“El deporte aleja de realidades difíciles en el hogar, violencia...”

Desde hace 14 años, la Fundación Rafa Nadal une deporte y educación con la firme convicción de que son herramientas transformadoras con las que se puede lograr un mundo mejor. Esa es su esencia. Y eso, mucho más desarrollado, fue lo que expusieron Eunate Gómez, responsable de proyectos y protección a la infancia de la Fundación, y Yousé Piñeiro, trabajador del centro social de la Fundación en Madrid, en el Congreso Deporte en Positivo AS. “Gracias a AS por atreverse a organizar un congreso de esta magnitud, yendo más allá del deporte”, agradeció Gómez antes de introducir la razón de ser de la organización. “La Fundación Rafa Nadal lleva trabajando desde 2010 con niños y niñas en situación de vulnerabilidad. El deporte es la herramienta con la que trabajamos. El deporte es un derecho fundamental y así está recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño, pero la realidad es que no todos los niños pueden practicar deporte”, expuso este martes en una mesa titulada “El deporte como espacio seguro” y moderada por el periodista Nacho Albarrán.

Desde su nacimiento, la Fundación, que nació fruto del deseo de Nadal y de su madre, Ana María, de contribuir a un mundo mejor, ha atendido a más de 10.000 personas, con tres centros y cinco proyectos activos en la actualidad. Todos en una misma dirección. “Nuestro objetivo es que todos los niños tengan esa oportunidad de practicar deporte y puedan desarrollarse y sacar lo mejor de sí mismos. Para nosotros, el deporte es una herramienta poderosísima. Para que sea así, creemos que hay que crear espacios seguros, protectores y en los que los niños puedan tener sus derechos asegurados. Para eso, es necesario prestar atención y generar esa oportunidad”, explicó Gómez, cuyo trabajo va muy ligado a la LOPIVI, la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia. Antes de su entrada en vigor, sin embargo, la Fundación Rafa Nadal ya remaba en esa dirección.

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“Es una ley pionera en la que por primera vez se habla de protección, no sólo de actuación en una situación de violencia contra la infancia. De cómo crear esos mecanismos para crear un espacio seguro y evitar las situaciones de violencia verbal, físico o de cualquier tipo. Antes de que la LOPIVI entrara en vigor, ya desarrollamos un marco transversal a todos los proyectos de la Fundación para que los niños de nuestra Federación que practican deporte se sientan en un espacio seguro”, aseguró Gómez, que desgranó de forma específica el trabajo interno de la organización. “Hemos desarrollado la política, que se ha revisado recientemente en 2024, porque es algo vivo. También hemos nombrado un delegado de protección. Hemos formado a todos nuestros equipos de profesionales en materia de protección a la infancia. Hemos realizado tareas de sensibilización, como es participar en este congreso, o hemos elaborado una guía más coloquial para que todo el mundo lo pueda entender”, detalló.

Al lado de Eunate, Yousé Piñeiro ofreció una visión más práctica de todo lo expuesto. La que él mismo, como trabajador social, vive en el centro que la Fundación tiene en el madrileño barrio de San Fermín. “Trabajamos con chicos y chicas que han estado en contacto agrupaciones juveniles violentas, lo que se conoce como bandas. Hemos tenido chicos que han sufrido violencias considerables y que, en el centro, funcionan con total normalidad. Nos alejamos de este prejuicio social que les demoniza. Creemos que el deporte es un espacio seguro porque les aleja de realidades difíciles en su hogar, violencia, problemas socioeconómicos, que tengan otras alternativas de ocio... Buscamos que alcancen otras metas futuras y que le den un sentido a su vida, que tengan un proyecto vital”, desarrolló. “Intentamos que el deporte sea un mecanismo de competencias socioemocionales, no sólo de entrenamiento físico. Trabajar la frustración, la creatividad, que todos vayan a una...”, cerró. Como un equipo.

As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsecamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.