Chingotto: “Me llamó el mejor para jugar...y Momo me entendió”

Fede Chingotto (26) arranca en el P2 de Puerto Cabello esta madrugada como pareja número tres del torneo, su mejor puesto de siempre, en parte por los puntos de su nuevo compañero, Alejandro Galán, el número dos del ranking mundial. Es decir, su tercer compañero en los últimos cinco torneos: con Paquito Navarro ganó el Master Final en Barcelona, tres con Momo González, y ahora con Galán.

-Da la impresión de que después de tantos años con Tello, en la que parecían inseparables, se ha convertido en un jugador promiscuo de compañeros.

-La verdad es que yo no soy de cambios, y sin embargo, llevo tres casi seguidos. Es la nueva moda, lo que toca. Para mi no ha sido fácil, de hecho la última semana en España me entrenaba todos los días con Momo González, para el torneo de Acapulco, y con Galán, para hacerlo lo mejor posible en Puerto Cabello (Venezuela).

-¿Al final de la temporada anterior, cuando se supo que Paquito Navarro no seguiría con usted, habló con Juan Tello para volver a jugar juntos?

-Juan y yo somos muy amigos, de hecho soy el padrino de su hijo. Llegamos juntos a España, y él, que es un poco mayor que yo, era el que me cuidaba. Y sí, hablamos, porque seguramente en el algún momento de nuestras carreras volveremos a coincidir, pero aún no es el momento: tenemos muy reciente la brecha de nuestra ruptura.

-Momo González contaba que usted le llamó en diciembre, y que sabía para qué, y que le dijo al instante que sí, que eran muy amigas. ¿Siguen siendo amigos tras dejarle al tercer torneo?

-Se lo dije, claro. Si te llama para jugar el número uno, el mejor revés del circuito... Momo lo entendió. Es una oportunidad única en la vida que no puedes desaprovechar. Las cosas vienen así rodadas. Ha sido mi compañero hasta el torneo de Acapulco y nos hemos respetado.

-¿Y con Galán a qué aspira?

-Creo que yo seguiré haciendo el mismo trabajo que he hecho con todas mis compañeros en la pista, correr, limpiar las jugadas, intentado siempre colaborar a que la pareja obtenga el mejor resultado posible, esperando que sea un proyecto de largo recorrido.