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NATACIÓN

De ganar oros a salvar vidas

El campeón mundial de Salvamento y Socorrismo se embarca con el buque de rescate de Aita Mari para impedir los ahogamientos de los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo: “Me dice que intente no mirarle a los ojos”.

Eduardo Blasco.

Eduardo Blasco (28 años, San Sebastián) ha ganado todo lo que estaba a su alcance en las modalidades acuáticas de Salvamento y Socorrismo (múltiples medallas mundiales en distintas disciplinas), pero a partir de enero le tocará lidiar con una misión mucho mayor. No habrá en juego un trozo de metal, sino una vida humana. La competición más importante, la de la supervivencia. El nadador se encuentra ya en Canarias preparándose con la ONG Aita Mari para formar parte del buque de rescate de los migrantes que pretenden llegar a España en cualquier tipo de material que flote. “Salvar una vida es algo más impresionante que colgarse una medalla”, relata al otro lado del teléfono, emocionado por la aventura que emprenderá este noviembre.

Según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones, en 2021 fallecieron 2.000 personas ahogadas al intentar llegar por mar a Europa. Aunque hay múltiples organizaciones que trabajan para evitar estas pérdidas humanas, la presencia de Blasco es totalmente novedosa: “por primera vez” un deportista profesional, campeón del mundo en salvamento y socorrismo, formará parte del equipo que saldrá con su embarcación por las aguas del Mediterráneo. Para prepararse, Blasco, que es licenciado en Derecho, necesita someterse a un entrenamiento físico rutinario, pero especial en lo psicológico.

“Trabajo con un psicólogo por todo lo que puedo encontrarme cuando tenga que rescatar a alguien. Se pueden dar situaciones muy duras y difíciles. Me dicen sobre todo que intente no mirarle a los ojos. En condiciones normales, por mi entrenamiento sería capaz de rescatar a muchas personas, pero en el mar influyen otros factores y será más difícil. Una cara queda para siempre”, comenta totalmente concienciado del estrés que puede sufrir en situaciones tan extremas, de vida o muerte.

Hace unas semanas, el propio Blasco se proclamó campeón del mundo en Italia de la especialidad de 50 metros remolque. Esta disciplina se basa en que el nadador debe recorrer esa distancia a nado con un maniquí a cuestas que simula una persona. Una situación idéntica a la que se encontrará a partir de noviembre, pero con otro contexto. “Las condiciones son totalmente distintas. Debo utilizar traje de neopreno y las condiciones del mar serán distintas. Además, se produce todo el estrés de tener que rescatar a personas que van a estar en una situación límite. Hacer todo esto por salvar una sola vida ya merece la pena”, explica Blasco.

Una vida entre el agua y el Derecho

La pasión de Blasco por el agua le viene de familia. Su abuelo Eduardo Álvarez también ganó todo lo que estaba en su mano en la piscina, y uno de su legado ha sido inculcarle esa dedicación a su nieto, quien, pese a nacer en San Sebastián, de bien pequeño se trasladó a Fuerteventura, donde encontró el entorno ideal para poder desarrollar sus habilidades. El campeón mundial es considerado un deportista de élite por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y puede vivir de la natación gracia a sus éxitos. En sus redes sociales es muy popular. Cuenta con más de 550.000 seguidores en Facebook y más de 40.000 en Instagram. Pero, al margen de sus éxitos y su nueva aventura vital, el Derecho es su otra pasión.

Licenciado, tiene entre ceja y ceja poder respaldar las salidas profesionales de los deportistas que dedican toda su vida al deporte y que después de la retirada sienten un vacío, también profesional. Blasco propuso copiar el modelo de Italia y que todos los deportistas de elite puedan tener una salida en las fuerzas de seguridad del Estado. De la misma manera, aboga por aprovechar su talento: “La sociedad no le da demasiada importancia al deportista. Creo que se podría utilizar sus habilidades y su bagaje y experiencias únicos”. Él ahora lo aprovecha para salvar vidas.