El Barça bate al Jimbee en un festival goleador de otro tiempo

Un partido digno de la época dorada del fútbol sala. El espectáculo ofrecido sobre el 40x20 por Barça y Jimbee Cartagena será de los que permanezca en la retina de los aficionados por muchísimo tiempo. Todo ello, independientemente del resultado y los colores, porque fue un encuentro trepidante que acabó con… ¡14 goles! En el duelo adelantado correspondiente a la jornada 29 de Liga, ya que en esas fechas estarán en la Final Four de Champions luchando por un nuevo título continental junto al Palma Futsal (mañana, a las 20:00 frente al Peñíscola), los azulgranas salieron victoriosos (8-6) para reforzar su liderato de fase regular a falta de dos partidos. No había mejor forma de reponerse en lo anímico de la reciente derrota sufrida ante un Real Betis en puestos de descenso, lo que deja a los de Jesús Velasco con la posibilidad de confirmar su ventaja de campo en todos los playoffs tras visitar al Movistar Inter el próximo sábado (20:00, TDP).

El marcador reflejaba un 5-5 en lo alto del Palau Blaugrana, un resultado que bien podría corresponder al final del partido. Pero, en realidad… ¡sólo se trataba de la primera parte! Un tipo de encuentro de los que, por desgracia, ya no abundan en el fútbol sala actual, de los que desquician a los entrenadores y maravillan al público. La falta de control y táctica se unió a una efectividad tremenda, lo que se tradujo en máxima diversión. El intercambio de golpes constante de los primeros veinte minutos dejó varias lecturas. La primera, que la cantera sigue dando alas al Barça en un curso tan plagado de lesiones, esta vez, de la mano de un Puigvert que abrió la lata. La segunda, que los azulgranas tropezaron dos veces con la misma piedra: el balón parado. Dos saques de banda izquierda acabaron en sendos golazos de Waltinho y Tomaz, respectivamente. Ambas definiciones, de volea, prácticamente idénticas.

Para entonces, Ferrao ya había visto puerta por segundo partido consecutivo desde que regresó, en esta ocasión al transformar un penalti. Waltinho también hizo lo propio desde el punto fatídico por un derribo de Kokoro sin balón. Quedaba el frenesí final, con seis goles en poco más de 6 minutos. Lo inició Dídac al disfrazarse de Tom Brady con un envío teledirigido que atravesó toda la pista hasta la cabeza de Sergio Lozano, que puso nuevamente en ventaja al Barça. Antes de enfilar los vestuarios, Waltinho se apuntó su particular hat-trick, Pito se sumó al festival goleador al rematar un córner y Antonio pasó de héroe a villano en un suspiro: golazo de falta directa y tanto en propia puerta al desviar sin querer un pase de Lucao.

La bronca de Velasco y Duda en el intermedio tuvo que ser de aúpa, porque el diluvio de goles se detuvo en los compases iniciales del segundo tiempo. Adolfo (tras una maniobra de Ferrao marca de la casa con su clásica media vuelta y disparo) y Waltinho, que firmó el póquer en su cuenta, intercambiaron tantos, momento en el que Dídac se ató a la espalda la capa de superhéroe. Su recital bajo palos parecía no tener fin, con paradas de todos los colores: por arriba, abajo, a la escuadra, mano a mano… A la postre, ese fue el factor diferencial que decidió el choque. Los murcianos ya no vieron portería, mientras que el Barça sí. Adolfo, tras recibir una asistencia fabulosa de Matheus con la espuela, y Pito, que transformó un pase de la muerte de Antonio, pusieron el definitivo 8-6. Oda al fútbol sala.

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