Crawford se une a la lista: los tres boxeadores que han ganado a Canelo
El estadounidense derrotó por decisión unánime al mexicano y le arrebató el título indiscutido del peso supermedio. Antes que él, solo le habían ganado Floyd Mayweather y Dmitry Bivol.


Terence Crawford (42-0-0, 13 KO) entró en un selecto grupo dentro del mundo del boxeo. No solo se ha convertido en el primer púgil de la historia en proclamarse campeón indiscutido en tres pesos distintos, sino que, además lo hizo derrotando, de manera unánime, a la cara del boxeo; Canelo Álvarez (63-3-2, 39 KO). Antes que él, solo lo habían logrado dos boxeadores: Floyd Mayweather (50-0-0, 27 KO) y Dmitry Bivol (24-1-0, 12 KO).
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El encargado de arrebatarle el invicto a Canelo fue Mayweather. Cuando el mexicano tenía 23 años, le tocó defender su CMB del peso superwelter ante el estadounidense, que le arrebató el cinturón por decisión unánime. Floyd supo llevar el pleito, como era costumbre en sus peleas, con un dominio absoluto, tocando sin ser tocado. Una derrota que el tapatío asegura que le sirvió para aprender, y que llegó en el momento perfecto de su carrera. Cree que no habría sabido llevar bien la fama si hubiese ganado a Money.
La segunda no llegó hasta 10 años después. Canelo ya había tonteado con el peso semipesado, llegando a ceñirse uno de sus cinturones. El varapalo llegó de la mano de Bivo. El ruso ganó por decisión unánime, anulándole, sin permitir que llegasen sus manos. Estuvo años buscando la revancha, pero Dmitry quería nuevos retos, por lo que el tapatío volvió al supermedio, donde estuvo años reinando.
Hasta que Crawford se cruzó en su camino. Un combate que a Canelo le costó aceptar. Turki Al-Sheikh tuvo que intervenir por meses para convencer al mexicano, y poner una jugosa bolsa de casi 150 millones de euros de por medio. La tercera derrota llegó tres años después de la segunda. Un Crawford muy táctico y estratega supo desquiciarle, desplazándose por el ring y clavándole sus manos, manteniendo la distancia. Una gran segunda parte le hizo conseguir la victoria.
Aunque la derrota fue dura, se podía ver en el rostro de Canelo, que aguantaba las lágrimas con el rostro rojo después de que le despojasen de sus cinturones para entregárselos a Bud. El mexicano sigue manteniendo que su legado no se verá manchado ni destruido por una caída, y que seguirá adelante. Este no es el fin de Saúl Canelo Álvarez, que vio con buenos ojos una revancha y que volverá más fuerte que nunca. “¡Viva México, cabrones!”, gritó tras el choque.
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