El Barça resurge y se jugará la Final Four ante Ricardinho

Pito tiene la Champions en la cabeza. No sólo por su peinado (lleva una estrella rapada), sino por la ambición que demuestra en el terreno de juego para conseguir el último gran título que le falta a su palmarés. El Barça notó mucho su sanción en el estreno de la Ronda Élite, con un empate por un gol encajado a nueve segundos del final, pero este jueves, con una actuación colosal del brasileño, los culés salvaron el matchball que tenían por delante frente al Etoile Lavalloise francés. Además, los chicos de Jesús Velasco lo consiguieron a lo grande, con una goleada que les permite ganar mucho terreno en ese maldito goalaverage que el año pasado les dejó fuera de la fase final por un solo tanto tras su inesperado empate ante el Anderlecht. Adolfo se sumó para la causa y al igual que Pito colaboró con un hat-trick al que Matheus puso la guinda (0-7).

La primera mitad fue todo un ejercicio de supervivencia para el Barça. Nada tuvo que ver la actuación de los azulgranas con la de su primer tiempo ante el Città di Eboli, ya que ante el conjunto francés no tuvieron un dominio abrumador, pero sí efectividad. Y eso les sirvió para mandar en el marcador. Las cosas del fútbol sala. Dídac, que echó horas extras para mantener su portería a cero hasta el descanso, ya se vio obligado a intervenir en el 5′ para sacar una mano prodigiosa a disparo de Guirio, un peligro constante.

La respuesta culé, liderada por Pito, llegó un minuto después. El de Chapecó se anticipó a un rival en la pugna por un balón dividido y no se lo pensó dos veces: misil al fondo de la red. Por unos segundos dio el susto, ya que quedó dolorido de su pie por el choque y Jesús Velasco le envió al banquillo. Chapa y pintura. En el 13′, el Barça amplió la ventaja con una genialidad de Dyego. El brasileño detuvo el tiempo y como si de un péndulo hipnotizador se tratase, atrajo la atención de dos rivales que no se percataron de la irrupción de Adolfo. Dyego teledirigió la asistencia y el colomense solo tuvo que empujar el cuero para el 0-2. Todo le sonreía al Barça, hasta la fortuna, cuando al filo del descanso un nuevo trallazo de Guirio lo repelió el larguero.

El segundo tiempo fue otra película. El Barça, al fin, sacó a relucir su mejor versión, su modo más arrollador de juego para dejar en la lona al equipo francés a las primeras de cambio y evitar cualquier tipo de reacción. El liderazgo de Pito vino acompañado por la aportación de Touré, con quien el de Chapecó se asoció a las mil maravillas. Primero, aprovechó un robo del joven canterano para hacer el 0-3 a puerta vacía. Poco después hizo el 0-4 al enviar a la escuadra una asistencia del francés para culminar un genial contraataque. Después, dos tantos más de Adolfo y otro de Matheus pusieron la guinda a una actuación coral en el segundo acto. Así las cosas, los de Velasco se jugarán el billete a la Final Four el próximo sábado al ‘todo o nada’ ante el público del equipo anfitrión, el Riga de Ricardinho. Por si fuera poco, la moral del legendario portugués estará por las nubes después de darle este jueves la victoria a los suyos ante el Città di Eboli con un gol a 30 segundos del final. Sólo vale la victoria. No va más.

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