Belasteguín: “Llevo un año disfrutando los 16 como número 1”
El ‘Boss’ se sienta con AS durante un ‘Desafío Mahou’ y reflexiona de pasado, presente y futuro. Sobre los cambios de compañero: “Hay mucha gente alrededor del jugador que no tiene ni idea de lo que es un deporte en pareja”.
En el deporte, 16 años son mucho. Siendo el mejor del mundo es una eternidad. Por eso, Fernando Belasteguín (46 años) colgó la pala como lo que es, un jugador eterno. Una carrera plagada de éxitos, de títulos, pero sobre todo de exigencia. Tanta, que no ha sido hasta su retirada, hasta ese último día en Milán, cuando ha podido paladear lo alcanzado. “Llevo un año disfrutando de los 30 años como profesional. Llevo un año disfrutando los 16 años número 1″. Así lo confiesa sentado frente a AS. Con franqueza. Con sencillez, la misma con la que se comportó con todo el que se le aproximó durante el ‘Desafío Mahou’, el marco de la charla. Porque acercarse a Bela no es un desafío.
Una plataforma desde la que deja claro ni él dejó al pádel, ni el pádel le dejó a él. Fue el cuerpo el que habló. Pero antes tuvo tiempo de participar el proceso de Tapia y Coello. Como compañero de ambos, como maestro. Y, con la perspectiva de quien se conoce todos los recovecos de la profesión, con esa experiencia, saca el bisturí sobre el elefante de la habitación en el pádel actual, los cambios de compañero: “Hay mucha gente alrededor del jugador que no tiene ni idea de lo que es un deporte en pareja. (...) Me hacen ver que soy un fenómeno y el que tengo al lado es el malo... Hay que dejar el ego personal y trabajar para que la pareja rinda. Así lo hice yo durante mi carrera y pude mantener compañeros durante muchos años”. Palabra del Boss.
Para empezar, un dato. Hace nada que se cumplía un año de su último partido. ¿Qué balance hace?
Muy feliz y muy contento. Tuve la gran suerte de tomar la decisión de dejar el deporte cuando yo quise. El deporte no me dejó a mí y siento una gran tranquilidad. Ya desde el momento que perdí en Milán el último punto, la sensación es de gran tranquilidad. Más de lo que hice no podía hacer. No lo dejo porque no me guste el pádel... ¡Me encanta el pádel! Me encanta competir, pero el cuerpo me hizo decir basta.
Lo dejé con 45 años y medio, compitiendo a un nivel muy alto. ¿Que me hubiera encantado continuar? No hay duda. Pero el cuerpo es el que manda. Y ya hacía tiempo que me venía diciendo: “Las reservas están agotadas, es momento de descansar”. Y creo que tomé la decisión correcta. En este último año empecé a disfrutar de todo lo que había hecho en el deporte, porque hasta el último día, necesitaba y quería mejorar todo el tiempo y no había podido disfrutar nada. Este último año estoy disfrutando los 30 años de carrera profesional que tuve.
Cuando está en esa vorágine de ganar, competir, ganar, competir..., ¿es tan difícil pararse un segundo a disfrutarlo?
Yo no podía, nunca pude. Ahora sí, llevo un año disfrutando de los 30 años como profesional. Llevo un año disfrutando los 16 años número 1. Tuve la suerte de ser número 1 durante muchos años y te puedo asegurar que la sensación de tranquilidad que siento, más allá de haber sido tantos años número 1 del mundo, es haberlo dado todo. Es mucho mejor que la de haber sido número 1 del mundo. Así que lo estoy disfrutando un montón.
¿Qué fue más difícil? ¿Llegar a ese número 1 o aprender a dejar de serlo?
Sin duda, aprender a dejar de serlo. Aparte yo tuve... No sé si decir mala suerte, o suerte de que me lesioné y fue una lesión que me podría haber venido mucho tiempo antes. Pero me vino en el 2018 con 39 años. Si no hubiera sido imposible estar tantos años como número 1 del mundo, pero desde que dejé de serlo estuve número 2 en 2020 con Tapia, cuando ganamos el Master Final; terminé como 3 con Arturo en el 2022, con 43 años... Pero nunca te acostumbras. Fue el último año o el último año y medio cuando me dijeron que ya no podía entrenar a máxima intensidad, que tenía que ir cuidándome. Fue más lo duro, ese último año y medio.
“Es más difícil aprender a dejar de ser número 1 que llegar a serlo”
Belasteguín, con AS
Asumirlo.
Sí. Lo que me hacía bien era ir a entrenar cada día al máximo. Si me decían que tenía que subir esta escalera 20 veces, la subía 22. Y en el último año y medio me dijeron no solamente no la tenía que subir 20 veces, sino que tenía que subirla 15. Y esa sensación fue mucho, mucho peor que la de perder el número 1, la de saber que no volvería a serlo. Por eso tomé la decisión de que el 2024 era mi último año.
Ya que me habla de Coello y Tapia, ¿qué hay de Bela en ellos?
