China se olvida de la COVID
El país asiático organiza el Mundial por equipos, único evento internacional excepto los Juegos de Invierno que han mantenido. El prestigio de un deporte que es religión allí, la clave.
El 19 de septiembre Chengdu, ciudad situada al suroeste de China, levantaba el enésimo confinamiento a sus 32 millones de habitantes, tras 17 días de encierro, por la política de ‘Cero COVID’. Ayer, once más tarde comenzaba la 56ª edición del campeonato mundial por equipos cuya primera edición se disputó en 1926 en Londres. El país asiático ha ido cancelando evento tras evento deportivo internacional con la única excepción de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín. ¿Cómo es posible que sí se celebre este certamen? “Esto subraya la importancia del tenis de mesa en China”, asegura Richard Prause, director deportivo de la federación alemana.
El torneo, en el que participarán alrededor de 250 jugadores de 32 conjuntos masculinos y 28 femeninos (sin España en ambos), se celebrará en modo “burbuja” con mascarillas imprescindibles en todas partes y un área definida y muy limitada para moverse en los hoteles y alrededor de ellos, así como en la propia instalación. Además, todos los voluntarios y trabajadores de todas los lugares que estén en contacto con los deportistas, que no habrán tenido que realizar cuarentena, sí deberán estar aislados al finalizar el próximo domingo 9 de octubre. Y la asistencia de público está limitadísima a grupos pequeños por invitación.
El prestigio parece haber hecho relajar para este evento los habituales bloqueos estrictos para entrar al país, las medidas draconianas y las pruebas masivas obligatorias de la única economía importante que mantiene sus fronteras cerradas después de la pandemia. Hay que recordar que en las diez ediciones precedentes el ganador masculino ha sido China (tienen a los tres primeros del ranking mundial); cinco en el caso de las féminas (cuentan con las cuatro primeras del mundo). Suecia en el 2000 y Singapur en 2010 han sido las últimas excepciones. El mensaje que transmiten desde el gobierno es claro: organizar con éxito este evento es de gran importancia para China.