Bargalló y un Grau superior llevan en volandas a España

No es esta Suiza, que venía de arrollar en el torneo Intercontinental a rivales de segundo nivel (victorias ante Colombia, Alemania y Australia), la que le discutió la final del Mundial de 2007 a España. Sin embargo, sí conserva la Selección española masculina, aun con otra generación de jugadores y con Guillem Cabestany -que esta semana concluye su etapa- en el banquillo en lugar de Carlos Feriche, la misma calidad y hambre de aquella que ganó en Montreux. Se evidenció este viernes por la mañana, en el cruce de cuartos de final del Mundial de Novara, resuelto en pocos minutos. España aguarda rival en las semifinales del sábado, que será de aúpa: Portugal o Francia.

Parecía en los primeros compases que todo el juego pasaba por Pascal Kissling, el capitán helvético. Suya fue la primera gran ocasión del partido, en la que Suiza metió el miedo en el cuerpo con un tiro seco que pudo repeler Carles Grau y que a punto estuvo de aprovechar Gian Rettenmund, a los tres minutos. Y Kissling también fue quien cometió una falta evitable a favor de España que desembocó en el 1-0, donde cometió otro error, al perder la marca sobre un Marc Grau que con facilidad recogió el pase de Pau Bargalló para superar a Guillaume Oberson.

Como si fuera un holograma, la Suiza agresiva de los primeros minutos, dispuesta a dar la sorpresa de la mano del seleccionador catalán Xavier Bataller, desapareció de repente. Y España, lógicamente, olió sangre y sacó una tajada descomunal. En cuestión de dos minutos, los de Cabestany situaron un 4-0 clarísimo en el marcador, exprimiendo al máximo la rotación del banquillo.

El segundo tanto fue de Ignacio Alabart, por la escuadra, y moviéndose como pez en el agua. Sergi Aragonés anotó el tercero, en un pase de Iván Morales que, con el cuarto, marcó su primer gol con la Absoluta. Había entrado el del Noia a última hora en la convocatoria para el Mundial, por lesión de Xavi Barroso. En definitiva, eliminatoria resuelta a los 12 minutos.

Bajó desde ese instante considerablemente el ritmo, guardándose ni que fuera inconscientemente ya para la semifinal de este sábado (18:30) contra el ganador del choque de cuartos de final entre Portugal y Francia (15:45), que será complejo en cualquiera de los casos. O se miden los españoles con el único equipo que les puede atrapar en número de centros mundiales, los lusos, o con el combinado que les apeó del anterior campeonato, los franceses. Fue en cuartos, fase ya superada.

Sí dio tiempo antes del descanso para que reapareciera la conexión Bargalló-Grau que había abierto el marcador, ahora para sumar dos goles más y situar el 6-0, e incluso para que César Carballeira estampase en el palo un tiro directo. Y en la reanudación para que Suiza emulase su gusto por los arranques, acercándose de nuevo a la portería como en el inicio del partido y nuevamente sin demasiada fortuna.

Se relajaba con toda la razón del mundo España, lo hacían incluso los árbitros al saltarse alguna infracción de los helvéticos y se abría el partido, con ocasiones para ambos bandos, como la de Jan Schober para un combinado que quizá sí merecía su gol del honor. Máxime cuando Marc Grau le detuvo por dos veces un penalti a Lorenzo Lui.

Pero quien encontró la red fue Bargalló, y eso que se echaba las manos a la cabeza porque su remate con el stick había sido defectuoso. Aun así, muy efectivo. El 7-0. Y, como había sucedido con el adversario, falló un penalti Morales, que envió al palo, antes de que el encuentro fuera languideciendo hasta el final.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.