(Piensa) Cuando empecé con Agustín tenía 40 años y con Arturo, 42. Y físicamente me cansaba menos yo que ellos (sonríe). Yo creo que han sacado la constancia del trabajo, sobre todo físico. Y el darse cuenta de que con las herramientas que tienen, si le daban importancia al físico, iban a ser lo que están siendo hoy. Por ejemplo, cuando jugué con Arturo en el 2022. En muchas charlas, en esa época estaban de número 1 Galán y Lebrón, y yo le decía: “Tienes 20 años y ellos tienen 25, 26. Tienes 4 o 5 años para ponerte como ellos”. Y lo consiguió en tres, porque hoy Arturo está muy bien físicamente. Le decía que debía enfocarse mucho en la parte física, porque todo lo demás lo tenía.
“En muchas charlas, en esa época estaban de número 1 Galán y Lebrón, y yo le decía a Arturo: ‘Tienes 20 años y ellos tienen 25, 26. Tienes 4 o 5 años para ponerte como ellos”
El consejo de Bela a Coello
¿Qué importancia tiene tomar decisiones como la de Coello y Tapia, unirse a un veterano que le pueda marcar las pautas? Tratar de aprender a caminar antes de pegar el acelerón.
Hay que dejar claro que hablamos de deporte profesional. En el deporte profesional juegues lo que juegues, lo que te marca que puedas tener un buen compañero o un mal compañero, es el nivel de juego, no la edad. Yo jugaba con Arturo. Yo tenía 43 años, Arturo tenía 21. Y lo que nos mantenía juntos era nuestro nivel de juego, que él estaba ascendiendo y yo estaba yendo hacia abajo, pero nuestro juego estaba más o menos por ahí. No veo las combinaciones de un joven, un adulto o dos jóvenes. Yo veo las combinaciones de dos jugadores que jueguen bien y que quieran jugar juntos. Para mí eso es mucho más importante que la edad que tengan esos compañeros.
¿Ve factible en el caso de Coello y Tapia que igualen sus cifras de años como número 1?
Siempre lo he dicho, si hay otras personas o parejas que han podido hacerlo y han dejado una marca en el deporte, puede hacerse. Entonces no es imposible. Llevan tres años, como Lebrón y Galán en su época (2020-2021-2022). Tienen un recorrido muy bueno. Pero en el deporte de alta competencia uno nunca sabe qué es lo que puede pasar. Tienen que disfrutar lo que tienen hoy y seguir trabajando para mejorar.
En el resto sí que vemos muchos cambios de pareja, como el de Leo con Lebrón. ¿Les ve compitiendo con los cuatro magníficos?
Hay que ver después de una pretemporada, se demostró en México (la entrevista fue previa al Finals) que Ale y Chingo les ganaron muy bien: 6-3, 6-2 en parejas de un nivel tan alto es un resultado muy contundente. Veremos cómo se acoplan, veremos la evolución de Leo como jugador al lado de uno muy top como es Juan. Porque Juan ya fue cuatro años número uno del mundo, un jugador con una mentalidad muy ganadora. Veremos cómo Leo se desenvuelve a su lado. A día de hoy los veo un poquito por detrás de la pareja 1 y 2. Sobre todo por el tiempo que los cuatro llevan juntos.
¿Debería de haber un poco más de paciencia?
El pádel es un deporte que se juega en pareja, hay que entenderlo. Lo que pasa que, como ya he dicho, hay mucha gente alrededor del jugador que no tiene ni idea de lo que es un deporte en pareja. ‘Eres mi producto y te voy a decir todo el tiempo que el compañero es el malo’. Eso es lo que hace que el jugador quiera cambiar tan rápido. Me hacen ver que soy un fenómeno y el que tengo al lado es el malo. Hay que trabajar, hay que dejar el ego de lado. Hay que dejar el ego personal y trabajar para que la pareja rinda. Y trabajar todos los días a full con una vista a largo plazo. Así lo hice yo durante mi carrera y pude mantener compañeros durante muchos años. Salvo la última época, pero por culpa mía porque iba para abajo (ríe).
“Por las pelotas y la pista, el pádel es demasiado rápido. Habría que medirle la presión a las pelotas. Me gustaría ver un pádel donde, de 24 campeonatos haya campeonatos muy rápidos, donde los que la pegan te la ganan; y otros muy lentos”
Bela, sobre los cambios de reglas
¿Ve necesario algún cambio de reglas (más allá del ‘star point’)? Es algo recurrente...
En épocas era más lento, en épocas se hizo injugable por lo rápido. Para mí, por las pelotas y la pista, es demasiado rápido. Habría que medirle la presión a las pelotas. La Federación tiene un baremo donde tiene que haber una presión, una dimensión, un peso. Habría que ver si todas las pelotas con las que se juegan entran dentro de esa norma FIP. Me gustaría ver un pádel donde, de 24 campeonatos haya campeonatos muy rápidos, donde los que la pegan te la ganan; y otros muy lentos. Eso haría que el jugador sea más completo. Que el jugador esté bien de golpe, de físico. Sobre todo en los lentos, donde hay que jugar y tomar decisiones estando muy cansado. Buscaría una modificación con un elemento como podría ser la bola. Primero, viendo si la bola está dentro de las normas. Y dos, manejando la presión de esta, para que haya campeonatos más rápidos y otros más lentos.
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