El exmilitar nórdico “sin miedo” que salta desde el piso 13 y cae al agua a más de 100 km por hora

El Døds surgió en los años 60 en Frognerbadet, un complejo de piscinas de Oslo donde los jóvenes del sexo masculino hacían piruetas desde un trampolín de 10 metros para impresionar a las chicas. De esa actividad surgió el Dodsing (muerte) creada por el guitarrista Erling Bruno Hovden que elevó la altura y la dificultad... y se llegó a una modalidad denominada Death Diving que es un salto en picado de estilo libre extremo con los brazos estirados y el vientre primero, aterrizando en posición de bala de cañón. Y ahí, el rey es Ken Stornes (Harstad, Noruega, 1988).

El escandinavo de 35 años, exluchador de artes marciales y MMA, es la viva imagen de la fiereza de un vikingo de la mitología nórdica y su pasado deportivo más su paso por las Fuerzas Especiales del Ejército Noruego que le llevaron a la guerra de Afganistán han esculpido su imponente cuerpo. Stornes, que ya tuvo la plusmarca mundial de Death Diving en 31,3 metros ha recuperado el reinado al lanzarse a un lago helado de Noruega desde una roca a 40,5 metros de altura superando los 34,5 del francés Côme Girardot.

“Me gusta estar incómodo, si estoy cómodo mucho rato me agobio” o “los entrenamientos duros del servicio militar a -25º me hicieron enamorarme del frío” son dos de sus frases que muestran de qué está hecho Stornes... que antes de tirarse debe lanzar una piedra para romper la superficie del agua del lago y que esta no sea como chocar con la acera cuando él la atraviese a más de 100 kilómetros por hora. El vikingo, que sirvió cinco años en el ejército, tuvo un accidente de coche en Afganistán con graves lesiones en la espalda lo que acabó con las artes marciales mixtas... y el ejército.

Ahí surgió saltar al vacío en plancha... además de la gimnasia, el jiujitsu y el parkour. “El día que salí del hospital me fui al gimnasio a hacer flexiones de piernas. El objetivo es ser mejor cada día, todos podemos hacer de todo, sólo hay que moverse”, cuenta Stornes a quien sus 758.000 seguidores en ‘Instagram’ le veneran. Le ven como a un dios que busca el Valhalla y que no teme a nada como muestra en su mantra de vida: “Siempre haz lo que te dé miedo hacer”.

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