Cuando el Real Sporting de Gijón de rugby tenía voz y voto en España
Nunca llegó a disputar un choque El Molinón, pero tendrán su homenaje en el partido entre España y los Barbarians del día 25.
Durante 29 años, los vecinos de Gijón podían elegir entre rayas rojiblancas verticales u horizontales. De 1966 a 1995, el Real Sporting tuvo una sección de rugby que se midió a equipos como el FC Barcelona, Samboiana, CAU de Madrid, Salvador, Hernani, Veterinaria de Zaragoza… y, en determinados momentos, los rugbiers del club asturiano eran un elemento decisivo dentro del contexto del rugby en España.
Jugaban en Viesques, Contrueces, los campos de la Universidad Laboral o Las Mestas y nunca llegaron a disputar un choque El Molinón, el campo de sus ‘hermanos’ de colores y club. 56 años después de la creación de dicha sección, el estadio con más solera de España dentro del fútbol profesional, colocará por primera vez dos haches para el histórico partido de este sábado 25 de junio entre España y Barbarians. Para la ocasión, jugadores veteranos de este legendario equipo del Real Sporting de rugby volverán a vestirse de rojiblanco y, además de realizar un acto con Barbarians previsto para el miércoles por la tarde en la playa de Poniente, visitarán El Molinón para, ahora sí, fotografiarse junto a los palos.
El Real Sporting de rugby debió jugar sus primeros 6 años como Real Gijón al estar prohibidos los nombres extranjeros desde 1940, algo que cambia en 1972, y su primer encuentro lo jugó en Oviedo -por no disponer de campo en Gijón-, contra el CAU de León, al que ganó por 22 a 0.
Tuvo presencia en el Campeonato de Liga de Primera División, Grupo Norte, a partir de la década de los 70, llegado a jugar e la máxima categoría en la temporada 78-79, pero su andadura no solo tuvo representación en España durante esa época, también miró al extranjero y organizó torneos internacionales entre 1969 y 1973. Fue un tiempo en el que, por los campos de Los Fresno y Viesques, aterrizaron clubes europeos tan importantes como el Aviron Bayonnais, San Juan de Luz, Rabastens, Universidad de Edimburgo o Mauleon. Ahora, cuando esta semana entrenen los Barbarians en la Universidad Laboral, se volverá a respirar un ambiente único.
De otra manera, el Sporting también tenía presencia internacional en los partidos de Irlanda en el V Naciones, cuando los internacionales irlandeses Flinn y Slatery mandaban saludos a través de TVE a sus amigos de Gijón. Dicha relación de Flynn y Slatery con el conjunto gijonés se fraguó cuando participaron en un curso de árbitros y entrenadores en Gijón en 1972.
El Real Sporting aportó jugadores internacionales en todas las categorías, tales como Juan Bautista Martínez Gemar, Carlos Fernández Caicoya, Armando Menéndez, Joaquín Uría, Juanjo Uría, Antonio Jesús Blanco Iglesias “Tuto”, Juan Carlos Menéndez, César García “Cesarón”, Arcadio Fernández, Miguel Tascón… aunque para enumerar protagonistas no se pueden dejar de mencionar sagas familiares como los Mazziotti, los Picazo, los Borrego, los De la Puente, los Menéndez, los Sánchez Montes, los Velasco, los Uría, los Capelastegui o los Nistal.
Quizás, por encima de los anteriores nombres hay uno: Jaime Fernández Lastra, introductor del rugby en Asturias, fundador del primer club en la zona -Revillagigedo- y posteriormente del Real Sporting de Gijón de rugby. Con su experiencia y conocimiento, Fernández Lastra tuvo el privilegio de ser el primer entrenador del Real Sporting de rugby y estuvo en el cargo durante más de una década, escribiendo algunas de las páginas más gloriosas de la sección. También mención destacada merece Isaac Borrego “Isbo”, continuador del trabajo de Lastra desde el equipo senior hasta las categorías inferiores.
Actualmente, la sangre del Real Sporting corre por las camisetas del Gijón Rugby Club, club al que se le cedió todos sus derechos cuando el club rojiblanco pasó en 1995 a ser una SAD. Esta semana, el Sporting de Gijón estará emparejado con el rugby más que nunca con el histórico encuentro de Barbarians frente a España. Una ocasión irrepetible para ver y respirar rugby de primer nivel internacional y, ya de paso, para homenajear a una sección de rugby cuyo espíritu nunca se ha ido.