El asalto de Mönchengladbach
Los RedSticks lucharán por la final del Europeo ante Alemania, anfitriona y a la que ya derrotaron dos veces en junio, y en Berlín, lo que les valió el bronce en la ProLeague y el billete al Mundial.
Caben 9.000 espectadores en el SparkassenPark de Mönchengladbach, la sede del Europeo de hockey hierba, que ya lo fue en la edición anterior, en 2023. Y esta tarde, a partir de las 20:00 (Teledeporte), la inmensa mayoría, salvo algunos valientes -familiares y amigos, principalmente- animarán al unísono a un solo equipo: Alemania. En territorio hostil procurará la Selección española masculina de acceder a la final continental seis años después, con un proyecto en absoluto crecimiento.
Cuarto en el ránking de la FIH y en los Juegos Olímpicos de París hace un año, y tercero hace mes y medio en la ProLeague tras derrotar por partida doble precisamente a los germanos y en Berlín, el combinado de Max Caldas aprende ganando. Y jugando muy bien. No en vano, es en este EuroHockey el conjunto que más goles anota en jugada, 11, y muy repartidos: dos de Nico Álvarez, José Basterra, Pol Cabré… Claro que enfrente tendrá a una Alemania que viene de ser subcampeona olímpica y que lleva más dianas que nadie, 14, con Gonzalo Peillat, Raphael Hartkopf y Justus Weigand muy destacados en la tabla de realizadores.
Saber defender, y convertir, los penalti córner puede resultar clave en un enfrentamiento a priori muy parejo, si bien los anfitriones llegan invictos (3-2 ante Francia, 1-1 con Inglaterra y 10-0 a Polonia), mientras que los RedSticks han ido claramente de menos a más: un 0-3 en el debut frente a la todopoderosa Holanda, que se vislumbra como el otro finalista -disputa su semifinal a las 17:00 ante Francia-, 10-0 a Austria y el sufrido y valiosísimo 2-1 contra Bélgica.
En Amberes 2019 disputó su última final de un Europeo la Selección española, que por su tercer puesto en la ProLeague ya tiene el pasaporte para el Mundial del próximo verano. Y 20 años se cumplen desde su último oro en el campeonato continental, en Leipzig 2005.
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Tan lejos queda como aquella final olímpica de Pekín 2008 perdida ante Alemania, aunque nunca es tarde para devolverles la papeleta. Eso, y esperar el viernes a que el combinado femenino español trate de abordar otra gesta, en su caso ante Holanda.
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