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PÁDEL | MASTER DE VALLADOLID

Coello y Belasteguín regresan a una final frente a Juan Lebrón y Ale Galán

Las semifinales han resultado movidas, por los marcadores, por los alibajos, por las lesiones, por las polémicas arbitrales, y por el lanzamiento de gorras

Alejandro Galán, exhibición en Valladolid

El Master de Valladolid ha vivido unas semifinales intensas con Ale Galán y Juan Labrón demostrando que pueden perder, pero nunca en sábado: han disputado con esta ocho semifinales y todas las han ganado. La final femenina es la más repetida de las temporada, entre las dos mejores parejas del Circuito: Alejandra Salazar y Gemma Triay ante Paula Josemaría y Ari Sánchez, que abre la mañana del domingo en la Plaza Mayor de Valladolid (10:00). Pero este sábado el protagonista ha sido el árbitro de la semifinal Coello-Bela contra Sanyo-Tapia, que ganaron los primeros en tres horas de juego para disputar su segunda final del año, tras el Open de Miami, que ganaron.

Los árbitros en el pádel tienen una posición tan pasiva que muchos jugadores se quejan de su inacción. Si se sigue una jugada, aunque la bola sea mala, se mantiene y deja en posición complicada a quien pide revisión. Pues hoy en un saque de Belasteguín él la canta mala, el árbitro no, Sanyo tampoco pero acepta un saque más. Los dos jugadores estaban de acuerdo pero se impone el criterio del árbitro y provoca al público, que por la hora (ya no hacía sol), dedicó sus chanzas al árbitro con lanzamiento masivo de gorras a la pista (no llegaban). Como los jugadores discrepaban de la decisión arbitral, Tapia falló un resto a propósito, y se llevó la advertencia del árbitro. ¡Que tarde! (Por fortuna su trabajo quedó en un segundo plano por el juego en sí)

Alejandra y Gemma (6-3 y 6-2) tuvieron resistencia inicial por parte de Marta Ortega y Bea González, que se diluyeron después. Ari y Paula sacaron adelante un partido imposible ante Lucia Sainz y Marta Marrero, porque tras ganar el primer set (6-4) llegaron los problemas físicos para Paula Josemaría, que estuvo al borde de la retirada mientras Ari se ocupaba de abarcar toda la pista (2-6); con el tiempo mejoró la zurda, y en el tercer set, sin estar a su altura habitual, colaboró con Ari para conseguir la victoria por 6-2.

Lebrón y Galán arrancaron como un ciclón ante Tello y Chingotto. A la velocidad de vértigo iban y venían los puntos para sumar un 6-1, pero lo que parecía un paseo lo equilibraron los argentinos que devolvieron el marcador: 1-6. En la tercera manga, en el duelo entre Tello y Galán, pegadores espectaculares, lo ganó el español que cerró el set al lado de Lebrón por 6-3.

La otra semifinal masculina fue uno de esos partidos espectaculares, que si bien a Sanyo no se le notó cómodo en ningún momento, tuvo de todo: 7-5, 6-7, y 7-5. En la primera manga Tapia y Sanyo tuvieron bolas de set, pero Bela y Coello le dieron la vuelta; en el segundo, en la muerte súbita, Coello y Belasteguín tenían saque y 5-2, y lo perdieron 5-7; y en el último 7-5. Bela controló el juego y Coello puso el espectáculo, como Tapia, como Sanyo, porque fue de esos partidos que se merecen ver más de una vez, con una jugada nunca vista (o pocas veces): un remate, tres recuperaciones por las dos puertas… que no acabó porque Bela tocó con la punta de la zapatilla la red.