Cristina Pérez, la jockey que auxilia a los necesitados
Triunfa en los hipódromos y colabora con los niños de oncología del hospital Niño Jesús, con la Fundación CRIS contra el Cáncer, la Fundación Real Madrid...
Cristina Pérez (13 de julio de 1999) fue la jockey revelación en 2023 y está en la sexta posición en la estadística de 2024, la primera entre las mujeres. La cántabra está en el mejor momento de su carrera, con 15 triunfos en 100 carreras disputadas, firma un 15% de victorias, una cifra sobresaliente para quien todavía es una aprendiz. No menos notable es su faceta humana, pues Cristina colabora desinteresadamente en el hospital Niño Jesús con los niños de oncología infantil, con la Fundación Real Madrid, con la Fundación CRIS contra el cáncer, ha trabajado en un Centro de Día…
¿Cómo empezó en el mundo de los caballos?
Pues casi desde que nací. Mi padre (Alfonso Pérez de la Vega) era entrenador de caballos de carreras, de la cuadra Percus, y mi madre (Srta. Revuelta) también montaba algunas carreras en las playas. Luego empecé con las carreras de ponys que hacían en Laredo y en Loredo. De ahí pasé a las carreras de cruzados y, un día, de repente, el entrenador Enrique Puente necesitaba a gente para montarle un lote y ahí empecé con los purasangres.
¿Cuándo debutó?
Con 14 o 15 años, como amazona. Debuté en las playas.
¿Cómo es el paso de dejar el terruño, la comodidad de casa, a trasladarte a Madrid?
No vine a Madrid por el hipódromo. Vine a estudiar Atención a Personas en Situación de Dependencia, y estuve trabajando con discapacitados en un Centro de Día. Y mientras, en mi tiempo libre, era amazona. Entonces, le compré al preparador Enrique Puente una yegua de carreras, Korokotta. La compré sin que lo supiera mi madre… Fue curioso, porque un día mi madre comprobó que la cuenta bancaria había bajado y pensó que me habían robado la cartera.
No le ha ido mal…
Vine para un mes y llevo ya cuatro años, pero no fue fácil. Al poco de llegar a Madrid enseguida me quedé sin dinero, tenía que pagar la yegua y el alquilar de una habitación…. Y fue entonces cuando entré en el hipódromo y volví a tener algo de dinero.
¿Jockey o jocketta? ¿Cómo le gusta más?
Prefiero jockey.
¿Se valora igual a un hombre que a una mujer?
Creo que no. Para que se valore igual, la mujer tiene que destacar muy por encima, tiene que hacer bastante más. A Hollie Doyle se la valora muy bien, sí, pero es una de un millón. Dicen que el turf ha cambiado mucho, que no hay tanto machismo, pero yo creo que no ha cambiado tanto. Sigo escuchado ‘no quiero que monte una chica, quiero un jockey’.
¿Percibe si hay diferencia en carrera entre un hombre y una mujer?
Nunca le he preguntado a un caballo quien le ha arreado más fuerte, si el jockey de la anterior carrera o yo. En efectividad se está demostrando que las chicas también ganan finales cabeza a cabeza.
¿Se puede ser mujer y tener un físico fuerte. ¿Usted lo trabaja?
Por supuesto, lo ejercito al mediodía o por las tardes para intentar que la diferencia sea la menor posible.
Que se necesita más ¿trabajar la cabeza o la fuerza?
Trabajamos las dos cosas a la vez. Si me comparo ahora con hace tres años veo que la mente la tenía muy débil, y respecto a la fuera había veces que llegaba a la recta final y la meta la veía super lejos. Ahora, desde que estoy con Javier Casero, es totalmente diferente. Me como la meta antes que el caballo. (Javier Casero ha trabajado en el deporte de élite, fue entrenador profesional de baloncesto en clubes como el Forum Valladolid, el primero en introducir la figura del psicólogo en el deporte de élite, el entrenador que trajo a Sabonis a España y actualmente colabora con la Fundación Aito García Reneses en la formación de deportistas y en la transmisión de valores a través del deporte).
¿Cómo se trabaja la cabeza?
