Coll, sin medias tintas: “Quiero ir a Los Ángeles a ganar el oro”
El campeón mundial y europeo del CN Sabadell ampliará su repertorio de 200 braza a 50 y 100, con base en Virginia y estadías por todo el planeta, para “intentar derrotar a Marchand”.
En seis días se colgó un oro, justo un año después de haberse proclamado campeón del mundo, y un bronce. Batió ocho récords de España. Y, como quien hace la lista de la compra, va tachando esos objetivos de la lista que se autoimpuso hace unos años, en Virginia Tech, donde le entrena Sergi López. Y le quedan dos por cumplir. Después de triunfar en el Europeo de piscina corta de Lublin, a inicios de mes, Carles Coll no afloja y se entrena ahora, y hasta finales de enero, en su club, el CN Sabadell, al que este fin de semana defenderá en la Copa de España de Clubes junto a Sergio de Celis y Eudald Tarrats, medallistas también en Polonia, quienes este miércoles almorzaron, acompañando al presidente, Claudi Martí, con la prensa especializada.
“Me demostré que vuelvo a estar en lo más alto, a nivel mundial”, se arranca Coll, sobre su oro en el 200 metros braza del reciente Europeo, “porque nadaba contra el holandés (Caspar Corbeau) que hizo el récord del mundo, y ganar me dio mucha confianza para el futuro, en el sentido de que lo puedo hacer muy bien en las finales”.
Primer objetivo: récord del mundo
De hecho, ahí aparece el primero de los objetivos aún pendientes del tarraconense: batir un récord del mundo. “Lo veía posible, pero en los primeros 100 metros cometí un par de errores, y si quieres batirlo debes hacer una carrera perfecta”, lamenta, “así que fui a asegurar el oro”. “Si hubiera nadado completamente solo, creo que habría rondado o rebajado el récord del mundo”, asegura, y apostilla: “Todavía soy joven, me quedan muchas más competiciones de piscina corta; de hecho, a finales de 2026 está el Mundial en China, que será una muy buena oportunidad de atacarlo”.
De su otra medalla continental, el bronce en el relevo 4x50 estilos, tiene Coll una explicación mucho más etérea: “Al ver que nos metimos octavos en la final, hablábamos de que era porque el universo, la energía, nos había querido allí para ganar una medalla. Y así fue”. A lo que añade: “Con Hugo (González) hablamos en el Europeo de que una competición no es para nadar finales, es para ganar”.
El calambre en la final de los Mundiales
Pero el altísimo rendimiento del tarraconense no se limita a la piscina corta. En los Mundiales de Singapur del pasado verano, fue el único español finalista, y llegó a liderar la final del 200 braza por debajo del récord del mundo. Ahora desvela que, para comenzar, sufrió problemas estomacales en la concentración previa, en Malasia, lo que le hizo competir con cierta deshidratación.
“Lo que me pasó en la final es que no me recuperé bien tras la semifinal, así que a mitad de la prueba, cuando iba primero, me dio un amago de calambre, me asusté y no supe gestionarlo, perdí un poco el control”, admite, aunque matiza: “Quedé séptimo del mundo, a esos niveles un mínimo error te separa de la medalla, pero ahora tengo la confianza de que también en piscina larga estoy en el nivel más alto”.
Tres opciones de medalla en los Juegos
En esa pileta de 50 metros lo próximo será el Europeo de París, el próximo agosto, y para ello se prepara Coll, que con los Juegos de Los Ángeles 2028 en el horizonte persistirá en el 200 braza pero también profundizará en el 50, mejorando la explosividad, y el 100. “Quiero alcanzar el máximo nivel en las tres distancias para tener tres opciones reales de subirme al podio. Si me encierro en el 200 braza, solo dispondría de una oportunidad, y si pasara algo debería esperar otros cuatro años”, razona.
Pero subir al podio, misión de por sí gigantesca, no es el reto último de Carles Coll, que en su lista tiene escrito en mayúsculas el más grande de todos: “Mi objetivo claramente es ir a Los Ángeles con opciones claras de ganar el oro”, sentencia, y avisa: “Marchand es mi referente, pero también mi rival. En 2028 debería estar allí para defender su título olímpico, y creo que puede ser bonito el camino de intentar derrotarlo”.
El éxito de España, a largo plazo
A su favor, además de una mentalidad de hierro y sus éxitos en piscina corta, tiene el catalán que finalizó sus estudios (la carrera de Salud Pública, una suerte de finanzas de la Sanidad) el curso pasado, por lo que afronta tres años plenamente centrado en la natación, “y me quedan cosas por quemar que otros deportistas de mi nivel ya han hecho”. Como, por ejemplo, entrenarse “en diferentes lugares del mundo con los mejores bracistas (como Qin Haiyang) para trabajar con ellos y también vigilarlos de cerca”, reconoce, manteniendo eso sí su campamento base en Virginia junto a Sergi López.
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Y a nivel grupal, la pregunta del millón: ¿Será extrapolable el gran éxito de España, con seis medallas en el Europeo de piscina corta, a los 50 metros? “Yo creo que sí. Al final, si miras en piscina larga, Carmen Weiler se quedó a las puertas de una final olímpica (quedó novena), Hugo ni falta hace que diga que es campeón del mundo y finalista olímpico, y creo que como equipo hemos demostrado que podemos estar al más alto nivel europeo. Ahora lo intentaremos demostrar en larga, luego trasladarlo a los Mundiales y después a los Juegos Olímpicos”. Como en su libreta de los objetivos, Coll tiene clarísima la hoja de ruta de la natación española.
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