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BÁDMINTON

Carolina Marín, a por 2023 para olvidar su calvario

La jugadora onubense debuta este miércoles en el Open de Malasia ante Sindhu. Espera volver a brillar tras superar sus molestias en la rodilla.

La jugadora española Carolina Marin celebra un punto durante su partido ante Akane Yamaguchi en los Mundiales de Bádminton de Tokio 2022.
KAZUHIRO NOGIAFP

Carolina Marín ya mira a la temporada 2023 después de un 2022 en el que, pese a ganar su sexto campeonato de Europe de bádminton, ha seguido resintiéndose de las molestias en la rodilla tras las graves lesiones que ha sufrido en los últimos. Unas molestias que han perdurado hasta bien entrado el mes de diciembre y que, para alegría de la propia ‘Caro’, ya forman parte del pasado.

Marín, de 30 años, afronta desde este miércoles la primera gran cita de su calendario desde este miércoles en el Open de Malasia, considerado como uno de los Grand Slams del bádminton.

En este inicio de temporada ‘Caro’ se enfrentará este miércoles (sobre las 8:30 hora española) a una vieja conocida, la india Pusarla Sindhu, ante quien ganó en oro olímpico en los Juegos de Río 2016 y con quien tiene un balance favorable de 9-5 en los 14 ennfrentamientos entre ambas.

Antes de afrontar la primera gran cita de la temporada 2023 Carolina Marín quiso compartir una profunda reflexión con sus seguidores a través de su cuenta de Instagram en la que hace balance de un 2022 complicado pero en el que ha aprendido a aceptar el dolor y con la mirada puesta en un 2023 en el que espera que, con su carácter y su determinación, puede volver a brillar de nuevo en la élite del bádminton.

Esta es la reflexión íntegra de Carolina Marín en Instagram. “Ahora que se acerca el primer torneo del año, quiero contaros un poquito cómo ha sido el camino hasta aquí tras la lesión. Ha sido un 2022 con muchísimos altibajos, ha habido momentos complicados, momentos muy difíciles, sobre todo conmigo misma; un año en el cual he tenido un dolor constante en la rodilla, me despertaba con dolor en la rodilla, me despertaba con dolor, entrenaba con dolor. He tenido miedo a no volver a ser competitiva con mis rivales. He tenido muchas dudas en cuanto al regreso, había entrenamientos que no podía terminar, a veces mis entrenadores tenían planificado una carga de entrenamiento incluso en la parte física y muchas de las veces había que cambiarla y ha sido una frustración muy muy continua y al final de año no me ha quedado otra que aceptar ese dolor, cosa que me ha costado muchísimo porque yo no quería tener ese dolor en mi cuerpo pero no me quedaba otra que aceptarlo. Y gracias a todo el equipo hemos trabajado mucho para ello y finalmente lo hemos conseguido. Tengo que decir que el final de año 2022 lo he acabado sin dolor en la rodilla, así que estoy muy contenta. El 2023 lo afronto con muchísimas ganas y sobre todo con esa actitud que me ha caracterizado a mí siempre y esa determinación. Va a ser un año muy complicado porque hay muchos torneos durante todo el año pero lo afrontamos con muchísimas ganas. Gracias a todos por el apoyo que me habéis dado constantemente, sobre todo en los malos momentos, y quería mandaros un beso muy grande”. Una Carolina Marín que, una vez superado el dolor, ya ansía volver a disfrutar en las grandes citas del calendario del bádminton haciendo honor a su lema: “Puedo porque pienso que puedo”.