Ben Titley, un ‘mentalista’ para impulsar la natación española
El técnico británico, que no ha podido estar en el Europeo por su paternidad, explica su proyecto a AS. Llega con el aval de llevar Canadá a los podios olímpicos. “Empiezo de cero y quiero construir algo”.
Con 13 finales y seis récords nacionales, España ha finalizado un mejor Europeo de lo esperado en Roma pero aún lejos de lo que debe representar y lo que conseguía en etapas anteriores. Hasta 20 países consiguieron una medalla, entre ellos territorios de menos tradición acuática como Rumanía, donde ha surgido el fenómeno David Popovici, o Bosnia, con Lana Pudar de 16 años haciendo historia en 200 mariposa. No así España, inmersa en un cambio de modelo y una crisis acuática filmada en las distintas opiniones de nadadores, técnicos o los propios directivos después de completar el peor Mundial de la historia en Budapest.
Desde su piso de Sant Cugat, en pleno proceso de paternidad, ha visto estos Europeos Ben Titley (Gran Bretaña), el nuevo entrenador responsable del CAR de la localidad barcelonesa y la gran apuesta del director técnico, Sean Kelly, para hacer un grupo competitivo y que pueda “pensar en grande”, como dice a AS el nuevo gurú de la natación española. Titley, cuya segunda mujer es de Canet (Francia), a apenas dos horas en coche de Barcelona, empezó hace dos años y medio sus contactos con la RFEN para dejar Canadá, donde ha ganado 12 medallas olímpicas en los dos últimos Juegos y ha creado en Toronto un gran grupo de entrenamiento. “Debía cambiar de país, si no me esperaba un tercer matrimonio”, explica con su ironía inglesa. “Estoy excitado, hay una dificultad. Vengo a empezar de cero, a construir algo”, sentencia.
El técnico tuvo siempre ese pálpito de ser entrenador más que de ser nadador, por eso con apenas 17 años ya dirigía a su primer grupo y con 18 en una reunión familiar con sus padres en el salón de su casa les dijo convencido de que quería estudiar Ciencias del Deporte porque su sueño era ser técnico de natación. A aquel adolescente le perseguía una virtud desde que era muy pequeño. “Era el típico niño que provocaba que los otros niños hicieran cosas que no querían. No estoy muy orgulloso de eso, aunque éramos niños, obviamente. Pero siempre tuve la habilidad de convencer a la gente a que haga cosas. Y eso es importante en el deporte”, reflexiona.
“Mi madre también puede entrenar nadadores...”
Con su mente privilegiada, acudió a la más prestigiosa Universidad de York donde empezó a encargarse de un grupo de entrenamiento y a los pocos meses ya empezaron a mejorar y a obtener sus propios récords. Eso le llevó rápidamente a la selección nacional. Debutó en los Juegos de la Commonwelth en 1998 y después vivió los Juegos de Atenas 04, Pekín 08 y Londres 12. Llevó a nadadores a ganadr medallas olímpicas hasta que justo después se encargó del centro de alto rendimiento de Toronto, en Canadá, donde con una jovencísima Penny Oleksiak logró cuatro medallas en Río a sus 16 años, una de ellas fue el oro en los 100 libre. Luego pulió a Summer McIntosh, ahora on 15 años, la nadadora llamada a ser la estrella en los Juegos de París 2024. Su carta de presentación es inmejorable.
Titley da respuestas largas a cada pregunta, intentando explicar desde su punto de vista cómo se debe comportar un entrenador, para él la pieza clave de la natación ya que “España tiene talento, tienes piscinas, médicos... Hay de todo”. Pero él aboga por un cambio de perspectiva: “No soy entrenador. Mi madre puede entrenar nadadores. ‘Haz esto, nada esto, ahora estas series...’. Todo es mecánico. Luego está el profesor, el que enseña. ‘Hazlo así, modifica esto...’ es genial, pero ¿cómo cambiarle cosas a una chica de 19 años? Para mí lo importante es el coaching. Hay que cambiar la mente, hay que poner objetivos, que haya una confianza y una conexión personal”, explica el británico.
“No es lo mismo estar en el Barça que con los amigos en la calle”
Y pone el ejemplo del centro de alto rendimiento de Toronto donde estuvo ocho años. “Empecé con tres o cuatro nadadores. Todos eran de los alrededores, luego ya vinieron de otras partes del país. Oleksiak era muy joven. Los jóvenes cambian rápido, se adaptan, aprenden. Eso es lo que queremos conseguir”, comentó. Desde septiembre, Titley tendrá un grupo reducido con nadadoras como Mireia Belmonte, otras que ahora tienen entre 19 y 23 años y algunos de edad júnior. El técnico espera que poco a poco se vayan sumando nadadores e incluso tiene un plan con la RFEN para captar: “Queremos que los mejores júniors vengan al centro en sus vacaciones o una serie de días al mes y vean cómo trabajamos”. Titley quiere reunir en Sant Cugat a los mejores.
“Los mejores nadadores deben estar con los mejores. No es lo mismo jugar en el Barcelona que con los amigos en la calle. A veces hay nadadores que creen que ya van rápido, pero ¿qué es ir rápido? Esas expresiones de “no está mal”, “todo está OK”... Hay que empezar por los pequeños detalles en el mismo CAR. Si se acaba un entrenamiento a las 18:00, no se puede cenar a partir de las 20:00″, afirma el técnico que expone su receta. “Hay que identificar rápido el talento, con nadadores de 12, 13 o 14 años, hay que darle facilidades académicas y cambiarse la mente”, detalla.
El proyecto de Titley no es a corto plazo. El técnico habla de “tres, cuatro o seis años”, pero tiene claro que “si encontramos ahora a los mejores podemos ser muy competitivos en Los Ángeles 2028″. Es la visión de un entrenador que lo ha sido todo en Canadá y que ahora quiere serlo también en España. Es otra apuesta federativa, quizás la más firme y seguramente la última, para volver a construir una natación de talla mundial.