Javier me hace ver la realidad. Él no me vende películas, no me dice ‘eres la mejor’, ‘vas a ganar’ ‘no sé porque no te han dado este caballo a ti’ y ese tipo de cosas. Él me hace ver la realidad y, gane o no, mentalmente voy preparada para todo. Y luego está la motivación para decir: mira, tú no eres Holiie Doyle, pero no porque no puedas, sino porque en tus manos está el serlo o no serlo.
En 2023, aparte de ser el jockey revelación, usted no recibió ni una sola sanción por sus recorridos. ¿Se puede jugar limpio y ser competitivo’
Perfectamente. No jugar de forma limpia, para mí, está fuera de la competición. No es deporte.
¿Cómo es Cristina a caballo? ¿Cuándo se abren los cajones, esa Cristina es la misma que está a pie?
No. No es la Cristina que te sonríe o es maja. No. Intento ser muy firme, pero intento no dar voces. Me pongo las brincas yo también para que no me afecten los gritos de los demás.
Nota que la respetan en carrera ¿o no?
Hay unos que sí y otros que no, que no me respetan nada, que si te tienen que encerrar lo hacen y prefieren pedir perdón después que antes permiso.
¿De dónde viene su vocación de colaborar con personas necesitadas?
Acabé la ESO y me llamó la atención el grado de Atención a Personas en Situación de Dependencia. Cuando empecé a hacer prácticas vi que me gustaba bastante. No más que los caballos, pero siempre me ha gustado ayudar.
El método de representación de Javier Casero nada tiene que ver con el habitual. ¿Qué es lo que más aprecia?
Lo primero, el cómo empezó conmigo, cómo se portó. Él no era agente y, desde el primer momento, me quiso ayudar. Le agradezco cómo de involucró sin conocerme, a nivel personal y profesional.
¿Cómo se refleja ese trabajo?
He mejorado en mi seguridad personal y profesional Antes era bastante insegura, ahora soy más independiente en todos los aspectos.
¿Cuánto tiempo dedica a trabajar la autoestima, a entrenar la cabeza?
Antes tenía un calendario, la cabeza los lunes y los viernes y el físico los demás días. Ahora, el trabajo físico se puede programar, pero la cabeza depende del estado emocional.
¿Cómo se trabaja la cabeza?
Javier hace que yo la trabaje sin dame cuenta de que la estoy trabajando. Me repite cosas que me hacen efecto a la larga. No es un trabajo de coach, se preocupa por las cosas de casa, de temas particulares…
Tener cabeza… Muchos jockeys dejaron de ser grandes por no tener buena cabeza, por perderse.
Es muy fácil perderse, eres joven tienes 20 años o menos y te encuentras que ganas una cantidad de dinero que a esa edad no es normal tener, los demás jóvenes no la tienen. O sabes gestionarte y tienes muy buena cabeza o….
¿Es el turf un mundo machista?
Un poco todavía sigue siéndolo, sí.
¿Qué diferencia hay en carrera entre un hombre y una mujer?
Ninguna. La diferencia siempre es el caballo que lleves debajo.
¿Cómo compagina ser colaboracionista con el egoísmo de la competición?
No tiene nada que ver. Una cosa es mi trabajo y fuera cambio el chip.
Recientemente invitó a conocer el hipódromo un grupo de niños con cáncer del hospital Niño Jesús, ¿cómo fue?
Les encantó. Les hizo mucha ilusión, les gustó ver a los caballos, un animal tan grande pero tan noble. Les vi felices y eso me hizo feliz. (Ella no lo dice, pero tras la visita a las cuadras se llevó a todos los niños al restaurante del hipódromo y les invitó a comer).
Será la representante española en el III campeonato internacional de mujeres jockeys...
Será un reto más. No es que me sienta importante, pero sí siento responsabilidad. Voy a intentar dejar a España lo más alto posible.
¿Qué hace cuando quiere desconectar de la competición?
Puedo ir al parque a ver los patos o hablar mucho con mi madre y mi abuela, doy paseos…
¿Qué carrera le gustaría ganar?
El Gran Premio de Madrid, por conocida y porque es la que todo jockey desea, pero una carrera que siempre me ha llamado la atención ha sido el Gladiateur. Las carreras tan largas me encantan.
As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsicamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.