilallonga ante Irlanda, es descendiente de uno de aquellos primeros héroes del stick en eventos olímpicos.
“La posibilidad de clasificar a tu país, que desde 1960 ha ido siempre a los Juegos, era un sueño, y sobre todo viendo a mis antepasados es un orgullo personal y familiar”, destaca a AS el joven Vilallonga, vizcaíno de 22 años y formado en el Real Club Jolaseta, aunque actualmente milita en el Club de Campo madrileño. Y descendiente de toda una institución en el hockey hierba vasco y español, Julio Solaun, que fue olímpico hace justo seis décadas, en Tokio 1964 (rozando las medallas, con una cuarta plaza), y en Ciudad de México 1968 (sexto); incluso estuvo preseleccionado para Múnich 1972, y un año antes había sido subcampeón del Mundo.
No es Vilallonga el primer familiar de Solaun que acude a unos Juegos, pues ya lo hizo y en hasta tres ocasiones (Atenas 2004, Pekín 2008 y Rio 2016) su sobrina-nieta Rocío Ybarra, excapitana de las RedSticks.
Rememora Vilallonga, de su diana que abrió la clasificación y que acabó por remachar el capitán Marc Miralles con el definitivo 2-0, que “fue un gol un poco raro porque la bola se quedó entre el defensa y el portero, y pude empujarla, pero me caí y no pude hacer la celebración que había pensado por el barullo que se formó. Pero muy contento, la verdad”. Y esa celebración consistía en una broma interna con el fisioterapeuta de la Selección, Xavi Bosch, “que es muy crack. Tengo la manía de que me pongo un vendaje, y quería señalarlo”. No se pudo ver, pero al menos queda explicada.
Asegura el jugador vasco, quien ya fue campeón de Europa con la Sub-18 hace seis años, y designado mejor jugador del Campeonato de Europa Sub-21 de 2022, que en el último cuarto frente a Irlanda llegaron a “pasarlo bien defendiendo”.
Una final disfrutona
Y concluye Vilallonga que ahora, al margen de una final este domingo contra Bélgica (18:00, Teledeporte y RTVE Play) que culminará los festejos, “lo primero es disfrutar, saber gozar de estas victorias que nos da el deporte. Incluso antes del partido, en los apartamentos, Max (Caldas, el seleccionador) ya nos hizo ver que si jugamos a hockey es para disfrutar de estos momentos. Y ahora empieza un mini-ciclo hacia París, con el objetivo de todo deportista, y una vez en los Juegos, aspirar a lo máximo”, sentencia. Que así sea, por las décadas de las décadas.
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