Cristóbal Lorente, tetracampeón de Europa con un nulo
El boxeador catalán retuvo su EBU del peso pluma al empatar (115-113, 113-115 y 114-114) a Nathaniel Collins en Glasgow en la eliminatoria mundial.


Empate en las tarjetas, pero fuera de casa se siente como una victoria. Cristóbal Lorente (20-1-3, 8 KO) firmó un nulo dividido (115-113, 113-115 y 114-114) ante Nathaniel Collins (17-0-1, 8 KO) en Glasgow, en su primer combate en el Reino Unido. Retuvo su EBU del peso pluma por tercera vez en un pleito que podía haber definido al próximo contendiente del campeón del mundo de la categoría, Stephen Fulton (23-1-0, 8 KO).
Collins es el campeón CMB Silver y número uno de la división, está a un pie de poder pelear con la corona. Uno de los favoritos de Queensberry Promotions, la promotora de Frank Warren (de la que formaba parte el monarca Tyson Fury), que quieren subir a la cima sí o sí. La idea era que consiguiese esa postura de contendiente la pasada noche, pero Lorente no iba a dejar ir su título de campeón de Europa, ese que ya ha defendido en tres ocasiones.
Cristóbal avisó, que no tenía miedo a pelear fuera de casa, y lo demostró. Un combate que fue una guerra, muy igualado, ante uno de los más grandes de Europa. Un triunfo le hubiese servido para poner su nombre el siguiente en la lista del campeón Fulton, pero dejó una gran imagen en Glasgow que, desde luego, se tendrá en cuenta. Lorente declaró tras la contienda que se vio ganador, al igual que en su nulo previo con su compatriota Rubén Gil (8-0-1, 0 KO).
Ante unas 5.000 personas en el Braehead Arena, con todo el público apoyando al peleador local, y un grupo de españoles dándole caña a su púgil, Lorente plantó cara. El Reino Unido, uno de los destinos que más miedo puede dar a los boxeadores por lo difícil que es ganar, sobre todo si la decisión queda a merced de las cartulinas. El choque estuvo igualado. Collins marcaba con el jab y lanzaba combinaciones. El español metió una marcha más en el quinto, terminando de igualar la contienda. El sexto round fue el favorito del público, con unos intercambios infernales entre ambos púgiles. Unos cruces que podrían haber sentenciado el combate, pero los dos aguantaron el tipo.
Rafa Martín, su entrenador y padre de Sandor, le animaba y guiaba en la esquina. El choque avanzaba en la corta distancia. Cristóbal clavaba el jab e hizo unos grandes últimos asaltos. Un juez se lo dio al catalán, otro al de la casa y el último, un empate. Su amigo y compañero Sandor Martín, levantó el cinturón. El español mostró al mundo lo que tiene que ofrecer. El Mundial está a la vuelta de la esquina
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